En este blog pretendemos compartir con ustedes nuestros pensamientos sobre finanzas públicas, economía política, politica económica y politica, aclarando como principio que las delimitaciones entre las mencionadas ramas del conocimiento no serán respetadas.
jueves, 31 de enero de 2008
Innovaciones crediticias se necesitan
Ayer asumió Mercedes Marcó del Pont como Presidenta del Banco Nación.
Ella tiene el perfil querido por el gobierno y asume con suficiente respaldo
Acá tenemos un interesante reportaje.
Alguna vez me interné en el mundo de los créditos a Pymes y aprendí que uno de los principales problemas es acceder a la categoría sujeto de crédito. Ante la pregunta de los periodistas esta es la respuesta
"¿Podrían flexibilizarse los requisitos para acceder al crédito?
–No creo. Ya estamos muy restringidos por todo lo que tenemos firmado a nivel internacional de las normas de Basilea y lo que son los manuales de crédito más elementales. Pero tal vez una empresa no califica para una línea de crédito bancaria, pero sí para el Fomipro, un fideicomiso que tiene el banco para financiar empresas más vinculadas con lo social y cooperativas. Lo importante es el norte, esta idea de hacia dónde vamos."
Me parece que si empezamos así el famoso boom del crédito productivo no va a llegar.
Claro que como decía alguien la otra vez, pedimos mayores controles y regulaciones para los mercados financieros y al mismo tiempo queremos que se relajen los requisitos para créditos a las pymes.
De hecho mi amigo anónimo, ¿Modigliani?, nos decía el otro día que una bomba de tiempo se esta armando con los fideicomisos.
Y si, son las paradojas que plantea la ciencia maldita.
miércoles, 30 de enero de 2008
Un italiano en Argentina
Acabo de terminar de leer el libro de Vito Tanzi sobre Argentina, que lleva en inglés un nombre medio deprimente: Argentina: An Economic Chronicle. How One of the Richest Countries in the World Lost Its Wealth. Tenía ganas de leerlo desde que en noviembre una amiga mía me contó que se había publicado. Cuando hace unas semanas Musgrave linkeó hacia una entrevista que le hizo La Nación a Tanzi en el 2000, terminó de darme el último empujoncito. Pensé que iba a tardar más en leerlo, pero el libro es muy ameno, interesante e instructivo y además se lee muy fácil, así que lo terminé bastante rápido.
Tanzi hace tres cosas en su libro. Un análisis económico, un análisis político y una descripción de la Argentina y su relación con ella. El análisis económico es realmente bueno y está escrito en una prosa que pocas veces se lee en economía. El político, sin embargo, no me gustó demasiado, aunque en parte puede ser porque no estaba demasiado de acuerdo con él o porque me sorprendieron un poco algunas de sus opiniones. La parte referida a la Argentina, aunque no convence desde el punto de vista literario, ya que en partes parece sacada de una guía de turismo y está llena de clichés, es muy conmovedora y no deja de tener su atractivo. Se nota que ha tenido una relación especial con la Argentina y que por eso le dedicó este libro.
El caso es que Tanzi trabajó casi 30 años para el FMI, siempre en cuestiones tributarias y fiscales, y desde muy temprano tuvo algo que ver con la Argentina. Ya desde fines de los '60 andaba Don Vito dando vueltas por Buenos Aires en misiones del FMI intentando mejorarle las cuentas al Estado Argentino. Una labor más difícil, parece, que los trabajos de Hércules.
Tanzi cuenta desde un puesto privilegiado, a mitad de camino entre el actor y el espectador, cómo se fueron decidiendo muchas de las políticas que le cambiaron la vida para bien y para mal a millones de argentinos en los últimos 40 años. Y aunque mucho de lo que cuenta debe ser vox populi, también hay detalles de lo que pasaba entre bambalinas que deben ser desconocidos. Por lo menos lo eran para mí, que en unas cuantas ocasiones a lo largo de mi lectura me encontré a mí misma aprendiendo cosas que no sabía.
La tesis de Tanzi, que presenta en un capítulo que lleva el provocativo nombre de "Perón o la creación del déficit fiscal permanente", es que la política fiscal argentina está construida desde los cimientos de una manera tal que siempre va a estar en desequilibrio. Que hay, como dice él, un desequilibrio fiscal dinámico causado por el hecho que los argentinos le demandan al Estado un rol más amplio del que están dispuestos a financiar. Una incongruencia que, si tengo que ser sincera, es una de las razones por las que yo empecé a escribir en este blog. Tal desequilibrio implica que la norma sea tener déficit fiscales permanentes de los que sólo se puede salir haciendo esfuerzos extraordinarios para recortar el gasto o para aumentar los impuestos.
Esos esfuerzos extraordinarios en los dos sentidos no son sostenibles más allá del corto plazo, o porque requieren un esfuerzo recaudatorio basado en impuestos poco eficientes o sólo de alcance temporal, o porque los recortes en el gasto implican dejar de lado gastos indispensables que terminan dejando al sector público en una situación de hambruna permanente y sin demasiadas posibilidades de cumplir eficientemente con el rol que se le asigna y se le exige.
Además, Tanzi resalta en varias ocasiones la inclinación de los argentinos a confiar en supuestas "recetas mágicas" y a lo largo de su libro da varios ejemplos de la búsqueda de la piedra filosofal fiscal llevada a cabo por los distintos habitantes de Hipólito Yrigoyen 250. A mí me sorprendió especialmente leer sobre las ideas raras que tenía Cavallo al respecto.
Otros dos detalles son interesantes, desde el punto de vista histórico. Uno es una especie de racconto sobre cómo fueron evolucionando modas e ideas en el campo fiscal y tributario desde los '60 hasta ahora, lo que cambió, lo que quedó igual y lo que primero cambió y después volvió a ser como antes. El otro, todo el capítulo dedicado a la historia del "efecto Tanzi", al que llama nada más que por su nombre, aunque dice que a los argentinos nos gusta llamarlo "Olivera-Tanzi", lo que es cierto. Ese efecto es para muchos economistas argentinos como el dulce de leche, la birome y el colectivo.
En cuanto a la relación especial con Argentina, creo que viene del hecho de que Tanzi se ve a sí mismo como el inmigrante que pudo ser y no fue y se identifica de alguna forma con los argentinos descendientes de italianos. Es llamativo que la mayoría de los economistas a los que nombra en el libro lleven todos apellidos de ese origen. Eso también hace que sea bastante compasiva y convincente su defensa de los bonistas italianos, a los que presenta como gente que todavía creía en las posibilidades de una Argentina que había sido refugio para muchos.
En resumen, un libro muy leíble y al que dan muchas ganas de recomendar. Aunque uno no esté del todo de acuerdo con Tanzi –por ejemplo, yo estoy más de acuerdo con Stiglitz que con él sobre la mejor solución a la crisis del 2001–, se aprende mucho. Y que una de las autoridades máximas del mundo en materia tributaria le haya dedicado un libro a la Argentina es todo un lujo que hay que aprovechar.
Tanzi hace tres cosas en su libro. Un análisis económico, un análisis político y una descripción de la Argentina y su relación con ella. El análisis económico es realmente bueno y está escrito en una prosa que pocas veces se lee en economía. El político, sin embargo, no me gustó demasiado, aunque en parte puede ser porque no estaba demasiado de acuerdo con él o porque me sorprendieron un poco algunas de sus opiniones. La parte referida a la Argentina, aunque no convence desde el punto de vista literario, ya que en partes parece sacada de una guía de turismo y está llena de clichés, es muy conmovedora y no deja de tener su atractivo. Se nota que ha tenido una relación especial con la Argentina y que por eso le dedicó este libro.
El caso es que Tanzi trabajó casi 30 años para el FMI, siempre en cuestiones tributarias y fiscales, y desde muy temprano tuvo algo que ver con la Argentina. Ya desde fines de los '60 andaba Don Vito dando vueltas por Buenos Aires en misiones del FMI intentando mejorarle las cuentas al Estado Argentino. Una labor más difícil, parece, que los trabajos de Hércules.
Tanzi cuenta desde un puesto privilegiado, a mitad de camino entre el actor y el espectador, cómo se fueron decidiendo muchas de las políticas que le cambiaron la vida para bien y para mal a millones de argentinos en los últimos 40 años. Y aunque mucho de lo que cuenta debe ser vox populi, también hay detalles de lo que pasaba entre bambalinas que deben ser desconocidos. Por lo menos lo eran para mí, que en unas cuantas ocasiones a lo largo de mi lectura me encontré a mí misma aprendiendo cosas que no sabía.
La tesis de Tanzi, que presenta en un capítulo que lleva el provocativo nombre de "Perón o la creación del déficit fiscal permanente", es que la política fiscal argentina está construida desde los cimientos de una manera tal que siempre va a estar en desequilibrio. Que hay, como dice él, un desequilibrio fiscal dinámico causado por el hecho que los argentinos le demandan al Estado un rol más amplio del que están dispuestos a financiar. Una incongruencia que, si tengo que ser sincera, es una de las razones por las que yo empecé a escribir en este blog. Tal desequilibrio implica que la norma sea tener déficit fiscales permanentes de los que sólo se puede salir haciendo esfuerzos extraordinarios para recortar el gasto o para aumentar los impuestos.
Esos esfuerzos extraordinarios en los dos sentidos no son sostenibles más allá del corto plazo, o porque requieren un esfuerzo recaudatorio basado en impuestos poco eficientes o sólo de alcance temporal, o porque los recortes en el gasto implican dejar de lado gastos indispensables que terminan dejando al sector público en una situación de hambruna permanente y sin demasiadas posibilidades de cumplir eficientemente con el rol que se le asigna y se le exige.
Además, Tanzi resalta en varias ocasiones la inclinación de los argentinos a confiar en supuestas "recetas mágicas" y a lo largo de su libro da varios ejemplos de la búsqueda de la piedra filosofal fiscal llevada a cabo por los distintos habitantes de Hipólito Yrigoyen 250. A mí me sorprendió especialmente leer sobre las ideas raras que tenía Cavallo al respecto.
Otros dos detalles son interesantes, desde el punto de vista histórico. Uno es una especie de racconto sobre cómo fueron evolucionando modas e ideas en el campo fiscal y tributario desde los '60 hasta ahora, lo que cambió, lo que quedó igual y lo que primero cambió y después volvió a ser como antes. El otro, todo el capítulo dedicado a la historia del "efecto Tanzi", al que llama nada más que por su nombre, aunque dice que a los argentinos nos gusta llamarlo "Olivera-Tanzi", lo que es cierto. Ese efecto es para muchos economistas argentinos como el dulce de leche, la birome y el colectivo.
En cuanto a la relación especial con Argentina, creo que viene del hecho de que Tanzi se ve a sí mismo como el inmigrante que pudo ser y no fue y se identifica de alguna forma con los argentinos descendientes de italianos. Es llamativo que la mayoría de los economistas a los que nombra en el libro lleven todos apellidos de ese origen. Eso también hace que sea bastante compasiva y convincente su defensa de los bonistas italianos, a los que presenta como gente que todavía creía en las posibilidades de una Argentina que había sido refugio para muchos.
En resumen, un libro muy leíble y al que dan muchas ganas de recomendar. Aunque uno no esté del todo de acuerdo con Tanzi –por ejemplo, yo estoy más de acuerdo con Stiglitz que con él sobre la mejor solución a la crisis del 2001–, se aprende mucho. Y que una de las autoridades máximas del mundo en materia tributaria le haya dedicado un libro a la Argentina es todo un lujo que hay que aprovechar.
martes, 29 de enero de 2008
Canon digital: un buen ejemplo para una clase de finanzas públicas
Seguramente muchos de ustedes estarán al tanto de la polémica que esta levantando la propuesta de Canon Digital que Claudio Morgado puso a debate en lo de los amigos bárbaros. Críticas a la propuesta se encuentran por doquier, por ejemplo en Mundo Perverso tenemos unos cuantos links al tema.
Hoy Ana C. y El del 0.33% me pidieron que postee sobre el tema. Ya dejé un par de comments en La Barbarie pero voy a ver si puedo darle un enfoque integral a mi visión sobre el tema.
Si leen los links anteriores verán que todos se focalizan en criticar el canon digital pero hay muy poco posteado y comentado sobre el Instituto de la Música, supuesto destino de la recaudación del impuesto.
Cuando uno repasa los programas de estudio de la materia Finanzas Públicas así como los manuales sobre el tema, siempre se repite la misma secuencia: primero se discuten ideas acerca del rol del estado en la economía, luego se desarrolla lo que se llama la teoría del gasto público, donde se repasan las fallas de mercado, bienes públicos y externalidades y los problemas de distribución del ingreso y, por último, se estudian los impuestos y la teoría de la tributación.
Este orden no es superfluo ni antojadizo. Como ya repetimos hace tiempo, la primera función de un sistema tributario es financiar el presupuesto público, donde se expresan las prioridades de gasto público que la sociedad ha elegido/determinado a través del mecanismo democrático de las elecciones.
Esta lógica se rompe cuando se invierte la secuencia, primero se crea el tributo y luego se decide donde aplicar los fondos. Estos suelen ser los casos de impuestos con asignación específica, tributos donde por ley se les asigna un destino, aislándolo del reparto de fondos entre las distintas políticas públicas que se da en la elaboración del presupuesto.
La legitimidad de un impuesto se funda en el destino que el Estado dará a los fondos recaudados.
Por falta de información no tengo una opinión formada sobre el Instituto de la Música. Sí tengo claro que si este instituto debe ser creado y financiado no es necesario crear un nuevo impuesto específico y menos con asignación específica para ello.
El canon digital surge como una forma de combatir la piratería, suponiendo que todo comprador de un soporte informático (mp3, cd, dvd, etc.) es un pirata en potencia.
No sé qué ha pasado en Europa y más precisamente en España, pero se me ocurre que un efecto esperado es incrementar la piratería. Esto sería consecuencia de que al hacer más caro el soporte, el mercado rápidamente se concentraría en grandes proveedores de cd, dvd piratas, quienes por su poder económico lograrían la forma de sortear el control oficial. El incentivo al contrabando sería mayor y por lo tanto los peces grandes saldrían fortalecidos.
No entiendo por qué se quiere combatir un delito mediante un impuesto, los tributos no sirven para eso.
Además, este impuesto agrandaría la brecha digital, impidiendo que logremos evitar que muchos compatriotas sean analfabetos informáticos.
En fin, como dije por ahí, si se quieren obtener fondos para financiar el Instituto de la Música, que se elimine la alicuota diferencial del IVA del 10.5% para productos electrónicos importados que no compitan con producción nacional (pc, mp3, palm, celulares, plasmas, etc.). Tema sobre el que ya posteamos acá y acá.
Hoy Ana C. y El del 0.33% me pidieron que postee sobre el tema. Ya dejé un par de comments en La Barbarie pero voy a ver si puedo darle un enfoque integral a mi visión sobre el tema.
Si leen los links anteriores verán que todos se focalizan en criticar el canon digital pero hay muy poco posteado y comentado sobre el Instituto de la Música, supuesto destino de la recaudación del impuesto.
Cuando uno repasa los programas de estudio de la materia Finanzas Públicas así como los manuales sobre el tema, siempre se repite la misma secuencia: primero se discuten ideas acerca del rol del estado en la economía, luego se desarrolla lo que se llama la teoría del gasto público, donde se repasan las fallas de mercado, bienes públicos y externalidades y los problemas de distribución del ingreso y, por último, se estudian los impuestos y la teoría de la tributación.
Este orden no es superfluo ni antojadizo. Como ya repetimos hace tiempo, la primera función de un sistema tributario es financiar el presupuesto público, donde se expresan las prioridades de gasto público que la sociedad ha elegido/determinado a través del mecanismo democrático de las elecciones.
Esta lógica se rompe cuando se invierte la secuencia, primero se crea el tributo y luego se decide donde aplicar los fondos. Estos suelen ser los casos de impuestos con asignación específica, tributos donde por ley se les asigna un destino, aislándolo del reparto de fondos entre las distintas políticas públicas que se da en la elaboración del presupuesto.
La legitimidad de un impuesto se funda en el destino que el Estado dará a los fondos recaudados.
Por falta de información no tengo una opinión formada sobre el Instituto de la Música. Sí tengo claro que si este instituto debe ser creado y financiado no es necesario crear un nuevo impuesto específico y menos con asignación específica para ello.
El canon digital surge como una forma de combatir la piratería, suponiendo que todo comprador de un soporte informático (mp3, cd, dvd, etc.) es un pirata en potencia.
No sé qué ha pasado en Europa y más precisamente en España, pero se me ocurre que un efecto esperado es incrementar la piratería. Esto sería consecuencia de que al hacer más caro el soporte, el mercado rápidamente se concentraría en grandes proveedores de cd, dvd piratas, quienes por su poder económico lograrían la forma de sortear el control oficial. El incentivo al contrabando sería mayor y por lo tanto los peces grandes saldrían fortalecidos.
No entiendo por qué se quiere combatir un delito mediante un impuesto, los tributos no sirven para eso.
Además, este impuesto agrandaría la brecha digital, impidiendo que logremos evitar que muchos compatriotas sean analfabetos informáticos.
En fin, como dije por ahí, si se quieren obtener fondos para financiar el Instituto de la Música, que se elimine la alicuota diferencial del IVA del 10.5% para productos electrónicos importados que no compitan con producción nacional (pc, mp3, palm, celulares, plasmas, etc.). Tema sobre el que ya posteamos acá y acá.
Y dale con Pernía...., que otra cosa puedo hacer.....
Y sí, no queda otra que seguir pensando y posteando sobre la crisis en USA. El otro día le decía a Ana C. que estaba monotemático, pero como dice G.C. "que otra cosa puedo hacer".
Vieron esta noticia. Me interesa este par de frases. "...el porcentaje de inversores que descuentan una baja de medio punto se elevó más de un 10% desde los niveles del viernes llegando a 85% y ya nadie espera que no haya una reducción"
Y...“Al modificarse las probabilidades de una potencial reducción de tasas por parte de la Reserva la tranquilidad apareció en los mercados”, señaló Antonio Cejuela, director de Puente Hnos. Con Ana C. tenemos una interminable discusión sobre la independencia de los central bankers, parece que para algunos que no son pocos, independencia es sinónimo de previsibilidad. Bueno algo parecido decían Persson y Tabellini, no?
Sin olvidar la bajada del título "LOS INVERSORES SIGUEN PRESIONANDO A LA FED Y PONIENDO A PRUEBA A BERNANKE"
Hace unos días uno de mis amigos anónimos me trataba de ignorante por insinuar que el mercado presionaba por la salida de Bernanke si éste seguía con su política antiinflacionaria de no bajar la tasa. Eso si, sigo esperando que me cuente la explicación que él y sus jocosos compañeros de oficina le encontraron a la inesperada decisión del tío Ben.
Claro que como aprendimos por estas tierras desde el 83, ahora las presiones no se hacen más a través de las botas sino que hay mecanismos mucho más sútiles, elegantes e institucionalizados.
Si como pasó la otra semana, a las pocas hora que escribí el post Bernanke bajó la tasa 0.75, hoy la FED la vuelve a bajar por lo menos 0.5, estaremos ante un nuevo caso de aquel fenómeno que nos seducía cuando estudiabamos RatEx, "la profecía autocumplida".
Pero en mi barrio, si vemos un animal blanco con manchas negras, cuatro patas, que da leche y dice mu, tenemos muy claro frente a que bichito de dios estamos.
domingo, 27 de enero de 2008
Los economistas, la toma de decisiones y la gestión
Hace muchos años un ex compañero que ya había logrado un puesto importante en Procter & Gamble me dijo "Che, sabés acá que laburando descubrí que nuestra formación como economistas nos da una gran ventaja competitiva, una poderosa capacidad de analisis".
Con el tiempo aprendí que capacidad de análisis es una cosa y toma de decisiones o capacidad de gestión es otra muy distinta.
Aprendemos que condiciones deben tener un óptimo paretiano, un equilibrio estable y como hacer análisis de estática comparada. Y hasta algunos tienen la misma capacidad para análisis dinámicos. La gestión se parece más a las transacciones en desequilibrio de Clower que a los equilibrios walrasianos. Algunos se especializan en Teoría de la Juegos, pero los comportamientos de las personas son más complejos.
Claro que nuestra formación nos hace fuertes como analistas y para gestionar a veces se necesitan otras herramientas y conocimientos.
Por formación ante un problema nuestra tendencia es diseñar la mejor solución posible y somos especialistas en listar el conjunto de restricciones que pueden impedir que alcancemos el óptimo. Esta forma de procesar los problemas y tomar decisiones hace que muchas veces nos gane la inacción y no podamos avanzar en la gestión. Y entonces me acuerdo de aquella bonita "lo mejor es enemigo de lo bueno".
Mi nuevo jefe está en la búsqueda de un abogado administrativista hace más de un mes e infructuosamente sigue tratando de encontrar el humano que cuadre con su perfil óptimo diseñado. El viernes luego de entrevistar a un candidato más, me dijo "me parece que voy a tener que alejarme un poco de mi óptimo".
Con el tiempo aprendí que capacidad de análisis es una cosa y toma de decisiones o capacidad de gestión es otra muy distinta.
Aprendemos que condiciones deben tener un óptimo paretiano, un equilibrio estable y como hacer análisis de estática comparada. Y hasta algunos tienen la misma capacidad para análisis dinámicos. La gestión se parece más a las transacciones en desequilibrio de Clower que a los equilibrios walrasianos. Algunos se especializan en Teoría de la Juegos, pero los comportamientos de las personas son más complejos.
Claro que nuestra formación nos hace fuertes como analistas y para gestionar a veces se necesitan otras herramientas y conocimientos.
Por formación ante un problema nuestra tendencia es diseñar la mejor solución posible y somos especialistas en listar el conjunto de restricciones que pueden impedir que alcancemos el óptimo. Esta forma de procesar los problemas y tomar decisiones hace que muchas veces nos gane la inacción y no podamos avanzar en la gestión. Y entonces me acuerdo de aquella bonita "lo mejor es enemigo de lo bueno".
Mi nuevo jefe está en la búsqueda de un abogado administrativista hace más de un mes e infructuosamente sigue tratando de encontrar el humano que cuadre con su perfil óptimo diseñado. El viernes luego de entrevistar a un candidato más, me dijo "me parece que voy a tener que alejarme un poco de mi óptimo".
Un pánico que nació de la desregulación
El gran Paul A. Samuelson lo viene repitiendo hace mucho. Hoy en el iEco de Clarín publicaron la versión traducida de esta nota.
El otro día hablabamos de reagonomics, parece que el gran P.A.S. piensa parecido.
Crisis en E.E.U.U., un picadito
No se pierdan este análisis de Paul Krugman sobre el paquete de Bush.
Vieron las increíbles las declaraciones de Strauss-Kahn, capo del FMI? Ahora recomiendan que los paises olviden la prudencia fiscal y ceben sus economías con mayores deficits fiscales. Los tiempos han cambiado.
jueves, 24 de enero de 2008
Crisis Financiera, Crecimiento y Politica Fiscal
Hace un par de semanas uno de nuestros amigos comentaristas nos dejó una consulta sobre la propuesta del Fair Tax del precandidato republicano Huckabee. Básicamente la idea es reemplazar todo el sistema impositivo yanqui por un único impuesto a las ventas. Simple y claro.
Como bien dicen sus propulsores esta idea avanza y supera a la del Flat Tax que Steve Forbes propuso cuando fue candidato independiente a la Casa Blanca. En la literatura al Flat Tax tambien se lo conoce como Hall-Rabushka tax.
Ambos F.Taxes se caracterizan por gravar básicamente el consumo, el flat tax grava los ingresos dedicados al consumo y el fair tax grava directamente las ventas o el consumo. Es decir que en ambos casos el ahorro no tributa.
Desde la época de J.S.Mill los tributaristas se dividen entre aquellos que desean gravar todo el ingreso y quienes proponen no gravar el ahorro ya que de esta forma se incentiva la inversión y el crecimiento.
Como mencioné hace poco la crisis financiera actual se explica en parte por la abundancia de liquidez y la ausencia de regulaciones adecuadas, por lo menos eso dicen en el Financial Times.
La forma en que uno decide aplicar una política fiscal expansiva parece no ser neutral. Es lógico pensar que si se bajan impuestos a quienes poseen una mayor capacidad de ahorro, estos ahorrarán más. Pero claro hoy las mejores alternativas de inversión no siempre son actividades productivas y ahí creo que empiezan los problemas. En cambio, si la expansión es provocada mediante una politica de gasto redistributiva o una baja de impuestos a los sectores medios y bajos con mayor propensión a consumir el impacto sobre la demanda agregada es más directo y profundo. Por aquí Paul Krugman lo explica mejor.
En estos días me estoy preguntando si la crisis financiera actual no es un caso en contra de aquellos que siguiendo la saga de las reaganomics proponen bajar los impuestos al ahorro para incentivar una mayor inversión y un mayor crecimiento.
¿Ustedes que opinan?
martes, 22 de enero de 2008
Oráculos
Hacer previsiones económicas es un trabajo interesante. Uno tiene un par de modelitos econométricos que al final terminan dando cualquier cosa poco plausible, sigue lo que pasa con la economía real y financiera en todos lados, mira lo que dicen los demás, habla con gente que sabe más que uno, mira todas las series intentando adivinar para qué lado van a disparar y al final se anima a arriesgar sus numeritos.
Normalmente, uno se controla un poco y termina haciendo unas previsiones menos arriesgadas de lo que le gustaría. Al final, seguro que nos equivocamos y es mejor equivocarse por un pocas décimas que por unos cuantos puntos si uno tiene que predecir el crecimiento del PIB de cualquier país y pretende cuidar su reputación.
Pero acá hay un banco danés una de cuyas especialidades es intentar un poco en serio y un poco en broma descubrir los cisnes negros, que como todo el mundo sabe se consideraban inexistentes hasta que se descubrió que era un pájaro australiano. El banco lleva el nombre del monje que escribió la primera historia danesa en el medioevo y además es uno de los primeros bancos que usan las nuevas tecnologías intensivamente. Quizás eso de apoyarse en los extremos los lleve a animarse a predecir cisnes negros, que es lo mismo que intentar adivinar los acontecimientos extremos posibles pero improbables por lo extremos, justamente.
Pero a veces, o por lo menos una vez por año, esas cosas pasan y cuando pasan, dejan a unos cuantos descolocados. Por otra parte, si aparece el cisne negro, el oráculo se puede dar el lujo de decir "nosotros lo dijimos antes que nadie", una de las mayores satisfacciones que puede tener uno cuando hace previsiones.
Una versión corta de las predicciones exageradas se encuentra aquí. En esa página también uno puede votar si la predicción le parece o no posible.
El banco no pronostica un 2008 demasiado bueno. Sus diez predicciones extravagantes anuncian que:
1. Ron Paul (¿?) será electo como Presidente de los Estados Unidos en 2008 (Primera vez que escucho el nombre, pero parece más expresión de deseos que otra cosa, el señor es un libertario de esos que quieren bajar todos los impuestos).
2. El índice S&P500 va a caer 25% desde el máximo que alcanzó en 2007 hasta 1182 (Ni idea, no sigo esas cosas).
3. La corona sueca va a subir con respecto al Euro, de 9,4 SEK por EUR a 8,8 (No me lo creo ni de casualidad, hace como 5 años que se mueve entre 9 y 9,5, aunque eso de los "strong fundamentals" se aplica acá, y cómo. Será cuestión de comprar NOKs y SEKs).
4. La moneda de Singapur subirá con respecto al dólar de 1,6 a 1,4 y volverá a 1,6 (totalmente irrelevante y un poco atrasada la predicción).
5. La moneda de Hungría cae a 275 por Euro (Bue, hace años que se está prediciendo una terrible crisis financiera en Hungría, ahora está en 250 y en algún momento estuvo a 285, así que no parece raro esto).
6. Por lo menos 3 de las 10 empresas constructoras más grandes de los Estados Unidos irán a la bancarrota (¿Será?).
7. La bolsa china caerá un 40% hacia el final del verano (En ese país puede pasar cualquier cosa, todo tiene dimensiones exageradas, pero ¿40%?).
8. Los precios de los cereales volverán a duplicarse (Uf, esto es como el abrazo de un oso para un país exportador de eso pero con inflación).
9. El precio del petróleo llegará a 175 dólares por barril (A ver si la gente se decide a usar otra cosa, entonces).
10. El Reino Unido tendrá crecimiento negativo (¿un trimestre, dos trimestres, todo el año?).
Una versión un poco más larga de los pronósticos, acá. A ver si alguien se anima a hacer los suyos. ¿Cisnes negros argentinos?
Normalmente, uno se controla un poco y termina haciendo unas previsiones menos arriesgadas de lo que le gustaría. Al final, seguro que nos equivocamos y es mejor equivocarse por un pocas décimas que por unos cuantos puntos si uno tiene que predecir el crecimiento del PIB de cualquier país y pretende cuidar su reputación.
Pero acá hay un banco danés una de cuyas especialidades es intentar un poco en serio y un poco en broma descubrir los cisnes negros, que como todo el mundo sabe se consideraban inexistentes hasta que se descubrió que era un pájaro australiano. El banco lleva el nombre del monje que escribió la primera historia danesa en el medioevo y además es uno de los primeros bancos que usan las nuevas tecnologías intensivamente. Quizás eso de apoyarse en los extremos los lleve a animarse a predecir cisnes negros, que es lo mismo que intentar adivinar los acontecimientos extremos posibles pero improbables por lo extremos, justamente.
Pero a veces, o por lo menos una vez por año, esas cosas pasan y cuando pasan, dejan a unos cuantos descolocados. Por otra parte, si aparece el cisne negro, el oráculo se puede dar el lujo de decir "nosotros lo dijimos antes que nadie", una de las mayores satisfacciones que puede tener uno cuando hace previsiones.
Una versión corta de las predicciones exageradas se encuentra aquí. En esa página también uno puede votar si la predicción le parece o no posible.
El banco no pronostica un 2008 demasiado bueno. Sus diez predicciones extravagantes anuncian que:
1. Ron Paul (¿?) será electo como Presidente de los Estados Unidos en 2008 (Primera vez que escucho el nombre, pero parece más expresión de deseos que otra cosa, el señor es un libertario de esos que quieren bajar todos los impuestos).
2. El índice S&P500 va a caer 25% desde el máximo que alcanzó en 2007 hasta 1182 (Ni idea, no sigo esas cosas).
3. La corona sueca va a subir con respecto al Euro, de 9,4 SEK por EUR a 8,8 (No me lo creo ni de casualidad, hace como 5 años que se mueve entre 9 y 9,5, aunque eso de los "strong fundamentals" se aplica acá, y cómo. Será cuestión de comprar NOKs y SEKs).
4. La moneda de Singapur subirá con respecto al dólar de 1,6 a 1,4 y volverá a 1,6 (totalmente irrelevante y un poco atrasada la predicción).
5. La moneda de Hungría cae a 275 por Euro (Bue, hace años que se está prediciendo una terrible crisis financiera en Hungría, ahora está en 250 y en algún momento estuvo a 285, así que no parece raro esto).
6. Por lo menos 3 de las 10 empresas constructoras más grandes de los Estados Unidos irán a la bancarrota (¿Será?).
7. La bolsa china caerá un 40% hacia el final del verano (En ese país puede pasar cualquier cosa, todo tiene dimensiones exageradas, pero ¿40%?).
8. Los precios de los cereales volverán a duplicarse (Uf, esto es como el abrazo de un oso para un país exportador de eso pero con inflación).
9. El precio del petróleo llegará a 175 dólares por barril (A ver si la gente se decide a usar otra cosa, entonces).
10. El Reino Unido tendrá crecimiento negativo (¿un trimestre, dos trimestres, todo el año?).
Una versión un poco más larga de los pronósticos, acá. A ver si alguien se anima a hacer los suyos. ¿Cisnes negros argentinos?
La Teoría de los Dos Demonios: versión yanqui
Ayer me la agarré con G.W.Bush. Hoy después de leer esta noticia estoy cambiando de opinión.
Por la radio repiten, "el mercado no les cree ni a Bush ni Bernanke y no ven con buenos ojos el paquete fiscal". El MERCADO pide una mayor baja de tasas. La nota dice que los más ambiciosos esperan una baja de 100 puntos básicos, que llevaría la tasa a 3.25%.
Algunos se quejan del conservadurismo de Bush y su intención de no volver a caer en la trampa del Riesgo Moral(Comportamiento Oportunista, gracias anónimo).
Es evidente que atrás del escepticismo del mercado hay un tema redistributivo. El impacto sobre la demanda agregada del paquete fiscal es distinto al de una nueva rebaja de la tasa. En este último caso, el mercado reaccionaría mejor pero dudo que su impacto sobre el PBI sea superior al del paquete fiscal.
La prioridad de Bush parece ser evitar la recesión por sobre resolver la crisis financiera y en ese caso creo que la solución fiscal es más adecuada. Claro que habría que esperar conocer la letra chica del paquete para saber si los beneficios serán para la clase media o sólo para los ricos y famosos. No olvidemos que parte de la líquidez se explica por la reformas tributarias pro ricos que ya aplicó G.W.B.
También se me ocurre interesante como observador ver si el mercado le logra torcer el brazo a Bush y éste entrega la cabeza de Bernanke.
Por la radio repiten, "el mercado no les cree ni a Bush ni Bernanke y no ven con buenos ojos el paquete fiscal". El MERCADO pide una mayor baja de tasas. La nota dice que los más ambiciosos esperan una baja de 100 puntos básicos, que llevaría la tasa a 3.25%.
Algunos se quejan del conservadurismo de Bush y su intención de no volver a caer en la trampa del Riesgo Moral(Comportamiento Oportunista, gracias anónimo).
Es evidente que atrás del escepticismo del mercado hay un tema redistributivo. El impacto sobre la demanda agregada del paquete fiscal es distinto al de una nueva rebaja de la tasa. En este último caso, el mercado reaccionaría mejor pero dudo que su impacto sobre el PBI sea superior al del paquete fiscal.
La prioridad de Bush parece ser evitar la recesión por sobre resolver la crisis financiera y en ese caso creo que la solución fiscal es más adecuada. Claro que habría que esperar conocer la letra chica del paquete para saber si los beneficios serán para la clase media o sólo para los ricos y famosos. No olvidemos que parte de la líquidez se explica por la reformas tributarias pro ricos que ya aplicó G.W.B.
También se me ocurre interesante como observador ver si el mercado le logra torcer el brazo a Bush y éste entrega la cabeza de Bernanke.
sábado, 19 de enero de 2008
Si no regulás... al final lo pagás
Y si, al final Bush tuvo que abrir la billetera. Aunque claro no la suya, que la abre para invertir en nuestra agua, sino la de los plomeros y albañiles yanquis.
Como dice el gran Paul Krugman, y desde acá venimos repitiendo hace tiempo, "el pecado fue no hacer una supervisión adulta de los mercados financieros".
Las pérdidas subprime ya suman u$s 100.000 millones y la inyección de fondos de la FED ya supera los u$s 1.000 millones.
Ahora los economistas yanquis debaten si la politica fiscal expansiva debe instrumentarse via baja de impuestos, suba del gasto o un mix. Interesante notar que Joel Slemrod dice que la rebaja de impuestos post crisis del 11/9 no fue muy efectiva.
Recordemos que si fue efectiva en concentrar aún más el reparto de la torta entre los yanquis.
¿Será esto una prueba más de que las políticas fiscales redistributivas tienen mayores efectos expansivos?.
No tenemos que perder de vista que lamentablemente EE.UU. ha venido implementando la politica fiscal expansiva por excelencia, el brutal incremento de los gastos militares debido a la guerra de Irak. Recordemos que el PBI yanqui recupera sus niveles pre crisis del 30, recién luego de su entrada en en la Segunda Guerra Mundial.
Si miramos un poco lo acontecido desde la crisis del 2001, vemos que las medidas tomadas para impulsar la economía siempre tuvieron un claro sesgo, rebaja de impuestos a los más ricos, baja de la tasa de interes cuyo principal efecto fue impulsar burbujas de activos financieros. A la vez que se recortaron los gastos sociales para frenar un poco el enorme deficit fiscal.
A costa de repetirme volveré a insistir sobre el mismo tema, la falta de regulación de los mercados financieros al final se paga.
jueves, 17 de enero de 2008
Inflación alemana
Entre los idiomas que no sé leer pero me gustaría está el alemán. Pero como en mi casa hay división del trabajo por ventajas comparativas, todos salimos ganando.
Así, mi marido me muestra un artículo donde cuentan que la inflación alemana se está pareciendo a la de algunos países latinoamericanos.
Lo que los alemanes llaman Preisexplosion en realidad es bastante moderado, 3,1% aumentó en el 2007 el equivalente al IPC local. Pero el aumento en los derivados de cereales, oleaginosas y lácteos supera los límites de la imaginación de cualquier alemán nacido en la posguerra. Inflación de 3 dígitos en la harina común se parece bastante a una hiperinflación. Igual son bastante exagerados, tan grave no es tener la inflación más alta de los últimos 13 años.
Y mucho menos cuando nada los obliga a adivinarla.
Así, mi marido me muestra un artículo donde cuentan que la inflación alemana se está pareciendo a la de algunos países latinoamericanos.
Lo que los alemanes llaman Preisexplosion en realidad es bastante moderado, 3,1% aumentó en el 2007 el equivalente al IPC local. Pero el aumento en los derivados de cereales, oleaginosas y lácteos supera los límites de la imaginación de cualquier alemán nacido en la posguerra. Inflación de 3 dígitos en la harina común se parece bastante a una hiperinflación. Igual son bastante exagerados, tan grave no es tener la inflación más alta de los últimos 13 años.
Y mucho menos cuando nada los obliga a adivinarla.
Mirada Global, ¿por qué algunos no la tienen?
Seré muy breve. Vieron esta noticia (1) y esta otra (2)?
Durante mucho tiempo discutimos si había que desacelerar el gasto público o no para "enfriar" la economía. Estoy muy mal si pienso que ambos hechos están fuertemente vinculados?.
Dicen que los bonistas festejan. Porque habrían manipuleados los datos de la actividad económica? Moreno juega para los bonistas?.
Para los que no acceden al Cronista. (1) Fuerte deficit fiscal en diciembre. (2) Cifras records de actividad económica. Dudas sobre los datos
Durante mucho tiempo discutimos si había que desacelerar el gasto público o no para "enfriar" la economía. Estoy muy mal si pienso que ambos hechos están fuertemente vinculados?.
Dicen que los bonistas festejan. Porque habrían manipuleados los datos de la actividad económica? Moreno juega para los bonistas?.
Para los que no acceden al Cronista. (1) Fuerte deficit fiscal en diciembre. (2) Cifras records de actividad económica. Dudas sobre los datos
miércoles, 16 de enero de 2008
Miren el trabajito que pegó Greenspan.
Gracias al Abuelo Económico pasé por el Wall Street Journal, y me encontré con esta noticia.
Como le dije a A.E., me sigo preguntando, no era que los hegde funds son parte del problema que generó la crisis subprime?.
Hace tiempo pedíamos más regulación en los mercados financieros, me parece que por ahora no tendremos suerte.
Echando ñoquis o persecusión ideólogica?
Se me había pasado el tema. Pero releyendo el clarín dominguero me encontré con esta foto. En la edición impresa el epígrafe reza "Alturas, Peña en la terraza del palacio municipal. El delfin de Macri dijo que los despedidos no vuelven aunque demuestren que no eran ñoquis". Esta es la nota completa.
Esta nota de página 12 me parecía una exageración, me equivoqué.
Leyendo a M. Peña, pienso que quizás el joven delfín sea fanático de Calamaro.
Pero en política la brutalidad es más un defecto que una virtud.
martes, 15 de enero de 2008
De una generación a otra
Si la sostenibilidad es importante en las Finanzas Públicas, no hay tema donde sea más importante que en el de los sistemas de pensiones.
A las jubilaciones todos las consideramos ahora un derecho humano, pero en realidad son un invento bastante moderno. Antes, la gente se moría bastante pronto y no las necesitaba. Si conseguía sobrevivir aún después de haber perdido su capacidad de trabajo, vivía de la fortuna que había acumulado durante su vida productiva o sino pasaba a ser dependiente de sus hijos. Así, el seguro para la vejez eran los propios ahorros o la cantidad de hijos que uno tenía.
Si dejamos aparte lo de morirse joven, cada vez menos relevante al ritmo que aumenta la esperanza de vida, cualquiera de las otras alternativas puede asimilarse a uno de los actuales sistemas de pensiones. Lo de vivir de la fortuna acumulada equivale a un sistema de capitalización, lo de ser dependiente de los hijos equivale al sistema de reparto.
En los sistemas de capitalización, cada uno ahorra para su propia jubilación en un fondo de pensiones. Estos invierten los aportes de los futuros jubilados y cuando llega el momento, devuelven esos mismos aportes más los intereses correspondientes a sus clientes. En un sistema de capitalización, por ende, uno depende nada más que de sí mismo, de su capacidad de trabajo y de ahorro para asegurarse la vejez.
En un sistema de reparto, en cambio, la gente en edad de trabajar contribuye a un fondo de pensiones común para que la gente que ya dejó el mercado de trabajo reciba un ingreso. El sistema descansa, al igual que la antigua red de seguridad entre padres e hijos, en la solidaridad intergeneracional. Los jóvenes contribuyen al sistema hoy confiando en que serán retribuidos de la misma manera mañana.
Si a mí me dan a elegir entre un sistema de jubilación de reparto y uno de capitalización nada más que por su eficiencia, diría sin ninguna duda "de reparto". Pero estaría diciendo algo un poco a las apuradas.
Lo que define la eficiencia del sistema es su tasa de retorno. En un sistema de capitalización ésta está dada en principio por la tasa de interés. En un sistema de reparto, es un poco más complicado, pero la idea general es que la tasa de retorno es la tasa de aumento de la masa salarial de la economía, esto es, el aumento en los salarios más el aumento en el empleo entre una generación y la siguiente. Parece ser que en un mundo sin fricciones la tasa de interés es superior a la tasa de aumento de la masa salarial, por lo que un sistema de capitalización sería superior a uno de reparto.
Pero como todos bien sabemos, en el mundo real sí hay fricciones. En el mundo de los sistemas de capitalización están dadas por los gastos de administración de los fondos, por la incapacidad del administrador de conseguir durante 30 años la mejor tasa de rendimiento para esos fondos y, sobre todo, por el riesgo inherente a toda inversión, como descubrieron los míticos jubilados alemanes que invirtieron en bonos de deuda argentina.
Además, hay un efecto al que se suele llamar el efecto de la doble carga que ocurre cuando un sistema de reparto se transforma en un sistema de capitalización. El Estado deja de recibir aportes jubilatorios de los que se pasan a la capitalización, pero al mismo tiempo tiene que seguir pagándole a los actuales jubilados y a los que se quedan a medio camino entre un sistema y otro. Para compensar se vería obligado a aumentar los impuestos a la generación que trabaja y está en el nuevo sistema, lo que disminuye aún más el rendimiento del sistema de capitalización.
Por otro lado, un sistema de reparto depende en forma crucial de la estructura demográfica de la población. La demografía define en gran parte la tasa de dependencia, esto es, la relación entre la población pasiva y la activa. Y digo "en gran parte" porque no es lo único. La legislación al respecto define los parámetros clave del sistema, al determinar edad de jubilación, años requeridos de aportes, años requeridos en el mercado de trabajo y detalles parecidos, determinantes también de la sostenibilidad del sistema.
En realidad, la solidaridad intergeneracional exige dos cosas. Una, por supuesto, es contribuir al sistema pagando los aportes necesarios, la otra, menos obvia para muchos, es tener la cantidad suficiente de hijos para que se mantenga la población. Y no son muchos, tampoco. Con que cada mujer tenga en promedio 2,1 hijos el problema queda solucionado. Pero mucha gente no lo piensa de esa manera. Yo cada vez que escucho treintañeros protestando sobre los hijos de los otros y diciendo tan sueltos de cuerpo que no van a tener hijos para disfrutar la vida, viajar, estudiar o lo que sea, pienso que entonces se los debería obligar a salir del sistema de reparto o permanecer con la condición de pagar el doble de aportes.
Como se ve en la figura, en Argentina el problema demográfico no es tal, por suerte. Las argentinas -aunque no las porteñas, que son las free-rider del modelo- tienen algo más de los 2,1 hijos necesarios y la población sigue creciendo. Aunque la población envejece, lo hace a un ritmo bastante menor que en otros países. El problema, como ya hemos visto por acá, es que muy poca gente trabaja y una gran parte de los pocos que trabajan lo hacen en negro. Ninguno de estos dos grupos contribuye al sistema.
El otro gran problema que tiene el sistema argentino son algunos de sus parámetros. Entre ellos que la gente entra al mercado formal de trabajo bastante tarde y se jubila demasiado temprano. Así, contribuye durante pocos años y los aportes no alcanzan para pagar las jubilaciones.
Por último, el Estado argentino no sabe aprovechar las ventajas administrativas y financieras que ofrece un sistema de reparto en un país con población joven con respecto a un sistema de capitalización. Y además trata a los fondos de pensiones irresponsablemente. Los fondos de pensiones de sistemas de reparto deben tratarse en forma asimétrica y con mucho respeto; pueden ser compensados, si necesario, con impuestos generales, para garantizar un nivel adecuado de ingresos a los jubilados, pero jamás, jamás deben usarse en lugar de los impuestos generales para financiar gastos corrientes o de inversión.
Los fondos de pensiones públicos son para pagar jubilaciones, no para construir caminos, usinas o cloacas. Es lo menos que se le debe a los jubilados argentinos del presente y del futuro después de todas las incertidumbres que se han visto obligados a soportar con los vaivenes de los cambios de sistemas.
A las jubilaciones todos las consideramos ahora un derecho humano, pero en realidad son un invento bastante moderno. Antes, la gente se moría bastante pronto y no las necesitaba. Si conseguía sobrevivir aún después de haber perdido su capacidad de trabajo, vivía de la fortuna que había acumulado durante su vida productiva o sino pasaba a ser dependiente de sus hijos. Así, el seguro para la vejez eran los propios ahorros o la cantidad de hijos que uno tenía.
Si dejamos aparte lo de morirse joven, cada vez menos relevante al ritmo que aumenta la esperanza de vida, cualquiera de las otras alternativas puede asimilarse a uno de los actuales sistemas de pensiones. Lo de vivir de la fortuna acumulada equivale a un sistema de capitalización, lo de ser dependiente de los hijos equivale al sistema de reparto.
En los sistemas de capitalización, cada uno ahorra para su propia jubilación en un fondo de pensiones. Estos invierten los aportes de los futuros jubilados y cuando llega el momento, devuelven esos mismos aportes más los intereses correspondientes a sus clientes. En un sistema de capitalización, por ende, uno depende nada más que de sí mismo, de su capacidad de trabajo y de ahorro para asegurarse la vejez.
En un sistema de reparto, en cambio, la gente en edad de trabajar contribuye a un fondo de pensiones común para que la gente que ya dejó el mercado de trabajo reciba un ingreso. El sistema descansa, al igual que la antigua red de seguridad entre padres e hijos, en la solidaridad intergeneracional. Los jóvenes contribuyen al sistema hoy confiando en que serán retribuidos de la misma manera mañana.
Si a mí me dan a elegir entre un sistema de jubilación de reparto y uno de capitalización nada más que por su eficiencia, diría sin ninguna duda "de reparto". Pero estaría diciendo algo un poco a las apuradas.
Lo que define la eficiencia del sistema es su tasa de retorno. En un sistema de capitalización ésta está dada en principio por la tasa de interés. En un sistema de reparto, es un poco más complicado, pero la idea general es que la tasa de retorno es la tasa de aumento de la masa salarial de la economía, esto es, el aumento en los salarios más el aumento en el empleo entre una generación y la siguiente. Parece ser que en un mundo sin fricciones la tasa de interés es superior a la tasa de aumento de la masa salarial, por lo que un sistema de capitalización sería superior a uno de reparto.
Pero como todos bien sabemos, en el mundo real sí hay fricciones. En el mundo de los sistemas de capitalización están dadas por los gastos de administración de los fondos, por la incapacidad del administrador de conseguir durante 30 años la mejor tasa de rendimiento para esos fondos y, sobre todo, por el riesgo inherente a toda inversión, como descubrieron los míticos jubilados alemanes que invirtieron en bonos de deuda argentina.
Además, hay un efecto al que se suele llamar el efecto de la doble carga que ocurre cuando un sistema de reparto se transforma en un sistema de capitalización. El Estado deja de recibir aportes jubilatorios de los que se pasan a la capitalización, pero al mismo tiempo tiene que seguir pagándole a los actuales jubilados y a los que se quedan a medio camino entre un sistema y otro. Para compensar se vería obligado a aumentar los impuestos a la generación que trabaja y está en el nuevo sistema, lo que disminuye aún más el rendimiento del sistema de capitalización.
Por otro lado, un sistema de reparto depende en forma crucial de la estructura demográfica de la población. La demografía define en gran parte la tasa de dependencia, esto es, la relación entre la población pasiva y la activa. Y digo "en gran parte" porque no es lo único. La legislación al respecto define los parámetros clave del sistema, al determinar edad de jubilación, años requeridos de aportes, años requeridos en el mercado de trabajo y detalles parecidos, determinantes también de la sostenibilidad del sistema.
En realidad, la solidaridad intergeneracional exige dos cosas. Una, por supuesto, es contribuir al sistema pagando los aportes necesarios, la otra, menos obvia para muchos, es tener la cantidad suficiente de hijos para que se mantenga la población. Y no son muchos, tampoco. Con que cada mujer tenga en promedio 2,1 hijos el problema queda solucionado. Pero mucha gente no lo piensa de esa manera. Yo cada vez que escucho treintañeros protestando sobre los hijos de los otros y diciendo tan sueltos de cuerpo que no van a tener hijos para disfrutar la vida, viajar, estudiar o lo que sea, pienso que entonces se los debería obligar a salir del sistema de reparto o permanecer con la condición de pagar el doble de aportes.
Como se ve en la figura, en Argentina el problema demográfico no es tal, por suerte. Las argentinas -aunque no las porteñas, que son las free-rider del modelo- tienen algo más de los 2,1 hijos necesarios y la población sigue creciendo. Aunque la población envejece, lo hace a un ritmo bastante menor que en otros países. El problema, como ya hemos visto por acá, es que muy poca gente trabaja y una gran parte de los pocos que trabajan lo hacen en negro. Ninguno de estos dos grupos contribuye al sistema.
El otro gran problema que tiene el sistema argentino son algunos de sus parámetros. Entre ellos que la gente entra al mercado formal de trabajo bastante tarde y se jubila demasiado temprano. Así, contribuye durante pocos años y los aportes no alcanzan para pagar las jubilaciones.
Por último, el Estado argentino no sabe aprovechar las ventajas administrativas y financieras que ofrece un sistema de reparto en un país con población joven con respecto a un sistema de capitalización. Y además trata a los fondos de pensiones irresponsablemente. Los fondos de pensiones de sistemas de reparto deben tratarse en forma asimétrica y con mucho respeto; pueden ser compensados, si necesario, con impuestos generales, para garantizar un nivel adecuado de ingresos a los jubilados, pero jamás, jamás deben usarse en lugar de los impuestos generales para financiar gastos corrientes o de inversión.
Los fondos de pensiones públicos son para pagar jubilaciones, no para construir caminos, usinas o cloacas. Es lo menos que se le debe a los jubilados argentinos del presente y del futuro después de todas las incertidumbres que se han visto obligados a soportar con los vaivenes de los cambios de sistemas.
lunes, 14 de enero de 2008
Llamen a Tanzi, que acá están en cualquiera!!!
Y bueno si hay que repetirse nos repetiremos.
Como dije hace un tiempo por acá, cada vez que leo una noticia frutera no tengo más opción que salir a responder, siguiendo la máxima de Krugman.
Este domingo, Sebastián Campanario continuó con la saga que venía leyendo en otros diarios y publicó en la tapa del gran diario argentino una alerta nacional por la exageradamente alta presión tributaria. Ya había visto notas similares en la La Nación y en el Cronista, donde también nos informaban acerca del "día de la liberación" y otras series de zonceras.
En la nota del domingo nos cuentan que la presión tributaria es menor a la brasilera y mayor a la chilena.
Hace un par de días Ana C, nos contaba otra razón más para mirar con cuidado el ejemplo transandino. Su política fiscal no tiene fuerte impacto redistributivo.
Chile tiene una presión tributaria de 23.1% del pib según la nota de Clarín. Pero no hay que olvidar que las universidades son aranceladas y que el estado chileno no paga jubilaciones. Además que como contamos hace poco, el presupuesto público chileno se engrosa con un 5% del pib de ingresos provenientes del cobre.
En uno de mis primeros posts, recordé esta famosa frase del gran Vito Tanzi.
Dado el bombardeo mediático de estos días, no me queda otra que parrafasear a los genios Capusotto y Alberti: "Llamen a Tanzi, que acá están en cualquiera!!!!
Como dije hace un tiempo por acá, cada vez que leo una noticia frutera no tengo más opción que salir a responder, siguiendo la máxima de Krugman.
Este domingo, Sebastián Campanario continuó con la saga que venía leyendo en otros diarios y publicó en la tapa del gran diario argentino una alerta nacional por la exageradamente alta presión tributaria. Ya había visto notas similares en la La Nación y en el Cronista, donde también nos informaban acerca del "día de la liberación" y otras series de zonceras.
En la nota del domingo nos cuentan que la presión tributaria es menor a la brasilera y mayor a la chilena.
Hace un par de días Ana C, nos contaba otra razón más para mirar con cuidado el ejemplo transandino. Su política fiscal no tiene fuerte impacto redistributivo.
Chile tiene una presión tributaria de 23.1% del pib según la nota de Clarín. Pero no hay que olvidar que las universidades son aranceladas y que el estado chileno no paga jubilaciones. Además que como contamos hace poco, el presupuesto público chileno se engrosa con un 5% del pib de ingresos provenientes del cobre.
En uno de mis primeros posts, recordé esta famosa frase del gran Vito Tanzi.
Dado el bombardeo mediático de estos días, no me queda otra que parrafasear a los genios Capusotto y Alberti: "Llamen a Tanzi, que acá están en cualquiera!!!!
viernes, 11 de enero de 2008
Obras Sociales: Solidaridad vs. Libertad
Hace casi 15 años mientras estudiaba, tuve una pequeña participación en El Menhir, revista de economía que publicaba un grupo de estudiantes liderados por Maxi Montenegro. Le hicimos una nota a Oscar Cetrangolo sobre el sistema de salud en Argentina. Todavía recuerdo como el bueno de Oscar nos explicaba la solidaridad del sistema.
Hace unos días se me escapó la tortuga, una vez más, y en La Barbarie me excedí un poco en la exposición del tema desde el punto de vista económico. Desde una visión que hoy forma parte del mainstream, Akerlof ganó su premio Nobel hace poquito tiempo, los economistas sabemos que en un mercado con información asimétrica y riesgo como el de la salud, la solución pareto óptima pasa por la obligatoriedad de la membresía al sistema.
La membresía obligatoria de todos, "los buenos" y "los malos" (altos ingresos y bajo riesgo de enfermedad; bajos ingresos y altos riesgos), hace que se pueda diversificar el riesgo y hacer la operatoria financieramente viable.
La libertad de opción para los trabajadores terminará en lo que se conoce como la descremación del sistema. Los "buenos" se irán a otras obras sociales previsiblemente de trabajadores con ingresos medios más altos y por lo tanto mejores servicios.
La O.S.B.A. profundizará sus problemas financieros y si se mantiene la intervención, seguirá el caso PAMI. Los jubilados que hoy se atienden no tienen la opción de pasarse a otras entidades. El fisco porteño terminará financiando parte de presupuesto de la obra social.
Hace unos días se me escapó la tortuga, una vez más, y en La Barbarie me excedí un poco en la exposición del tema desde el punto de vista económico. Desde una visión que hoy forma parte del mainstream, Akerlof ganó su premio Nobel hace poquito tiempo, los economistas sabemos que en un mercado con información asimétrica y riesgo como el de la salud, la solución pareto óptima pasa por la obligatoriedad de la membresía al sistema.
La membresía obligatoria de todos, "los buenos" y "los malos" (altos ingresos y bajo riesgo de enfermedad; bajos ingresos y altos riesgos), hace que se pueda diversificar el riesgo y hacer la operatoria financieramente viable.
La libertad de opción para los trabajadores terminará en lo que se conoce como la descremación del sistema. Los "buenos" se irán a otras obras sociales previsiblemente de trabajadores con ingresos medios más altos y por lo tanto mejores servicios.
La O.S.B.A. profundizará sus problemas financieros y si se mantiene la intervención, seguirá el caso PAMI. Los jubilados que hoy se atienden no tienen la opción de pasarse a otras entidades. El fisco porteño terminará financiando parte de presupuesto de la obra social.
Hegemonía y Desarrollo Económico
Comentando este interesante post del Escriba, llegué a una afirmación contundente pero quizás polémica y hasta erronea. "El rasgo común que encuentro en los casos exitosos de desarrollo económico es la HEGEMONÍA del grupo político-económico que lidera el proceso".
Como somos pocos los economistas que comentamos en lo del Escriba, me pareció oportuno traer la frase a nuestro blog.
¿Estimados colegas la frase que acaban de leer les parece correcta?
En caso afirmativo, ¿cuál es la explicación?.
Desde ya agradezco vuestro aporte a la generación del conocimiento común.
Como somos pocos los economistas que comentamos en lo del Escriba, me pareció oportuno traer la frase a nuestro blog.
¿Estimados colegas la frase que acaban de leer les parece correcta?
En caso afirmativo, ¿cuál es la explicación?.
Desde ya agradezco vuestro aporte a la generación del conocimiento común.
jueves, 10 de enero de 2008
Los economistas y el Sistema Político Argentino
Se puso interesante la discusión sobre la independencia del BCRA parece ¿no?. Es muy divertido ver cómo cuando uno toma una posición border respecto al mainstream, algunos amigos nos acusan de carniceros e ignorantes, sin siquiera tomarse un tiempo para ver si las razones de nuestra posición tienen que ver con falta de lecturas o con exceso de ellas o distintas interpretaciones de los mismos textos.
En el tema de la independencia del central banker, creo que se comete un error al no incluir en el análisis las características del sistema político. Los economistas en su mayoría suelen hablar de republicanismo y de división de poderes, cuando según mi entender en nuestro país el enfoque correcto es hablar de oficialismo y oposición. Como ya dije en otros posts, pensar que el Congreso de mayoría K le pondrá palos al gobierno es un poco raro y fantasioso.
Ana C. nos decía que el central banker no hace lo que quiere sino lo que los políticos le encargan. Recuerdo que hace poco leí un paper de la NBER sobre la influencia que Thomas Schelling tuvo sobre el desarrollo de la teoría de los juegos y sus aplicaciones a la política económica. La idea subyacente atrás de toda esta teoría de la independencia es la aplicación de la parábola que T. S. toma de Homero cuando nos cuenta que Ulises pide a sus subordinados que lo aten al mástil para no tentarse con el canto de las sirenas.
En el esquema ideal los políticos (el Congreso) le encargan una tarea al central banker quien luego debe dar cuentas de sus acciones y resultados.
En un país presidencialista como éste, en condiciones normales el Congreso tiene mayoría oficialista que responde al presidente y por lo tanto todo ese mecanismo institucional termina siendo sólo papel escrito.
Al leer a Homero aprendemos que en realidad Ulises quería disfrutar del canto de las sirenas sin pagar los costos de dicha acción, caer bajo el embrujo de ellas. Es decir que desde esta primera mención al mecanismo institucional de atarse de manos, la cosa no era tan pristina como pensábamos.
Pensar que un presidente se ata de manos y prefiere pagar los costos que caer en la tentación, es olvidarse de la piedra angular de toda la discusión entre reglas vs discreción. Los aspectos claves según mis profesores son la existencia de cláusulas de escape y el tamaño de los shocks a los que se ve sometida la economía. Además que implícitamente supone que el central banker tiene una mayor capacidad para evaluar las situaciones que la economía va a enfrentar.
Dada la situación actual de los mercados financieros internacionales me parece que la discreción paga más que la regla, o lo que es lo mismo, las cláusulas de escape son operativas. El artículo de Mankiw, que cité en los comentarios anteriores, muestra que la independencia del central banker no es condición necesaria ni suficiente para tener una sana política monetaria.
Como bien nos dice Primo Louis en los comentarios del post de Ana C., en la práctica real de la economía argentina cuando se dice que el BCRA debe tener más independencia, se está diciendo que su presidente debe estar más ligado al establishment y al mercado financiero nacional e internacional que al partido de gobierno. Un caso testigo es la reciente postulación de Mario Blejer tanto al BCRA como al Ministerio de Economía y Producción.
En el tema de la independencia del central banker, creo que se comete un error al no incluir en el análisis las características del sistema político. Los economistas en su mayoría suelen hablar de republicanismo y de división de poderes, cuando según mi entender en nuestro país el enfoque correcto es hablar de oficialismo y oposición. Como ya dije en otros posts, pensar que el Congreso de mayoría K le pondrá palos al gobierno es un poco raro y fantasioso.
Ana C. nos decía que el central banker no hace lo que quiere sino lo que los políticos le encargan. Recuerdo que hace poco leí un paper de la NBER sobre la influencia que Thomas Schelling tuvo sobre el desarrollo de la teoría de los juegos y sus aplicaciones a la política económica. La idea subyacente atrás de toda esta teoría de la independencia es la aplicación de la parábola que T. S. toma de Homero cuando nos cuenta que Ulises pide a sus subordinados que lo aten al mástil para no tentarse con el canto de las sirenas.
En el esquema ideal los políticos (el Congreso) le encargan una tarea al central banker quien luego debe dar cuentas de sus acciones y resultados.
En un país presidencialista como éste, en condiciones normales el Congreso tiene mayoría oficialista que responde al presidente y por lo tanto todo ese mecanismo institucional termina siendo sólo papel escrito.
Al leer a Homero aprendemos que en realidad Ulises quería disfrutar del canto de las sirenas sin pagar los costos de dicha acción, caer bajo el embrujo de ellas. Es decir que desde esta primera mención al mecanismo institucional de atarse de manos, la cosa no era tan pristina como pensábamos.
Pensar que un presidente se ata de manos y prefiere pagar los costos que caer en la tentación, es olvidarse de la piedra angular de toda la discusión entre reglas vs discreción. Los aspectos claves según mis profesores son la existencia de cláusulas de escape y el tamaño de los shocks a los que se ve sometida la economía. Además que implícitamente supone que el central banker tiene una mayor capacidad para evaluar las situaciones que la economía va a enfrentar.
Dada la situación actual de los mercados financieros internacionales me parece que la discreción paga más que la regla, o lo que es lo mismo, las cláusulas de escape son operativas. El artículo de Mankiw, que cité en los comentarios anteriores, muestra que la independencia del central banker no es condición necesaria ni suficiente para tener una sana política monetaria.
Como bien nos dice Primo Louis en los comentarios del post de Ana C., en la práctica real de la economía argentina cuando se dice que el BCRA debe tener más independencia, se está diciendo que su presidente debe estar más ligado al establishment y al mercado financiero nacional e internacional que al partido de gobierno. Un caso testigo es la reciente postulación de Mario Blejer tanto al BCRA como al Ministerio de Economía y Producción.
miércoles, 9 de enero de 2008
¿Multas o apenas una propina?
Según se puede leer acá.
La Autoridad Regulatoria de la Industria Financiera de EEUU "ha multado a 19 firmas entre las que se destacan Merrill Lynch, UBS y Lehman Brothers Holdings por un total de u$s 2,8 millones, debido a que exageraban los volúmenes de operaciones utilizados para realizar rankings".
Esas exageraciones producen que las firmas lideren los rankings de operaciones bursátiles y que por lo tanto sean seleccionadas por los inversores. Es decir les producen grandes beneficios.
Aquellos que saben de Law & Economics, como Ulrich, saben que las multan tienen que ser lo suficientemente onerosas para incentivar la corrección de la mala práctica identificada.
Me parece que en este caso estamos en presencia más de una propina que de otra cosa.
La Autoridad Regulatoria de la Industria Financiera de EEUU "ha multado a 19 firmas entre las que se destacan Merrill Lynch, UBS y Lehman Brothers Holdings por un total de u$s 2,8 millones, debido a que exageraban los volúmenes de operaciones utilizados para realizar rankings".
Esas exageraciones producen que las firmas lideren los rankings de operaciones bursátiles y que por lo tanto sean seleccionadas por los inversores. Es decir les producen grandes beneficios.
Aquellos que saben de Law & Economics, como Ulrich, saben que las multan tienen que ser lo suficientemente onerosas para incentivar la corrección de la mala práctica identificada.
Me parece que en este caso estamos en presencia más de una propina que de otra cosa.
martes, 8 de enero de 2008
Juguemos con los barquitos mientras Montoya no está
Mientras seguimos nuestro debate sobe la independencia de los central bankers, no podía dejar de compartir con ustedes la impresión que tuve ayer al ver la tapa de La Nación donde brillaba una hermosa foto como presentación de esta nota.
Se acuerdan lo que comentabamos por acá, respecto al destino del impuesto provincial sobre embarcaciones y yates?
¿Habrá alguna relación de causalidad entre los dos hechos?.
domingo, 6 de enero de 2008
Independiente hasta ahí
Una de las primeras cosas que me llamaron la atención cuando empecé a leer blogs de economía o de política argentinos fue el disgusto por la independencia del Banco Central que aparecía en algunos de ellos. Al principio pensé que era sólo algún tic de no economistas, pero luego me di cuenta que también hay economistas que no tienen ninguna simpatía por este tipo de arreglo institucional. Porque eso es la independencia del Banco Central. Un diseño institucional para hacer funcionar mejor la política económica.
Para los economistas, la cuestión de la independencia del Banco Central no tiene tanto que ver con una elección entre política y técnica como sugirió Primo Louis en este post, sino con la forma en la que mejor se alcanzan los objetivos principales de la política macroeconómica: la estabilidad de precios y tener poco desempleo.
En el origen de la discusión está nuestra vieja conocida Curva de Phillips. La tradicional curva de Phillips mostraba una relación inversa entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo en Inglaterra entre 1861 y 1957, lo que hizo creer a muchos que existía la posibilidad de elegir bajar la tasa de desempleo aumentando la de inflación. O lo que es lo mismo, ante una recesión el gobierno podía hacer política monetaria expansiva, darle un impulso al nivel de actividad y aumentar el empleo.
Como se vio a partir de la segunda mitad de los ‘60 y hasta principio de los ‘80, cualquier intento de explotar esta bonita relación no dio buenos resultados. Los ‘70 demostraron que se podía tener inflación y desempleo a la vez. Mientras tanto, la curva de Phillips era revisada por tres economistas tan conocidos como ella. En los '60, Friedman y Phelps la relacionaron con la tasa natural de desempleo. En los '70, Lucas la amplió con expectativas racionales. Hoy se cree que lo que hizo colapsar a la curva de Phillips fue justamente intentar aprovecharse de ella. Que al intentar bajar el desempleo aumentando la inflación, se desestabilizaba a esta última tanto que la relación dejaba de existir. Para que la curva de Phillips se cumpla, la inflación tiene que ser estable. Si la inflación no es estable, lo que sucede si intentamos bajar el desempleo aumentando la inflación –es decir aprovechando la curva de Phillips– entonces no se cumple.
(Y que después no digan que la economía es fácil).
En la actualidad, la mayoría de los economistas están de acuerdo en que a largo plazo la política monetaria no sirve para aumentar el nivel de actividad o el de empleo. En lenguaje económico, se dice que el dinero es neutro o que la política monetaria no tiene efectos reales a largo plazo. A corto plazo, la política monetaria sí tiene efectos reales, pero con la pequeña desventaja que haciendo política monetaria con esas intenciones se corre el riesgo de aumentar en forma permanente la tasa de inflación y hacerla menos predecible, como se vio en los ‘70. Por eso, se cree que es mejor usar la política monetaria sobre todo para cuidar la inflación y usar otro tipo de políticas para obtener efectos reales sobre el crecimiento y el empleo.
Ahora bien, por algo que los economistas llaman la inconsistencia temporal de la política monetaria, una contribución a la teoría económica de otros dos señores llamados Kidland y Prescott, sobre el que ahondaremos si el público lo reclama aunque preferiríamos que no, existe cierta inclinación en los responsables de las políticas económicas a seguir políticas que sí intentan aprovechar el trade-off empleo-inflación que existe en el corto plazo. Por lo que vimos antes, la consecuencia de esa inclinación es que a largo plazo la política económica tendrá un sesgo inflacionario. Para evitar la tentación inflacionaria, entonces, se inventa una regla. Esa regla es que el gobierno se ata las manos en política monetaria y la delega en su Banco Central, otorgándole el mandato de velar por la moneda, pero con una cláusula de rendición de cuentas.
Esto es clave en la discusión política del tema. El Banco Central independiente no hace lo que quiere, hace lo que le dicen los políticos.
A la curva de Phillips todavía se la está discutiendo, sobre todo porque todavía no se sabe bien del todo cómo se forman en realidad las expectativas y cómo se relaciona la formación de precios con la formación de expectativas. Puede ser que el día que se solucione por fin este problema lo que hoy se sabe de política monetaria quede en desuso o nos parezca ridículo. Mientras tanto, sea una moda pasajera o no, la independencia del Banco Central es el diseño institucional que parece ser el más adecuado cuando una sociedad decide que no le gusta la inflación y por eso delega el poder de preservar el valor de su moneda y mantener la estabilidad de precios en su Banco.
Para los economistas, la cuestión de la independencia del Banco Central no tiene tanto que ver con una elección entre política y técnica como sugirió Primo Louis en este post, sino con la forma en la que mejor se alcanzan los objetivos principales de la política macroeconómica: la estabilidad de precios y tener poco desempleo.
En el origen de la discusión está nuestra vieja conocida Curva de Phillips. La tradicional curva de Phillips mostraba una relación inversa entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo en Inglaterra entre 1861 y 1957, lo que hizo creer a muchos que existía la posibilidad de elegir bajar la tasa de desempleo aumentando la de inflación. O lo que es lo mismo, ante una recesión el gobierno podía hacer política monetaria expansiva, darle un impulso al nivel de actividad y aumentar el empleo.
Como se vio a partir de la segunda mitad de los ‘60 y hasta principio de los ‘80, cualquier intento de explotar esta bonita relación no dio buenos resultados. Los ‘70 demostraron que se podía tener inflación y desempleo a la vez. Mientras tanto, la curva de Phillips era revisada por tres economistas tan conocidos como ella. En los '60, Friedman y Phelps la relacionaron con la tasa natural de desempleo. En los '70, Lucas la amplió con expectativas racionales. Hoy se cree que lo que hizo colapsar a la curva de Phillips fue justamente intentar aprovecharse de ella. Que al intentar bajar el desempleo aumentando la inflación, se desestabilizaba a esta última tanto que la relación dejaba de existir. Para que la curva de Phillips se cumpla, la inflación tiene que ser estable. Si la inflación no es estable, lo que sucede si intentamos bajar el desempleo aumentando la inflación –es decir aprovechando la curva de Phillips– entonces no se cumple.
(Y que después no digan que la economía es fácil).
En la actualidad, la mayoría de los economistas están de acuerdo en que a largo plazo la política monetaria no sirve para aumentar el nivel de actividad o el de empleo. En lenguaje económico, se dice que el dinero es neutro o que la política monetaria no tiene efectos reales a largo plazo. A corto plazo, la política monetaria sí tiene efectos reales, pero con la pequeña desventaja que haciendo política monetaria con esas intenciones se corre el riesgo de aumentar en forma permanente la tasa de inflación y hacerla menos predecible, como se vio en los ‘70. Por eso, se cree que es mejor usar la política monetaria sobre todo para cuidar la inflación y usar otro tipo de políticas para obtener efectos reales sobre el crecimiento y el empleo.
Ahora bien, por algo que los economistas llaman la inconsistencia temporal de la política monetaria, una contribución a la teoría económica de otros dos señores llamados Kidland y Prescott, sobre el que ahondaremos si el público lo reclama aunque preferiríamos que no, existe cierta inclinación en los responsables de las políticas económicas a seguir políticas que sí intentan aprovechar el trade-off empleo-inflación que existe en el corto plazo. Por lo que vimos antes, la consecuencia de esa inclinación es que a largo plazo la política económica tendrá un sesgo inflacionario. Para evitar la tentación inflacionaria, entonces, se inventa una regla. Esa regla es que el gobierno se ata las manos en política monetaria y la delega en su Banco Central, otorgándole el mandato de velar por la moneda, pero con una cláusula de rendición de cuentas.
Esto es clave en la discusión política del tema. El Banco Central independiente no hace lo que quiere, hace lo que le dicen los políticos.
A la curva de Phillips todavía se la está discutiendo, sobre todo porque todavía no se sabe bien del todo cómo se forman en realidad las expectativas y cómo se relaciona la formación de precios con la formación de expectativas. Puede ser que el día que se solucione por fin este problema lo que hoy se sabe de política monetaria quede en desuso o nos parezca ridículo. Mientras tanto, sea una moda pasajera o no, la independencia del Banco Central es el diseño institucional que parece ser el más adecuado cuando una sociedad decide que no le gusta la inflación y por eso delega el poder de preservar el valor de su moneda y mantener la estabilidad de precios en su Banco.
Laboratorio Estatal de Producción de Medicamentos
Mientras este servidor batía el parche defendiendo la suba del ABL, hacían pasar un elefante en silencio y sin que nadie lo viera. Por suerte los ladridos de Mendieta dieron la voz la alerta. Aunque claro como informa esta nota el veto a la ley que crea el laboratorio parece irreversible.
Desde las finanzas públicas llamamos "bienes preferentes" a aquellos bienes que sin ser bienes públicos en el sentido de Samuelson, es deseable que el Estado intervenga en el proceso de su producción por poseer algunas características que hacen deseable que toda sociedad tenga garantizado su acceso. Algunos autores hablan en estos casos de la existencia de "externalidades positivas". Los ejemplos prácticos más evidentes son la educación y la salud públicas.
Como sabemos, aquellos países que lideran el ránking de IDH tienen sistemas de educación y salud públicas de excelencia.
Entre los argumentos que pueden encontrarse entre los considerandos del veto a la ley de brillan los presupuestarios, gracias Mendieta.
Yo no se cuando sale poner en funcionamiento este Laboratorio Estatal de Producción de Medicamentos, pero estoy dispuesto a compensar los bolsillos de Hal, si alguien me demuestra que los 1.600 millones de pesos de deuda que la Legislatura habilitaría a Mauricio a emitir no alcanzan para financiar dichas obras.
Además no olvidemos que el Laboratorio tiene por objeto proveer a la red de hospitales de la Ciudad, por lo que se puede anticipar que una vez en funcionamiento habría una considerable reducción en los gastos por compras de medicamentos y entonces uno imagina una compensación entre las erogaciones del fisco porteño.
En fin esta decisión de Mauri no puede defenderse con el latiguillo de "estamos mejorando la gestión" sólo se entiende como una postura ideológica "el estado productor es malo" o peor aún por la defensa de los intereses atacados por la creación del Laboratorio. Seguramento la CABA debe rankear entre los primeros clientes de los laboratorios privados.
Y ya que estamos, ayer escuchaba que las razones por las cuales MM quería cerrar Ciudad Abierta, el canal de la ciudad tambien eran presupuestarias. Pasénle esta nota a Maurizio, leyendola se dará cuenta que los dos grandes canales de tv abierta tambien dan perdidas. La cultura también suele catalogarse como bien preferente. ¿Saben que el presupuesto de cultura de la CABA es mayor al del gobierno nacional?. ¿Por qué? Teatro Colón. La cultura es otro de los casos de bienes preferentes.
sábado, 5 de enero de 2008
Independencia banquera a la yanqui
Otro de los temas con los que no logro ponerme de acuerdo con Ana C., es el famoso mito de la independencia de los banqueros centrales.
Ayer escuché por la radio esta noticia. Bush se reuniría con Bernanke y con Paulson.
Cuando Redrado se junta con Kirchner y con el ministro de economía de turno, ahora con Lousteau, los medios económicos y los gurues ponen el grito el cielo clamando por la independencia del central banker.
En fin, zonceras por aquí, zonceras por allá.
Ayer escuché por la radio esta noticia. Bush se reuniría con Bernanke y con Paulson.
Cuando Redrado se junta con Kirchner y con el ministro de economía de turno, ahora con Lousteau, los medios económicos y los gurues ponen el grito el cielo clamando por la independencia del central banker.
En fin, zonceras por aquí, zonceras por allá.
viernes, 4 de enero de 2008
Pasan cosas divertidas en la Ciudad de la Furia
Vieron esto?
Resulta que ahora el gran RLM se distancia aún más de Macri criticando su impuestazo con el ABL.
Entonces podemos ver que RLM, Hannibal y Diego Kravetz se han transformado en los tres nuevos mosqueteros que defienden a los tristes propietarios porteños.
Que se haya formado esa tríada virtual ratifica una vez más el famoso teorema del Gran Baglini y que nuestra defensa del aumento del ABL nos pone del lado correcto en esta batalla.
Resulta que ahora el gran RLM se distancia aún más de Macri criticando su impuestazo con el ABL.
Entonces podemos ver que RLM, Hannibal y Diego Kravetz se han transformado en los tres nuevos mosqueteros que defienden a los tristes propietarios porteños.
Que se haya formado esa tríada virtual ratifica una vez más el famoso teorema del Gran Baglini y que nuestra defensa del aumento del ABL nos pone del lado correcto en esta batalla.
jueves, 3 de enero de 2008
Buen gobierno, buena democracia?
Seguimos debatiendo sobre el modelo chileno. Seguramente ya habrán leido este post que El Generico colgó en lo de Elemaco.
Un día antes que yo lo leyera Ana C. me pasó un documento de la OCDE donde encontré el gráfico que abre este post.
Creo es una buena manera de mostrar las cosas desde una perspectiva diferente. Según la OCDE Argentina supera levemente a Chile en la satisfacción que tienen sus ciudadanos de la democracia. La fuente para esta afirmación seguramente ha sido Latinbarometro, como puede leerse al pie del gráfico.
Repitiéndome, me parece que esta visión distinta puede echar un poco más de luz sobre por qué algunos de nosotros no queremos seguir el modelo chileno.
miércoles, 2 de enero de 2008
Bien, ahora los plasmas Martín
Vieron este regalito que nos trajo el fin de año? Desde nuestros primeros posts, venimos insistiendo por copiar la parte menos difundidas del milagro koreano, altos impuestos específicos a los bienes suntuarios.
Esperamos que esto sea sólo el comienzo.