Gracias a Manolo llegamos a esta muy interesante declaración de principios del más progresista de los intendentes massistas.
Leemos
"Nosotros ayer, con Sergio Massa, nos reunimos 20 intendentes que ya pusimos más de 7 mil cámaras y tenemos entre 40 a 60 móviles en nuestros distritos, pero sin el recurso y sin una ley que estamos exigiendo no se puede" "No queremos una prolongación de la Policía Bonaerense, queremos que la fuerza municipal pueda depender del intendente, bajo su conducción política, porque conoce muy cerca los problemas de su ciudad, y no que dependa del Ministerio de Seguridad".
Para un humilde economista sin visión política, estas declaraciones de Katopodis revelan la genesis de la supuesta novedad política de ete 2013.
El Municipalismo no es otra cosa que la transformación de los intendentes en rapaces devoradores de fondos provinciales y municipales.
Los asiduos lectores de este blog, ya me han leído referirme al Santo Grial del Federalismo Fiscal, la correspondencia fiscal. Básicamente la teoría ortodoxa de las finanzas públicas levanta un altar a la internalización de los costos políticos de cobrar impuestos por el nivel de gobierno que los utiliza para financiar su gasto público, o dicho de otra forma postula la preferencia sobre una relación alta entre recursos tributarios propios y gasto total. Es decir, la recomendación ortodoxa es tener niveles de gobierno con altos niveles de autofinanción,
Como ejemplo de la barbarie a la que puede llevar la implementación fanática de esta recomendación, tenemos esta nota de Orlando Ferreres de ayer en La Nación.
Sin embargo, mi intención es llamar la atención sobre la fantasiosa creencia sobre el surgimiento de un nuevo modo de hacer políticas públicas, cuando en realidad todo esto es tan viejo como el mundo, "yo gasto pero que la cuenta la pague otro"
Lo llamativo es ver como el establishment que siempre ha combatido nuestro federalismo fiscal por su caracter redistributivo y falta de correspondencia fiscal haya elegido como su campeón, al líder de un grupo de intendentes que han hecho del freeriderismo fiscal un modo de construcción política.
Leemos
"Nosotros ayer, con Sergio Massa, nos reunimos 20 intendentes que ya pusimos más de 7 mil cámaras y tenemos entre 40 a 60 móviles en nuestros distritos, pero sin el recurso y sin una ley que estamos exigiendo no se puede" "No queremos una prolongación de la Policía Bonaerense, queremos que la fuerza municipal pueda depender del intendente, bajo su conducción política, porque conoce muy cerca los problemas de su ciudad, y no que dependa del Ministerio de Seguridad".
Para un humilde economista sin visión política, estas declaraciones de Katopodis revelan la genesis de la supuesta novedad política de ete 2013.
El Municipalismo no es otra cosa que la transformación de los intendentes en rapaces devoradores de fondos provinciales y municipales.
Los asiduos lectores de este blog, ya me han leído referirme al Santo Grial del Federalismo Fiscal, la correspondencia fiscal. Básicamente la teoría ortodoxa de las finanzas públicas levanta un altar a la internalización de los costos políticos de cobrar impuestos por el nivel de gobierno que los utiliza para financiar su gasto público, o dicho de otra forma postula la preferencia sobre una relación alta entre recursos tributarios propios y gasto total. Es decir, la recomendación ortodoxa es tener niveles de gobierno con altos niveles de autofinanción,
Como ejemplo de la barbarie a la que puede llevar la implementación fanática de esta recomendación, tenemos esta nota de Orlando Ferreres de ayer en La Nación.
Sin embargo, mi intención es llamar la atención sobre la fantasiosa creencia sobre el surgimiento de un nuevo modo de hacer políticas públicas, cuando en realidad todo esto es tan viejo como el mundo, "yo gasto pero que la cuenta la pague otro"
Lo llamativo es ver como el establishment que siempre ha combatido nuestro federalismo fiscal por su caracter redistributivo y falta de correspondencia fiscal haya elegido como su campeón, al líder de un grupo de intendentes que han hecho del freeriderismo fiscal un modo de construcción política.
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