domingo, 7 de septiembre de 2008

Descubrimiento

Si hay que hacerle caso a la cantidad de premios que ganó, el mejor politólogo argentino es Guillermo O'Donnell, quien fue el primer receptor de algo así como el Premio Nobel de la Ciencia Política. Y sin embargo, es notoria la ausencia de referencias a sus ideas por la blogosfera política argentina. Buscando por ahí para ver qué se decía de él, encontré un artículo de Alejandro en La Barbarie, que por alguna misteriosa razón no tiene un solo comentario – aparte del que dejé yo extrañada por semejante anomalía –, otro de El Lobo Estepario y otro de uno de los secretos mejor guardados del universo blogueril argentino, El Tribuno de la Plebe.

Y mientras una sospecha que la falta de atención a una de las máximas autoridades mundiales en teoría de la democracia y de la calidad democrática es porque a la mayoría de los que escriben en los blogs de política eso de la democracia, en realidad, les parece un aspecto de la política no sólo secundario sino también desdeñable y, en consecuencia, uno del que no vale la pena escribir mucho, sirva este pequeño post para dejar sentados mi contento y satisfacción por el descubrimiento del Tribuno.

¿Cómo hizo usted para esconderse tan bien, Zabalita?

De postre, una frase de O'Donnell en el discurso que dió cuando recibió el famoso premio.

"Hoy, como nunca antes, vemos a gobernantes autoritarios realizar, en ocasiones, sorprendentes contorsiones para persuadir al mundo (si no a su propia gente) que su derecho a gobernar deriva de la realización de elecciones libres. Por supuesto, la realidad es que el principio básico de estos regímenes es que "a la oposición nunca debe permitírsele ganar"."

23 comentarios:

Charlie Boyle dijo...

Justamente ayer lo citábamos
acá

Sir Alex De Large dijo...

Ohhh O' Donnell y su pretorianismo de masas. Si, lo leí pero nunca me conmovió mucho.
Tengo un amigo que es pichon de el,le puedo pedir que escriba un articulo con una reseña de su pensamiento y lo publicamos.

Anónimo dijo...

Pasa que los análisis políticos en serio son poco atractivos en la sociedad argentina. La mayoría se queda en el hecho particular, pero casi nada de sacar conclusiones. La mayoría escribe muy bien diciendo como ve las cosas, pero casi no encuentro nadie que arriesgue procedimientos mejores. La crítica es fácil y todos coincidimos, lo complicado es discutir y buscar las mejores soluciones, y que alguien se interese.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

¿Desdeñable? Ni me hago cargo de semejante delirio. ¿Por qué dice eso de la gente que escribe en blogs?
Saludos

Ana C. dijo...

Sería muy bueno lo del artículo de su amigo, Alex de Large.

Supongo que hay análisis político de corto, mediano y largo plazo, Horacio.

Escriba, trate de evitar la palabra "delirio" en lo futuro, que me resulta demasiado descalificante.

En cuanto a su pregunta, digamos que, por ejemplo, yo jamás leí un post suyo donde se deje aunque sea vislumbrar el amor a la democracia. En realidad, hasta tengo la impresión que le gustan y defiende modelos de desarrollo a la asiática.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

No crea. ¿Económicamente lo dice? Más bien me divierte cómo esos modelos -en lo económico- contradicen casi todo lo que se escucha todo el día. Políticamente no hay chances de implementarlo de una manera que a mí me guste.
Sobre mis posts, quizás no haya blog más pro democrático. Pero todo depende de cómo define democracia. Y ahí no hay O'Donnell que la salve.
Saludos

Ana C. dijo...

Tampoco hace falta seguir el modelo asiático porque alguna que otra alternativa hay, también, así que sería bueno que dejara de escuchar a los mismos todo el día.

Creo que mi definición de democracia es lo suficientemente exigente y mi experiencia personal en la escala autoritarismo-democracia lo suficientemente variada como para que hasta a O'Donnell le guste, dicho sea de paso.

Ah ¿no? ¿Y este blog?

Anónimo dijo...

Ana, guarda que en la conceptualización de SO, democracia no es lo opuesto a autoritarismo como en la suya. Fíjese bien...

(una pista: SO, y no solo el, distingue claramente democracia, liberalismo y republicanismo, tres corrientes históricas que no siempre se muestran juntas. En cuanto al sistema que a él le gusta: la poliarquía, donde el énfasis no está justamente en la democracia).

saludos

Anónimo dijo...

Ana, en su dialogo con Escriba, para mí el problema es que la percepción de democracia en Argentina es distinta. Los candidatos no pasan por un proceso de selección a cargo de los ‘soldados’ del partido, son elegidos por los ‘oficiales’. No hay asociaciones locales a cargo de elegir a este o aquel para que sea concejal o diputado. La selección siempre está a cargo de los líderes, a cualquier nivel. Eso es lo que hizo posible que Kirchner ponga a su mujer de candidata, sin mas. Si se cuestiona esto , la respuesta de buena fe es que cada partido puede elegir a sus líderes como le dé la gana. La democracia en Argentina consiste en liderazgos de partidos (que no son partidos), eventualmente validados por el voto para liderar el país. En otros sistemas esa brecha entre votante y la selección de quien va a votar viciaría el proceso. Alla no.

Anónimo dijo...

Lo que quise decir, que no se entiende sin la explicacion, es que desde el punto de arranque la democracia argentina no seria una democracia valida en la mayoria de las democracias desarrolladas. Lo que no le quita validez, si lograra los resultados a los que aspira. Pero no es el caso.

Zabalita dijo...

Muchas gracias por las flores!

Ahora un comentario a los comentaristas:
1) El pretorianismo de masas no es un concepto de O'Donnell, sino de Samuel Huntington
2)Pocos temas generan tanto debate como la definición de lo que es y no es democracia. A mí en particular me gusta la definición de Poliarquía de Dahl, que entiendo, excede lo meramente procedimentalista, aunque a veces parezca que es así.
Claramente una de las consecuencias de la expansión de la democracia fuera del campo de las "democracias desarrolladas" ha llevado a una proliferación de adjetivos y a una copiosa producción para entender el nuevo fenómeno: O'Donnell hablas de las democracias delegativas, Alberti se refiere a las democracias by default, Zakaria habla de democracias iliberales.

Claramente algo está podrido en algunas de nuestras jóvenes democracias y se refleja en buena medida en los pobres resultados y en un hecho aparentemente paradójico: la gente apoya a la democracia en general pero desconfia de sus instituciones.

3)Con respecto a los comentarios de Guillermo: ciertamente que haya partidos sólidos y raíces fuertes en la sociedad es algo que contribuye al buen funcionamiento de la democracia. Como también lo es que haya una sociedad civil fuerte.

Pero no diría que la Argentina no es "una democracia válida". El argumento es peligroso dado que si no vivimos en una democracia válida hasta podríamos prescindir de ella. Evoca al argumento de la izquierda en los 70 respecto de la democracia formal.

Con esto no ignoro los problemas evidentes de nuestra democracia, pero los adjetivos que uno le ponga (delegativa, de baja intensidad, by default o en el lenguaje del barrio, berreta o de cuarta si uno está de muy mal humor ese día)no invalidan el hecho que la Argentina cumple con buena parte de los requisitos que la literatura sobre este tema lista como para considerar a un régimen como democrático.

Anónimo dijo...

Para Zabalita, creo que es claro por lo que dije que el adjetivo se refería al caso en que la democracia argentina fuese comparada desde dos puntos de vista, uno de ellos habituado a sistemas más evolucionados. Lo que (como dije) no necesariamente invalida al sistema, si produce los resultados que el electorado quiere. El problema argentino es que, a izquierda o derecha, la noción del poder sigue siendo de arriba para abajo, no al reves, como se acepta con mayor o menor pureza en democracias más maduras. Cristina fue elegida como candidata por Kirchner que fue elegido a dedo por Duhalde, etc, etc. En el lado no peronista pasa lo mismo. La selección de los políticos en Argentina, ya sea Kirchner o Macri, sigue siendo el mismo proceso de los conservadores antes de 1912.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Por suerte llegó Zabalita, que no coincide mucho conmigo pero no es ningún gil.
A Guille le recomiendo la entrevista de ayer de Lula en Clarín "Yo voy a elegir a mi sucesor y va a ser una mujer" (sic).
Y Zabalita, la definición de Dahl... paso... les recomiendo por lo menos el librito de Nun y después hablamos.
Saludos

Anónimo dijo...

Coincido con Guillermo 100% . La nuestra es una democracia de caudillos (todos los partidos o casi) en que el votante sirve para votar, casi exclusivamente. Creo que tenemos las herramientas para ir cambiando esto, pero la iniciativa debería partir de los caudillos presionados por los ciudadanos.
También creo lo que ya dije: Hay muy poca ciudadanía que mire más allá del chisme y la circunstancia. Muchos critican y muy pocos arriesgan soluciones. Ya sea para el corto menos para el mediano, y mucho menos para el largo plazo.

Ana C. dijo...

Yo también estoy contenta por la aparición de Zabalita, Escriba, pero tampoco es para tratarnos así a los otros, caramba.

Bienvenido, entonces, Zabalita!

Le iba a decir casi lo mismo que el Escriba, que la definición de Dahl es sólo uno de los cuatro aspectos que incluye el índice de democracia de El Economist, por ejemplo, pero a lo mejor es porque usted supone que en la definición de Dahl también están incluídos de alguna forma los otros tres aspectos.

Acá está la metodología y las explicaciones del índice, para los interesados.

Charlie Boyle dijo...

Perdón Ana que me meta, el guillermo habla muy como O Donnell. ¿Es Ud. don G O´D? o solo un homónimo.
No me simpatiza mucho Zabalita

Anónimo dijo...

Charlie boyle, Guillermo es Guillermo, pero no O'Donnell. La vida es una desilusion continua.

Zabalita dijo...

Me quedo con el concepto de Dahl antes que con los criterios del Economist. Me parece que Dahl captura en su definición de poliarquía lo mínimo indispensable para que un régimen sea considerado democrático.

La participación y la cultura cívica hacen al funcionamiento de la democracia pero no a la definición de la misma como régimen político.

Por otro lado me resulta un poco chocante que la Argentina tenga un score más bajo en participación política que los Estados Unidos. No porque sea nacionalista (lejos de eso)sino más bien por el hecho que las tasas de abstención electoral suelen ser bastante más altas en los Estados Unidos que en la Argentina por ejemplo. Usé a Argentina y Estados Unidos, pero podría haber puesto otros países del grupo de las democracias desarrolladas donde la apatía política es bastante mayor que en el grupo de las democracias con fallas y encontraríamos que las primeras tienen un mejor score, algo que no cierra del todo bien.

Chile ranquea como una democracia con fallas, y ciertamente la permanencia de los enclaves autoritarios que aun subsisten desde la dictadura dan mucha tela para cortar, pero así y todo, tengo mis dudas sobre caracterizarla como democracia fallida.

El funcionamiento del gobierno también me parece algo polémico. La democracia no da garantías sobre los resultados (se acuerdan de "con la democracia se come, se educa..."?). POrque para el caso, puede haber autoritarismos que tengan un buen funcionamietno de gobierno (whatever that means) y eso no los vuelve democráticos ni tampoco los absuelve de sus pecados de origen o ejercicio.

Con lo cual, yo lo prefiero a Dahl humildemente porque captura el elemento democrático de la democracia valga la redundancia (genéricamente la soberanía del pueblo, es decir, que el único modo de acceder al poder es a través de elecciones limpias, periódicas, transparentes) y el elemento liberal (la división de poderes genéricamente hablando, que es la garantía para que las elecciones sean periódicas, transparentes y para que la gente pueda participar, que los que compiten tengan chances justamente de competir, y los que votan no solo tengan el derecho a votar y elegir, sino que puedan ejercerlo)

En fin, este tema de cómo medir las democracias da para mucho. Hay un buen artículo de Mainwaring, Brink y Pérez Liñán al respecto (lo mandaría pero no hay versión online), en el que rechazan las mediciones continuas y optan por una calificación de tres categorías: democracias, semidemocracias y no-democracias. Correlaciona muy bien con otras mediciones como Polity IV o Freedom House, aunque obviamente tiene diferencias.

Esta del economist no me cierra, como muchas de las cosas que hace el economist.

Estimado Charlie Boyle: uno no le puede caer bien a todo el mundo y yo lo acepto.

Anónimo dijo...

Hablemos del futuro de la democracia.
No falta mucho para que se pueda hacer una encuesta a todos los argentinos sin costo alguno, ni para el Estado ni para los encuestados. En pocos años más todos podrán tener una PC muy barata al menos para internet (del orden de los 40 a 100 dólares), Habrá internet gratis para todos y todos sabrán desde la escuela primara a usar esta tecnología. Todo a un costo 0. Así que no vale la pena perder tanto tiempo con esos análisis de la vieja democracia que vivimos y sufrimos. Preparemos el camino y comencemos a dar los primeros pasos del cambio. Está al alcance de la mano. Todo es discutible, pero si a alguien le interesa tener una visión del futuro, la seguimos.

Ana C. dijo...

Sea más simpático, C. Boyle!!

Bueno, lo dijiste bien, Zabalita. Lo mínimo indispensable. Sin embargo, a mí me gusta que cuando uno empieza a hablar de calidad de la democracia, se introduzcan otros criterios para hacer un poco más complejo el análisis.

Entre las preguntas del Economist hay dos que, a mi criterio, implican un juicio de valor un poco raro. Una es que le da más valor a un sistema parlamentario que a uno presidencial. La otra es una pregunta dentro de la participación política que asigna 0 puntos si el voto es obligatorio, aunque la participación electoral sea alta. En Europa, creo que sólo en Alemania además de en Bélgica el voto es obligatorio. En otros países, la gente te queda mirando medio raro cuando decís que el voto es obligatorio en Argentina.

Tiene su lógica pensar que a tasas iguales de presencia en las elecciones, es más democrático un sistema donde la gente va aunque no la obliguen que uno al que va forzada. En ese sentido, las participaciones electorales más impresionantes del mundo son la francesa o las escandinavas, la de España cada vez es más baja y la de los EEUU siempre fue un desastre. Es cierto que en Argentina no se controla mucho el tema, pero la obligación existe y eso debe bajar unas décimas de puntaje. Igual, a mí me encanta que el voto sea obligatorio, para mí es lo mismo que la escuela primaria obligatoria. Ni me quiero imaginar a la Argentina sin voto obligatorio.

Eh, una democracia con fallas no es lo mismo que una democracia fallida!

En cuanto a la parte de funcionamiento de gobierno, para mí es súper importante lo que pasa entre elecciones. Si no hay una rendición de cuentas continua, la calidad de la democracia no es la misma que cuando la hay. Sin rendición de cuentas puede haber arbitrariedades de gobierno difíciles de controlar que no tengan en cuenta los intereses ni de las mayorías ni de las minorías y chau democracia.

Horacio, eso de las elecciones/encuestas no lo vamos a ver ni usted ni yo y además a mí no me gusta para nada. No hay cosa más linda que los días de elecciones.

Zabalita dijo...

Estimada Ana C., no le niego importancia a las variables que menciona el economist. Simplemente el punto es que las definiciones nos sirven para poder discriminar entre lo que una cosa es y lo que no es.

El funcionamiento del gobierno y la rendición de cuentas son esenciales para el buen funcionamiento de la democracia, pero no para que podamos decir "el pais x es una democracia". De hecho, la idea de las definiciones mínimas o procedimantalistas como desprovistas de valores es errónea en mi opinión.

La poliarquía de Dahl captura los dos principios esenciales de la democracia representativa moderna que son la soberanía del pueblo y la división de poderes, principios que no siempre coexisten en forma armónica, pero que son igualmente necesarios.

Detrás de esos principios está la idea que a) el pueblo es la única fuente legítima de la autoridad y b)que es necesario ponerle límites al poder para garantizar la libertad.

La rendición de cuentas o si queremos accountability, rasgo esencial para el buen funcionamiento de la democracia, está contemplada en las elecciones (accountability vertical según O'Donnell) y en la división de poderes (accountability horizontal).

Y desde ya que comparto el no conformarse con el mínimo. Pero empecemos aunque sea por el mínimo y a la vez reclamemos mayor calidad.

Mi crítica en síntesis, es que el Economist mete variables que sirven para evaluar el funcionamiento pero que no hacen a la definición.

Y en parte puede ser peligroso confundir ambas cosas, porque el mal funcionamiento es una de las típicas excusas de truhanes como Fujimori and company para abolir la democracia en nombre de la democracia.

Diego F. dijo...

Es cierto que no se lo menciona mucho a O'Donnell, pero si le sirve Ana, aquí le dejo un interensatísimo análisis que había publicado el año pasado en el blog. Explica más que bien la realidad de paises como el nuestro.

Saludos

Anónimo dijo...

Ana: Posiblemente yo no vea las encuestas y el voto mucho más perfeccionado por la tecnología informática. Pero estoy seguro (va, me parece) que usted las verá. Lo importante del voto directo es que se dará concomitantemente con la transformación del pueblo en ciudadanos, caso contrario no sirve. Eso significa deliberación, como mucho de lo que se hace en estos blogs.
Doy un ejemplo medio burdo para mostrarle lo que a MI me gustaría:
El Presidente de la Nación debe adoptar una medida que sólo puede ser blanco o negro (supongamos que quiere actuar de acuerdo a la preferencia mayoritaria). Se anuncia el problema, durante una semana se discute en los medios, Internet incluido. Luego se llama al gran debate por TV, donde discutirán los mejores exponentes blancos y negros. Con el supuesto de la argumentación agotada luego de 3 horas de deliberación y explicaciones a la gente, se cierra y se vota. Sólo el 10% se ha interesado y visto el debate, el resto sabía; pero decide que le da lo mismo, o no le interesa. Acepto que no le resulte atractivo esto (porque?), pero convengamos que es formativo para la conciencia política del ciudadano.

Zabalita: De acuerdo en general. Con este camino de encuestas e ideas ciudadanas, que creo que seguiremos, la democracia comienza a cambiar muy significativamente. Por eso siempre sostengo que nos conviene prepararnos para la nueva democracia, para implementarla bien, y adaptar los criterios anteriores a la nueva tecnología.