domingo, 6 de enero de 2008

Independiente hasta ahí

Una de las primeras cosas que me llamaron la atención cuando empecé a leer blogs de economía o de política argentinos fue el disgusto por la independencia del Banco Central que aparecía en algunos de ellos. Al principio pensé que era sólo algún tic de no economistas, pero luego me di cuenta que también hay economistas que no tienen ninguna simpatía por este tipo de arreglo institucional. Porque eso es la independencia del Banco Central. Un diseño institucional para hacer funcionar mejor la política económica.

Para los economistas, la cuestión de la independencia del Banco Central no tiene tanto que ver con una elección entre política y técnica como sugirió Primo Louis en este post, sino con la forma en la que mejor se alcanzan los objetivos principales de la política macroeconómica: la estabilidad de precios y tener poco desempleo.

En el origen de la discusión está nuestra vieja conocida Curva de Phillips. La tradicional curva de Phillips mostraba una relación inversa entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo en Inglaterra entre 1861 y 1957, lo que hizo creer a muchos que existía la posibilidad de elegir bajar la tasa de desempleo aumentando la de inflación. O lo que es lo mismo, ante una recesión el gobierno podía hacer política monetaria expansiva, darle un impulso al nivel de actividad y aumentar el empleo.

Como se vio a partir de la segunda mitad de los ‘60 y hasta principio de los ‘80, cualquier intento de explotar esta bonita relación no dio buenos resultados. Los ‘70 demostraron que se podía tener inflación y desempleo a la vez. Mientras tanto, la curva de Phillips era revisada por tres economistas tan conocidos como ella. En los '60, Friedman y Phelps la relacionaron con la tasa natural de desempleo. En los '70, Lucas la amplió con expectativas racionales. Hoy se cree que lo que hizo colapsar a la curva de Phillips fue justamente intentar aprovecharse de ella. Que al intentar bajar el desempleo aumentando la inflación, se desestabilizaba a esta última tanto que la relación dejaba de existir. Para que la curva de Phillips se cumpla, la inflación tiene que ser estable. Si la inflación no es estable, lo que sucede si intentamos bajar el desempleo aumentando la inflación –es decir aprovechando la curva de Phillips– entonces no se cumple.

(Y que después no digan que la economía es fácil).

En la actualidad, la mayoría de los economistas están de acuerdo en que a largo plazo la política monetaria no sirve para aumentar el nivel de actividad o el de empleo. En lenguaje económico, se dice que el dinero es neutro o que la política monetaria no tiene efectos reales a largo plazo. A corto plazo, la política monetaria sí tiene efectos reales, pero con la pequeña desventaja que haciendo política monetaria con esas intenciones se corre el riesgo de aumentar en forma permanente la tasa de inflación y hacerla menos predecible, como se vio en los ‘70. Por eso, se cree que es mejor usar la política monetaria sobre todo para cuidar la inflación y usar otro tipo de políticas para obtener efectos reales sobre el crecimiento y el empleo.

Ahora bien, por algo que los economistas llaman la inconsistencia temporal de la política monetaria, una contribución a la teoría económica de otros dos señores llamados Kidland y Prescott, sobre el que ahondaremos si el público lo reclama aunque preferiríamos que no, existe cierta inclinación en los responsables de las políticas económicas a seguir políticas que sí intentan aprovechar el trade-off empleo-inflación que existe en el corto plazo. Por lo que vimos antes, la consecuencia de esa inclinación es que a largo plazo la política económica tendrá un sesgo inflacionario. Para evitar la tentación inflacionaria, entonces, se inventa una regla. Esa regla es que el gobierno se ata las manos en política monetaria y la delega en su Banco Central, otorgándole el mandato de velar por la moneda, pero con una cláusula de rendición de cuentas.

Esto es clave en la discusión política del tema. El Banco Central independiente no hace lo que quiere, hace lo que le dicen los políticos.

A la curva de Phillips todavía se la está discutiendo, sobre todo porque todavía no se sabe bien del todo cómo se forman en realidad las expectativas y cómo se relaciona la formación de precios con la formación de expectativas. Puede ser que el día que se solucione por fin este problema lo que hoy se sabe de política monetaria quede en desuso o nos parezca ridículo. Mientras tanto, sea una moda pasajera o no, la independencia del Banco Central es el diseño institucional que parece ser el más adecuado cuando una sociedad decide que no le gusta la inflación y por eso delega el poder de preservar el valor de su moneda y mantener la estabilidad de precios en su Banco.

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Ana C. hay varios puntos en los que no coincido:

- En "teoria" el Banco Central independiente no hace lo que dicen los politicos sino lo que dice su carta organica (o como se llame en los demás paises)que es una Ley que se supone fue discutida por los legisladores que se supone llegaron ahi porque la gente los votó.

-No esta del todo claro que para tener inflación baja haya que tener un BC independiente tal cual lo definís, sino más bien politicas monetarias orientadas a una baja inflación. El caso más cercano a todos nosotros es el BCRA de los 90, que casi no tenia politica monetaria (ya que era una mera caja de conversión donde solo podia cambiar pocas variables del sistema) y tampoco tenia independencia (ya que el propio Mtro de Economia, dictaba las regulaciones que tenia que tener el sistema bancario, inclusive el nivel de encajes). Sin embargo, la inflación en ese esquema se pulverizó.

-Por ultimo, se puede tener un banco central totalmente independiente que vele por la estabilidad del tipo de cambio (nominal o real). Con lo cual, de nuevo, no es un tema de independencia o no, es un tema de politicas y targets.

En definitiva, creo que cualquier BC puede conseguir el target que se proponga independientemente de si el Poder Ejecutivo digita o no al BC.

Anónimo dijo...

Ajam.... tal parece que estamos frente a una discucion entre una neuro=cirujana y algunos carniceros sobre tenicas de operatoria.

Lo suyo Ana es impecable, para paises con un diseño y un funcionamiento institucional del primer mundo.

En argentina, mas alla de los problemas institucionales, la politica monetaria siempre ha sido cautiva de la politica fiscal que ha su turno ha obligado a monetizar todos los desvarios fiscales del poder ejecutivo (consolidando jurisdicciones). Esto incluye, obviamente, salvatajes al sistema financiero en repetidos momentos de "emergencia economica".

La historia a partir de aqui es archiconocida. Los planes de estabilizacion con tipo de cambio fijo y semejantes despordes monetarios han terminado con sobrevaloracion del tipo de cambio y un banco central perdiendo todas sus reservas. Que seria defender el valor de la moneda en estas circunstancias..? elevar la tasa de interes para generar una depresion en el sector de los no-transables que recupere el tipo de cambio real..? Cuanto dura esa politica...? En mi opinion, aunque parezca un chiste, no lo es: el nivel de reservas internacionales y la estabilidad macro viene determinada en gran medida no por el Sr Redrado sino por el Sr. Hugo Moyano o quien lo reemplace. Y esto no es de ahora es de siempre, y sino vayan a preguntarle al Ing. Celestino Rodrigo.

Estimada Ana, por el momento va a tener que guardar el bisturi para mas adelante. Ojala pronto llegue el momento en que lo podamos usar de acuerdo a su tecnica.

Ana C. dijo...

No hace lo que le dicen los políticos en cada momento puntual, el del 33%, pero sí lo que le encargaron que hiciera. Haciendo una analogía, podríamos decir que el Gobierno hace política monetaria a través de su representante, el Banco Central.

En cuanto a la relación entre independencia y baja inflación, se puede decir de otra forma. La idea es que si la política monetaria no es independiente de las otras políticas, el responsable del mix de políticas económicas se tienta a seguir políticas inflacionarias. Para separarlas y respetar la regla, se le da independencia al Banco Central. No haría falta un Banco independiente si el gobierno fuera capaz de separar los instrumentos de los objetivos por su cuenta sin caer en esa tentación, pero toda la discusión sobre inconsistencia temporal dice que no es así.

Es cierto que la inflación durante la Convertibilidad se pulverizó, pero como bien sabemos el esquema no era sostenible a largo plazo y terminó como terminó. Alguna inconsistencia temporal habría ahí también.

Como bien dice el anónimo de la 1:22, todo está relacionado con todo. Se puede tener una inflación más o menos baja, pero la política fiscal también tiene que ser responsable para mantener los equilibrios. Y también las negociaciones salariales, claro.

En fin, yo sí creo que las políticas y las instituciones se pueden diseñar de la mejor manera posible, aún en los países en desarrollo. Pero eso requiere de acuerdos políticos que involucren a toda la sociedad y políticos capaces y generosos.

Ana C. dijo...

Ahora, lo interesante es saber si realmente la sociedad argentina valora la estabilidad monetaria. Porque si no lo hace, ni siquiera vale la pena ponerse a discutir de estas cosas.

Primo Louis dijo...

"No haría falta un Banco independiente si el gobierno fuera capaz de separar los instrumentos de los objetivos por su cuenta sin caer en esa tentación, pero toda la discusión sobre inconsistencia temporal dice que no es así".

Es justamente era lo que le iba a señalar. Lo que decís Ana, refuerza mi opinión: el Banco Central independiente es necesario porque sino los políticos se aprovechan del "el trade-off empleo-inflación que existe en el corto plazo" (según entiendo que dijiste).

¿por que no se le puede explicar al Presidente o al Ministro de Economía las consecuencias de hacer semejante cosa?

Paralelamente, yo diría que eso pasa con todas las dependencias nacionales: la AFIP, el ANSES, el PAMI que son autonomas y no pretenden ser "independientes" de gobierno.

¿Por que entonces semejante diseño? si yo lo entiendo, vos también y un presidente deberia entenderlo (ni hablar de un ministro de economia)? Sólo para mantener prerrogativas. Me hace acordar a los jueces no queriendo pagar el impuesto a las ganancias.

Anónimo dijo...

con el absoluto respeto que le tengo Ana... por que tanta ortodoxia presentada como verdad inobjetable? como saber definitivo?

demasiado uso de supuesto consensos sobre verdades, que mi entender son todas discutibles. Como sugerencia, la recomendaría algunas lecturas del Levy Institute sobre teoría monetaria para ampliar el espectro. Humildemente.

Que se yó... el otro día Musgrave hablo de zonzeras.

Ana C. dijo...

Me va a hacer meterme en lo de la inconsistencia, Primo Louis, y yo lo quería evitar! :-)

Recomiende, Genérico, recomiende. Lea el último párrafo y vea que yo no presento nada como saber definitivo. ¡Faltaba más! Pero por ahora a los bancos centrales que siguen esta línea tan mal no les va con la inflación.

Primo Louis dijo...

Usted sabe que de economia toco de oido, Ana. Que es lo de la inconsistencia temporal? ¿Viene a ser algo asi como que "los políticos no piensan en largo plazo, piensan a resultados de corto plazo porque sus mandato es corto"?
Porque yo le preguntaría cuales son los plazos de la mayor parte de las inversiones financieras y cual es el largo plazo en el que piensan los banqueros y el sector financiero en general...

Anónimo dijo...

Ana C., me gustaria hacerle dos preguntas sobre finanzas publicas no vinculadas directamente a este post.

1. Hay economistas que consideran que el actual gasto publico en la argentina es bajo, otros que es excesivo. Considera Ud que existe un tamaño optimo para el estado. Si la respuesta es positiva, en el caso particular de argentina, cual deberia, por ejemplo, ser el ratio optimo entre el gasto publico y el GDP.?

2. Que opinion tiene sobre la propuesta del candidato republicano Mike Huckabee de establecer un Fair Tax univeral a las ventas, en reemplazo de los impuestos actuales, con un subsidio a los ciudadanos que no alcancen un ingreso minimo..?

Gracias.

Anónimo dijo...

Claro que leí el último parráfo. Pero, lo que planteas como lo que se discute, debería ser "lo que se discute hoy dentro del mainstream".

Y pongase a trabajar, que el anónimo de las 14:26 viene con pedidos a medida.

Saludos!

PD: como sería esto de los blogs? son un bien público? Seguramente producen externalidades... pero que más hay. Digo, Musgrave, para cuando la teoría del blog? (o llegó tarde y ya existe??)

Anónimo dijo...

Ah! y me olvidaba:

http://www.levy.org/pubs/wp_510.pdf

para un papel relacionado. Y obviamente:

http://www.levy.org/

para navegar un poco.

Ahora, sí

saludos!

Anónimo dijo...

Bco Ctral Independiente...zonzeras.
Inclinación de los políticos a políticas inflacionarias ... pavadas!
Que el parlamento fija la política ...supongo que es un chiste
Que el presidente no entiende? ..no.. acá no pasa ... será en Africa.

En Argentina no tenemos nada de eso A propósito que quiere decir Inflación? ...hinchazón? por aquí no conocemos esa palabra

Andrés el Viejo dijo...

Si me permite, Ana, creo que su enfoque en este asunto es algo estrecho, como se refleja en su respuesta a Genérico: "a los bancos centrales que siguen esta línea tan mal no les va con la inflación". Pero supongo que se trata de una exageración, porque he visto otras opiniones suyas y creo que usted está de acuerdo en que la inflación no es ni el único problema ni la única motivación de la política económica.
Pero, si aceptamos que esto es así, se debe implementar un conjunto de instrumentos con algún grado de equilibrio entre sí, tarea que obviamente no pùede asignarse al banco central. En tal caso, lo que esa entidad haga en materia de moneda y crédito deberá integrarse como elemento subordinado en el conjunto de instrumentos. Con lo que adiós independencia.
Agrego algo más. Suponer en un banco central una neutralidad técnica es ilusorio. Los presidentes, directores y altos funcionarios provienen de la banca privada (¿cómo podrían si no tener los saberes propios de la actividad bancaria?) y a ella volverán cuando terminen su tiempo en el central. Por ende, la independencia del banco central del control del gobierno sólo supone su dependencia de la banca. En el caso de nuestros países periféricos, en especial de la banca extranjera.
Saludos
Andrés el Viejo

Ana C. dijo...

Lo de la inconsistencia intertemporal no es exactamente eso, Primo Louis, pero quizá también explique por qué los gobiernos piensan a corto plazo. En realidad dice que aunque el gobierno tenga el mismo gusto o disgusto por la inflación y el desempleo que el resto de la sociedad, en el momento de tomar la decisión se tienta para aprovechar la posibilidad que existe en el corto plazo de aumentar el empleo creando un poquito de inflación. No porque sea un mal gobierno, sino porque en cada momento, la decisión óptima es la inflacionaria. Como los agentes económicos (los gobernados) anticipan ese juego (es decir esperan que haya inflación) la combinación de inflación y desempleo que resulta es peor que si el gobierno se comprometiera a seguir una regla de no inflación.

A ver si eso no explica porqué Moyano empezó pidiendo aumentos del 30%.

(A propósito de Moyano, ahora se moderó un poco ¿no?)

Le contesto sólo la primera, Anónimo de las 14:26, porque de la segunda no tengo ni idea. El tamaño óptimo del Estado está dado por las preferencias de la sociedad. Algunas deciden que el Estado resuelve mejor algunas tareas, como la educación o el cuidado de pobres, viejos, nenes y enfermos, mientras que en otras piensan que es mejor que lo resuelva el sector privado.

Si usted mira por el resto del blog, verá que yo soy bastante estatista. Por lo que yo veo, las sociedades justas y eficientes empiezan a partir del 40% del PIB.

El mainstream, el mainstream... ¿Qué es el mainstream sino el resultado de 200 años de discusiones, Genérico? ¿Cuántas cosas estaban fuera del mainstream y hoy están dentro? Lo que es cierto es que en cada momento se hacen recomendaciones de política basadas en consensos. ¿Será tan malo eso? Al final, el consenso es lo que resulta de las discusiones que se mantienen por todos lados (aunque a algunos los escuchan más que a otros, dicen).

Intento leer el paper, pero si le digo la verdad, preferiría que me lo cuente.

Andrés, a usted le parece que mi enfoque es estrecho porque piensa que sólo me interesa la inflación. Lo que no es cierto. Fíjese que en el post también hablo de nivel de actividad y de empleo. Lo que quiero decir es que el Banco Central se encargue de la inflación y el resto del gobierno de todo lo demás. Y sí, que coordinen. Pero que la inflación también sea un objetivo, caramba. La inflación es un desastre para el bienestar de la gente.

Ana C. dijo...

A propósito, una discusión que hubo en este blog sobre ortodoxia vs. heterodoxia.

Y a ver si alguien me cuenta cuál es el verdadero problema con la independencia.

Tincho dijo...

Ana, lindo post pero me quedaron algunas cosas.

Yo diria que lo que se necesita es que las expectativas inflacionarias sean estables y no la inflacion en si. Si le sacamos las expectativas a la curva de Philips se queda quieta.

Segundo, por mas que el banco central sea independiente esta el problema de que la politica fiscal y monetaria tienen un limite entre si que es el mercado de bonos como Sargent y Wallace lo muestran. Si tenes una politica fiscal con problemas tenes el trade off entre inflacion actual o futura.

La ultima oracion me parece barbara pero para eso necesitas muuchas cosas, una de ellas es mercados competitivos, politica fiscal sustentable, que la sociedad prefiera la estabilidad de precios sobre otra cosas y no tener problemas de agencia entre otros.

Ah y lo de le los concensos......mmmm. Ana mire que algunos concensos tubieron malos resultados. Tal vez por ahi ande la critica de generico, miremos el contexto y relfexionemos. Y que el mainstream incorporo un monton de cuestiones y que se logre un consenso tampoco asegura todo. Mira si no hubieran estado todas esas criticas al mainstream que lo hicieron lo que hoy es. Tal esa logica siga funcionando.

Saludos.

Musgrave dijo...

Ana C, mire lo que dice Mankiw al respecto en este paper http://www.econ.iastate.edu/tesfatsi/Macroeconomist_as_Scientist.Mankiw.pdf
The View from Central Banking
If God put macroeconomists on earth to solve practical problems, then Saint Peter will ultimately judge us by our contributions to economic.engineering. So let’s ask: Have the developments in business cycle theory over the past several decades improved the making of economic policy? Or, to set a more modest goal, have the advances in macroeconomic science altered how economic policy is analyzed and discussed among professional economists who are involved in the policy process?
One place to find evidence to answer these questions is Laurence Meyer’s charming memoir A Term at the Fed. In 1996, Meyer left his job as an economics professor at Washington University and as a prominent economic consultant to serve for six years as a governor of the Federal Reserve. His book provides a window into how economists at the highest reaches of monetary policymaking view their jobs and the approaches they take to analyzing the economy.
The book leaves the reader with one clear impression: Recent developments in business cycle theory, promulgated by both new classicals and new Keynesians, have had close to zero impact on practical policymaking. Meyer’s analysis of economic fluctuations and monetary policy is intelligent and nuanced, but it shows no traces of modern macroeconomic theory. It would seem almost completely familiar to someone who was
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schooled in the neoclassical-Keynesian synthesis that prevailed around 1970 and has ignored the scholarly literature ever since. Meyer’s worldview would be easy to dismiss as outdated if it were idiosyncratic, but it’s not. It is typical of economists who have held top positions in the world’s central banks.
It is fashionable among academics to believe that central banking has been strongly influenced by the rules-vs-discretion literature, particularly the work on time inconsistency that started with Kydland and Prescott (1977). Two institutional changes are often linked with these academic contributions: the increased independence of central banks in countries such as New Zealand and the adoption of inflation targeting as a policy regime in many central banks around the world. These institutional changes, in turn, are then linked to improvements in monetary policy. According to this line of argument, we should thank Kydland and Prescott for the low, stable inflation that many countries have enjoyed over the past two decades.
This self-congratulatory view runs into two problems. The first is that the institutional changes we have observed are at best loosely connected to the issues raised in the theoretical literature. An independent central bank is not the same as a rule-bound central bank. The U.S. Federal Reserve has long had a high degree of independence without ever committing itself to a policy rule. And even inflation targeting is closer to a statement of intentions and a way of communicating with the public than it is a commitment to a policy rule. Ben Bernanke (2003) has called it “constrained discretion.”
The second, more significant problem is that these institutional changes are not necessarily linked to the improvements we have witnessed in monetary policy. Laurence Ball and Niamh Sheridan (2005) look at a large sample of countries and show that adoption of inflation targeting does not help explain the recent move toward low, stable inflation. Monetary policy has improved both in those counties that have adopted inflation targets and in those that have not. This world-wide improvement in inflation outcomes could be because the world economy has not had to deal with supply shocks as adverse as those experienced in the 1970s or because central bankers have learned from the experience of the 1970s that high inflation should be assiduously avoided. But the evidence shows that inflation targeting is not a prerequisite for good monetary policy.
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The Greenspan Fed is a case in point. According to Alan Blinder and Ricardo Reis (2005), Alan Greenspan has a rightful claim to be “the greatest central banker who ever lived.” Indeed, by most accounts, monetary policy worked remarkably well under his leadership. Yet throughout his time at the helm of the Fed, Greenspan avoided any announcement of a policy rule, valuing flexibility over commitment. Here is how Greenspan (2003) defended his choice: “Some critics have argued that such an approach to policy is too undisciplined--judgmental, seemingly discretionary, and difficult to explain. The Federal Reserve should, some conclude, attempt to be more formal in its operations by tying its actions solely to the prescriptions of a formal policy rule. That any approach along these lines would lead to an improvement in economic performance, however, is highly doubtful….Rules by their nature are simple, and when significant and shifting uncertainties exist in the economic environment, they cannot substitute for risk-management paradigms, which are far better suited to policymaking.” Yet, despite Greenspan’s aversion to policy rules, inflation was low and stable during his tenure as Fed chairman. Greenspan proves, contradicting Kydland and Prescott, that central banks can produce desirable outcomes while wielding substantial discretionary powers.

Musgrave dijo...

Y claro si quiere mi opinión sobre la independencia, aca va.

Como dicen tincho y generico, las recomendaciones de politica de la literatura sobre inconsistencia temporal se basan en un sofisticado set de supuestos, entre ellos competencia perfecta, ciclo real de equilibrio y expectativas racionales, por no decir previsión perfecta.

No es que estoy en contra de los supuestos, no sería economista si lo hiciera.

Pero la implicancias en términos institucionales de dichas recomendaciones son muy fuertes.

Me parece que un país como el nuestro donde por historia lamentablemente todos los ciudadanos de a pie entienden los problemas de la inflación y los beneficios de la estabilidad no es tan cierto que un político se tentaría con inflación.

Por otro lado, yo corro con la ventaja en este debate que leo y escucho diariamente a los propulsores de la soñada independencia y por eso mi reacción.

Creo que Andres el viejo, tiene un buen punto respecto a quienes serían considerados banqueros independientes por nuestros gurúes y medios especializados.

Anónimo dijo...

Amigo Musgrave, esas explicaciones ya las escuche en las clases de la facu y no le vendrian mal al FMI y los organismos internacionales también contar con sus argumentos.
Ahora el problema es que te dejaste la realidad de lado y es ésta la que explica porque cada vez más economistas estan en contra de la independencia del Banco Central. Basa para ello con recorrer lo que se dice en los paises latinoamericanos y especialmente en este punto la Posición de del Presidente de ecuador Rafael Correa en su doble caracter de politico, presidente, y economista.
Vale la pena que escuches o leas lo que Correa analiza respecto al rol de los llamados Bancos Centrales independientes.
Creo que esto puede aportar a tu visión.
Saludos
Enrique

Primo Louis dijo...

Eso es aprendizaje Ana, justamente de eso se trata la democracia: de que la sociedad aprenda como funcionar mejor teniendo todos la oportunidad de ocuparse de la cosa pública.

¿usted cree que después de la hiperinflación la gente no sabe los resultados que tiene en sus bolsillos? El año pasado no se habló de otra cosa!

Digo, es cierto, quizás una sociedad intente repetidamente lograr sus bienestar considerando medidas "inflacionarias" como positivas. A la larga aprenderán que no. Pero al menos pudieron decidir, al menos la mayoría es quién toma la decisión y no ex consultores de la banca privada internacional devenidos en funcionarios en nombre de "lo que esta consensuado a nivel internaconal que debe ser". Así fue como llegamos al uno a uno, se acuerda? (Consenso de Washington le suena?).

Yo no discuto la efectividad del diseño, lo que digo es que es ilegitimo.

aro dijo...

La mejor refutación de la independencia del Central y la inconsistencia temporal la dio Sargent con la dominancia fiscal. Según mi entender la independencia es un arreglo institucional donde el presidente con acuerdo del senado le da estabilidad a los cargos del directorio, un poco como los jueces, sin que sea de por vida, y sujeto a que su actuación le haya gustado para que obtenga la reelección. El puesto es tan político como cualquier otro. Alguien alguna vez se pregunto qué pasa si el técnico es populista (o si quieren sacarle la valoración subjetiva) incompetente y un político con aversión a la inflación se da cuenta del error cometido? Debe haber casos...

Ana C. dijo...

El problema con Mankiw es que se cree que el único Banco Central del Universo es la FED.

Y yo no miro afuera de Europa :-P

(Bah, en realidad, Nueva Zelanda me salva).

En ninguno de los países con Banco Central independiente los mercados son perfectos, ni los agentes tienen la ciencia infusa, y sin embargo...

¿Será porque los suecos o los neozelandeses son poco democráticos, Primo Louis?

En cuanto a las inclinaciones del banquero central, Aro, la teoría dice que debe ser seleccionado con esmero. Su aversión a la inflación debe ser superior al ciudadano promedio. Si no, no sirve.

Yo tampoco sé lo que dice Correa, Enrique, ponga un link, o algo.

Eso es lo que yo quiero decir, Tincho, que gracias a las críticas se amplía el conocimiento sobre cómo funciona la economía y después de un tiempo pasa al mainstream. Hasta el próximo cambio de paradigma.

Saludos a todos!

Musgrave dijo...

Ana C, disculpeme no entiendo su punto. En EEUU el diseño institucional funciona bien o no?

Recuerde que el Bundesbank y su hijito el BCE son hijos de la hiperinflación alemana.

Me parece que usted esta haciendo una generalización de un par de casos.

Si funciona para la FED porque no va a funcionar para el BCRA?

Primo Louis dijo...

Son países hiperinstitucionalizados Ana, ya vio mi opinión al respecto en lo de mendieta.

Y, digamoslo, las instituciones de la UE son bastante poco democráticas, hay una intermediación impresionante entre los electores y sus representantes europeos en la mayoría de sus instituciones.

Como dije anteriormente, no discuto si los medios alcanzan los fines, si son efectivos, sino que el fin no justifica los medios... Al final defendiendo los diseños institucionales la de la posición más "política" va a ser usted!

Ana C. dijo...

Musgrave, si yo entiendo bien el escrito de Mankiw, me da la impresión que la FED no es para nada tan independiente y tan poco discrecional como los Bancos Centrales que yo tengo en mente.

Mankiw dice que poco se aplica en política monetaria de los nuevos avances de la teoría macroeconómica. Si usted lee los debates y las minutas del BCE, del BoE o del Riksbank verá que su política monetaria los tiene en cuenta todo el tiempo. ¿Serán los bancos europeos más abiertos a las novedades teóricas o será, como dijo el del 33%, que se ven obligados a ello por formar parte de una Unión?

Primo Louis, y cuál es el defecto de que sean hiperinstitucionalizados, como usted dice? Si hasta parece que tanta institución sirve para algo.

En cuanto a las Europas y sus ciudadanos, eso de la falta de democracia es medio un mito. El Parlamento Europeo se elige por voto directo (hasta yo tengo derecho a voto, para eso) y la comunicación entre los ciudadanos y las instituciones es bastante abierta.

(Amén de que, por ejemplo, las estadísticas son accesibles a todo el mundo, junto con los métodos utilizados).

Primo Louis dijo...

Tiene que ver con lo que dice Casullo en el texto que publicó mendieta. Porque la democracia no es sólo las instituciones que la componen sino el movimiento de base que da sustentabilidad y que delega la representación. Actores políticos más allá de los partidos.
Cómo le dije, se trata de acceso a participar en la cosa pública, si los suecos o los neocelandeces tienen bancos centrales "independientes" del ejecutivo y no hay representantes elegidos democráticamente decidiendo sobre ello, pues bien, si son poco democráticos. Quién lo diría.
Saludos!

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