domingo, 11 de noviembre de 2007

Más sobre retenciones

Este post va dedicado a Mariano T. y a Ulschmidt. Al final de cuentas, si todo el mundo escribe sobre esto porqué no me voy a dar el gusto yo, también.

Es cierto que la política de retenciones agropecuarias argentinas es toda una rareza a nivel mundial y no da la impresión de ser ninguna genialidad. Sólo cuatro o cinco países, además de Argentina, aplicaban impuestos a las exportaciones a principios de este siglo, todos ellos países en desarrollo y productores, principalmente, de productos primarios y, casualmente, de oleaginosas.

Si tenemos en cuenta que el diseño de un sistema impositivo se usa para incentivar actividades deseables y desincentivar las otras y que las exportaciones son una forma de generar ingreso para el país y, por ende, algo deseable ¿qué sentido tendría ponerle un impuesto a las exportaciones?

Aunque a la OMC no parecen molestarle demasiado, otras organizaciones internacionales recomiendan la eliminación de los impuestos a las exportaciones agropecuarias, ya que producirían un sesgo a nivel mundial contrario a la producción de alimentos. Sin embargo, hay algunas razones válidas para mantenerlos.

La primera de ellas es, por supuesto, mejorar los ingresos fiscales. En la mayoría de los países en desarrollo, los impuestos a los ingresos son muy bajos y los impuestos a las exportaciones, en particular, y al comercio exterior, en general, son fáciles de cobrar y controlar.

En segundo lugar, hay razones de equidad después de una devaluación. Cuando se devalúa, se empobrece a todos los habitantes de un país que tienen sus ingresos o sus ahorros en moneda nacional, menos a los exportadores, que ven mejorados sus ingresos relativos ya que siguen recibiendo divisas extranjeras. Un impuesto a esos exportadores pondría a todo el mundo en pie de igualdad.

Si de ser equitativos se trata, sin embargo, habría que cobrarles impuestos a todos los exportadores por igual, pero como muchas veces las devaluaciones se hacen para devolverles competitividad a las exportaciones, un impuesto así sería contraproducente. Es por eso que los impuestos a las exportaciones suelen discriminar en contra de los sectores más eficientes, los que ya eran competitivos antes de la devaluación.

Una tercera razón, en realidad la más importante de todas, es que los impuestos a las exportaciones se pueden usar dentro de un conjunto de políticas industrialistas para fomentar algún tipo de procesamiento interno previo a la exportación. El impuesto sirve para desincentivar la exportación de materias primas tal como están y recién exportarlas con cierto valor agregado. Si pensamos a los impuestos a las exportaciones como un tipo de restricción dentro del grupo más general de restricciones a las exportaciones, en los que también a veces hasta se usan prohibiciones, nos vendrán a la mente ejemplos con materias primas tales como pieles, granos o pescado, ejemplos en los que todo el mundo está de acuerdo en que está bien prohibir su exportación en "bruto".

Así se justifican, sobre todo, los derechos de exportación diferenciales que imponen una alícuota más elevada a los granos, por ejemplo, que al aceite o a las harinas. Pero la condición es que dichas alícuotas sean menores para los productos con mayor valor agregado. Alícuotas más elevadas al producto terminado serían un signo entonces de un problema en el diseño del mecanismo al crear un incentivo para la exportación de la materia prima.

Por último, no habría que olvidarse de una razón cada vez más importante: las consideraciones medio-ambientales; por ejemplo, impedir la exportación de animales en peligro de extinción o la tala indiscriminada de árboles de maderas preciosas.

En todo caso, el efecto de un impuesto a las exportaciones sobre el comercio internacional, si lo comparamos con la situación de librecambio, es cambiar de lugar el equilibrio. En ese nuevo equilibrio, el precio para los que venden (por ejemplo, los productores y exportadores argentinos) es más bajo, el precio para los que compran (por ejemplo, los importadores chinos) más alto y el nivel de producción más bajo. Como de costumbre en estos casos, sobre quién recae el peso del impuesto y cuánto baja la producción depende de las elasticidades de las curvas de oferta y demanda.

En el caso en que la demanda del producto sea inelástica y el país tenga una cuota alta del mercado –y es mi impresión que éste es el caso de la soja, el girasol y los derivados de las dos- el impuesto recae más sobre los importadores que sobre los exportadores. Es decir, en el caso de la soja, no sólo cae más el bienestar de los chinos que el de los productores argentinos porque el precio de importación sube más que lo que cae el precio de exportación, sino que además, como la demanda es inelástica, el efecto sobre la producción es ínfimo.

En cambio, en el caso de todos los demás productos agropecuarios, sobre todo la leche y la carne, Argentina no tiene poder de mercado a nivel mundial y las retenciones tienen efectos negativos sobre el bienestar de los argentinos. En el caso de esos productos lo más aconsejable sería ir reemplazando las retenciones por impuestos más eficientes.

Interesante sería ver qué efecto tendría sobre el sector agropecuario sacar las retenciones de todo lo demás y sólo mantenerlas en el caso de la soja y el girasol, donde, para mí, alguna justificación tienen.

34 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen post, Ana C. Sobre todo instructivo para los que no somos especialistas en impuestos.

Una pregunta, ¿Qué pasa si suspendés las retenciones y gravás las rentas netas de los exportadores? ¿Qué efecto podría tener?

Ana C. dijo...

Bien que le haya gustado, El del 33%.

Es difícil saber lo que pasaría exactamente si se sacaran las retenciones por completo, ya que todo depende de las elasticidades, efectos sustitución, efectos ingreso y esa cantidad de cosas con las que los economistas nos entretenemos. Pero haciendo un análisis simple, uno diría que habría un efecto positivo sobre la producción y el comercio exterior causado por el aumento en el precio de exportación, quizás neutralizado en parte por el desincentivo a trabajar que causaría el impuesto a las rentas de los exportadores (y acá estamos metiendo en la misma bolsa a los productores y a los exportadores).

De todas formas, yo no creo que esos impuestos a las ganancias hagan trabajar mucho menos a la gente del campo, así que para mí sacar las retenciones sería bueno si se pudieran reemplazar por los otros impuestos.

Lo del girasol y la soja es un poco distinto, sin embargo. Igual es bastante probable que a esta altura del partido, con todo el complejo aceitero ya instalado, ni haga falta hacer esa política de promoción industrial.

Musgrave dijo...

Mi querido el del 0.33% la renta neta de los exportadores ya esta gravada.

Recuerde las declaraciones de Lavagna cuando aun era ministro "voy a eliminar las retenciones cuando el campo pague ganancias"

Sin entrar a discutir con mis amigos Mariano T, Abuelo Economico, Mr U., y otros acerca de si el campo evade mas o menos que el resto de la economía, es claro que la intención es gravar a los productores de manera indirecta.

Mariano T. dijo...

Muchos temas juntos.
El del valor agregado no se sostiene mucho. Una vez instalada la industria, lo que hicieron es gravar al aceite y la harina de oleaginosas 2 puntos menos que los granos(33% vs 35%)(incluyendo los aceites gourmet en botellitas), así que no parece que ese fuera el motivo. Por otro lado una brecha grande como la de la harina de trigo 10% vs 28%, es un llamado para que los molineros de los países importadores pidan aranceles. compensatorios. Para mi si el obejtivo fuera el valor agregado el nivel de retenciones al grano deberías ser del 7% máximo, y un 3,5% para productos intermedios,y 0 para los terminados.
En cuanto a que lo pagan los importadores, para que eso suceda debería producirse un desincentivo a la producción tan grande que la oferta mundial baje en forma significativa y haga subir los precios. Hoy un chino tiene 4 o 5 países proveedores, y compra al que le conviene (las retenciones no hacen que le paguen un centavo más caro a la Argentina), las retenciones pasan olímpicamente al escalón de abajo del gallinero(los productores).
En cuanto a la evasión, es un argumento poco creíble, por no decirle chicana lavagnesca. Todo grano de exportación se blanquea al entrar a fábrica o a puerto, salvo algunos nichos en mercado interno.
De todos modos, cualquier productor que sabe que le descuentan 35% de retenciones, se puede sentir éticamente relevado de pagar los otros impuestos, por más que poco pueda inventar al respecto.

Ana C. dijo...

Mariano, no estoy intentando fundamentar el último aumento, sino la política de retenciones en general. Como digo en el post, en el caso de la soja y el girasol, es imaginable que el fenómeno es como lo describo. Argentina es el primer exportador de aceite y harina de soja y el tercero de granos de soja del mundo. En girasol es algo parecido. Quisiera ver yo el precio mundial sin Argentina en el mercado. La gracia de la demanda inelástica es justamente esa: que el precio de los importadores sube sin que la oferta caiga demasiado.

En el caso del trigo, el maíz y leche, carne o lo que sea, ahí no creo que Argentina pueda modificar los precios y entonces las retenciones sí tienen esos efectos negativos sobre la producción, los ingresos y el bienestar de los argentinos y del mundo de los que ustedes se quejan.

La otra es que yo sospecho, un poco por tu post de ayer y tu primer post de las retenciones, es que los exportadores, y repito: los de soja y girasol, están convirtiendo a las retenciones en el chivo emisario de sus márgenes de ganancia en el sentido que a ellos no les cae el precio tanto pero la usan como excusa para pagarle poco a los productores.

Che, y el aceite de soja no se exporta como gourmet en botellitas ¿o sí? Siempre me imaginé que era sólo el aceite de oliva o de nuez o esas cosas saludables.

Mariano T. dijo...

Ana: Los precios se modifican con la oferta y demanda global.
Descontando diferencias de flete, los precios FOB con igual plazo de pago son muy parecidos ya sea en el Golfo de Mexico, Santos o puesrtos argentinos. A un chino le da más o menos lo mismo donde comprar.
Por supuesto si desaparece la oferta argentina, los precios van a subir mucho, para alegría de brasileros y americanos y desazón de los compradores.
Pero si querés lograr hacer desaparecer o disminuir mucho la exportación argentina mediante retenciones, lo único que lográs es que los brasileros y americanos se enriquezcan, y qe el tesoro americano se ahorre un montón de dólares en subsidios. Todo sin mucho beneficio para nosotros.
Al chino le da lo mismo de donde viene su producto. En soja estamos a la par de uSA y atrás de Brasil.
Pero como el precio de compra es el mismo, ya que no paga un centavo más por la soja o el aceite brasilero que el argentino, cualquier medida interna no tiene efecto en el precio de venta, salvo que disminuya la oferta GLOBAL, en cuyo caso son los competidores los que ganan.

Ana C. dijo...

Me expresé mal, quise decir el efecto de las retenciones sobre los precios. Las retenciones también modifican los precios mundiales cuando tenés poder de mercado. El precio mundial para los importadores del aceite de soja y del de girasol dependen de las retenciones argentinas y sube cuando las suben. Para los productores argentinos bajan. Pero de vuelta, por eso de la inelasticidad de la demanda, les cuesta más a los importadores que a los exportadores. A ver si ahora mi comentario anterior queda más claro.

El objetivo de las retenciones no es hacer desaparecer la producción sino cobrar impuestos y, en el mejor de los casos, desarrollar industrias.

En el caso de que las retenciones diferenciadas a la soja y los derivados se quitaran pasaría lo mismo que en Brasil, que las quitó en el 96: Aumentaría la producción y exportación de granos y disminuiría la de aceites y harinas. ¿Es eso lo que quieren los productores argentinos?

Anónimo dijo...

Musgrave, ¿quiere decir que a los exportadores le cobran retenciones y ganancias? Así es imposible...
Pobre gente...aunque conozco algunos sojeros que mal no la pasan eh....

Mariano T. dijo...

Ana: El aceite de soja paga 32% de retenciones, no parece una manera muy buena de promoverlo, no?
En cuanto al efecto de retenciones en el precio que paga el importador, soy enfático, éste NO AUMENTA.(basta mirar la evolución de precios la semana pasada)
No aumenta porque tenemos el 30% del mercado, que es mucho pero no es dominante. Lo único que mueve el precio son las cantidades ofrecidas o demandadas. Un comprador mira todos los precios FOB del mundo, calcula diferencia de fletes y compra donde más le conviene. Si un país por FALTA DE OFERTA está más caro, solo podrá venderles a los países vecinos, por el menor flete.
A igualdad de plazo de pago, y de no mediar temas políticos, por un 0,5% se define el negocio.
Por lo tanto no hay ninguna posibilidad de pasarle al comprador ni un 1% de las retenciones, y creo que aún si tuviéramos el 60% del mercado en vez del 30% tampoco se podría.

Ana C. dijo...

Mariano, vos de esto debes saber bastante más que yo, que en realidad estoy bastante sorprendida. Como buena economista creyente en los beneficios del comercio internacional, empecé a escribir este post pensando que las retenciones eran un engendro igual de horrible que los subsidios europeos. Y entonces descubrí que no son lo mismo las retenciones en el caso del trigo que en el caso de la soja.

Argentina tiene poder de mercado en esos productos. Tan importante es ese poder que en las negociaciones dentro de la OMC el país más interesado en quitar las retenciones (no tanto las retenciones sino el diferencial) es EE.UU. No los productores argentinos, sino los yanquis.

La cuota de mercado argentina en las exportaciones de aceite de soja es del 50%, en el caso de las harinas, más del 40%.

Mariano T. dijo...

Ana: Si tomás el complejo sojero total, el % es 30%, porque USA y Brasil exportan mucha más soja sin procesar. (En la cuenta sumé tn soja grano+tn harina de soja+tn aceite)Tal vez se pueda modificar un poco si le ponemos a cada una siu valor.
En cuanto a posisición dominante, no alcanza como para que un comprador pague más cara una tn de soja argentina que una brasileña, que no tiene retenciones Y ni hablar si como dicen ahora solo se pòdrán anotar exportaciones a 120 días, en ese caso la soja argentina valdrá menos que la brasileña, salvo que los aceites y harinas queden exceptuados de esa medida.

Ana C. dijo...

Mariano, no podés meter todo en la misma bolsa. No es lo mismo exportar granos que exportar aceites. La cuota de Argentina en el mercado del poroto de soja es ínfima (10%) porque la mayor parte se procesa en Argentina (y no hay demasiados saldos exportables), lo que supongo que estarás de acuerdo conmigo en que es una buena cosa.

Y lo de los precios no funciona de esa forma. Con la retención, el precio que reciben los argentinos baja, por lo que reducen la producción, eso reduce la oferta argentina, y por ende toda la oferta mundial, así que el precio mundial aumenta. Si el precio mundial aumenta bastante compensa en parte las retenciones.

La idea es que en el caso de la manteca, por ejemplo, al precio mundial ni lo tocás y por eso las retenciones las paga todas el productor argentino. En el caso de la soja, le pasás un poco a los importadores por el aumento en el precio mundial.

A nivel mundial, es una pérdida de bienestar. Para Argentina, hasta este último toquecito, no estaba tan mal del todo.

Mirá esto.

Anónimo dijo...

Que discusion lejena a las necesidades de la gente no?

Ana C. dijo...

Todo lo contrario, anónimo, todo lo contrario. De estas discusiones depende el bienestar de la gente.

Mariano T. dijo...

Bueno Ana, más arriba te había dicho que para que el comprador tenga que absorber una parte de las retenciones tendría que bajar la oferta global, o sea que debería bajar la producción argentina y no subir la brasilera o americana. Eso es de mediano-largo plazo, y estas retenciones se suponene que son temporarias. Encima creo que al subir retenciones a todos los granos y subproductos, la soja termina siendo la menos perjudicada a nivel interno porque se puede producir, aunque no sea los más recomendable, con muy pocos insumos importados.

Ana C. dijo...

Entonces, nos podríamos poner de acuerdo en que las retenciones no son geniales pero no tan malas en el caso de la soja ¿no?

(El modelo aplica también para el girasol, aunque la diferencia es que a los argentinos nos gusta el aceite de girasol, pero no el de soja)

Anónimo dijo...

Eso creen ustedes por eso estan tan lejos de la gente.

Mariano T. dijo...

Bueno, desarmamos la utopía de que las retenciones las pagan los chinos.
Ahora veamos que passa con la sojización sin insumos: Es minería. LLevarse el fósforo y otros nutrientes sin repoenrlos, porque hay que reponerlos con dolar de 3,15.
Y el concepto de sacarles plata a los chacareros para los argentinos que pueden elegir que aceite usan es otro despropósito. QQue en el INDEC pongan el aceite que más conveniente sea para el copnsumo interno y listo. Y el que quiera aceite de girasol o de oliva que lo pague lo que vale

Ana C. dijo...

Y cómo nos acercaríamos entonces, Anónimo?

Mariano, las retenciones del aceite y de las harinas no las pagan todas los chinos pero pagan bastante más de lo que vos creés. Y el valor agregado que se hubiera sumado al PIB de Brasil o EEUU, se suma al de Argentina, en lugar.

Lo de los aceites no lo entendí.

Mariano T. dijo...

Ana seguro que sos vasca.
Voilvemos a lo de los chinos, como ya expliqu?e hace 5 o 6 comments
Para que un comprador se vea afectado, se tiene que reducir la oferta global y subir los precios por eso, y aún así el efecto se distribuye entre todos los oferentes en el mercado, y aún aceites similares, granos sin procesar, etc, por los vasos comunicantes que tiene el
mercado.
Pero como las retenciones subieron más o menos parejas, no veo una
dismninución para la cosecha del 2008, tal vez si en el 2009 pero
quien sabe, O sea que eso de que la oferta global va a caer, todav=EDa

Ulschmidt dijo...

El punto de vista es original! Si Chile exporta casi todo el cobre del mundo, y le pone un impuesto que encarece su costo de producción, y el mundo necesita cobre sí so sí... "algo" pagará el comprador, un rato al menos, hasta que arranquen otros productores de cobre u opere la sustitución técnica.
Espero que ningún ministerial lea su argumento. Lo van a usar !
Sabe, a lo que aún no le pegan es al biodiesel, de cual cada vez hay mas plantas - que son una suerte de agregado o anexo o adjunto a muchas aceiteras que ya existen. Se habla de que en el próximo año podría llegarse al millón de toneladas.
Por supuesto, pende como una espada de Damocles la posibilidad que lo hagan. Pero para 2010 además se supone debemos agregar 5 o 10 por ciento de eso a todo el diesel nacional, lo que creará una demanda interna.
El otro producido: la harina de soja, es materia prima para producir proteínas. Sobre todo carne aviar y porcina anque también se usa en raciones bovinas. Si eventualmente se mantuvieran bajas las retenciones de estas, con una harina subsidiada por el efecto retenciones, debería haber un boom interno de tales producciones - y algo de eso esta pasando, efectivamente.
El problema es que también se frenan esas exportaciones para controlar los precios internos de los alimentos.
Sabe, creo que si hay un boom sostenido mundial de alimentos y estamos complicados de tomar parte en el mismo por el efecto sobre el consumo interno lo que corresponde es bajarle el IVA a los alimentos internamente, y punto. Ya lo hacemos con la carne vacuna, que es un lujo. Con mucha más razón debiera aplicarse a las otras carnes, lácteos, verduras, dejar que esos sectores exploten productivamente y exporten a lo loco en pocos años. Estamos perdiendo el tren.
Un sector para mirar: el vino. Afortunadamente el vino varietal no afecta el INDEC como para que Moreno se ocupe de perseguirlo. Esa industria esta yendo como los dioses!
otro sector para mirar: el aceite de oliva. Algo parecido.
Así podría irnos con varios rubros más.

Ana C. dijo...

Bueno, Ulschmidt, no es demasiado original, es el mismo aparato lógico que se usa para analizar la política agrícola de la UE, aunque acá tenemos el espejo de la situación europea.

Y a mí me parece que los del ministerio ya lo están usando, de ahí el salto en las retenciones al aceite mientras se mantenían las del biodiesel constantes. Se desincentivan las exportaciones de poroto de soja, que van más baratas al que produce aceite y ahora las de aceite, para que se transformen en biodiesel.

(A los productores yanquis, para todo esto, no les gusta nada el sistema, mire el documento que colgué más arriba en el comentario del 13 de noviembre a las 11:49).

Creo que hasta los productores argentinos lo saben y se están haciendo los tontos mientras ponen el grito en el cielo. Ayer leía un documento donde exponían toda la situación de la carne y del trigo, pero de la soja no decían ni pío.

Lo de la harina que usted dice da la impresión que va en el mismo sentido.

Claro, lo que no va para nada en el mismo sentido son todas esas prohibiciones de exportar y las retenciones a productos donde la cuota de mercado es ínfima.

Mariano T. dijo...

Ana: para que al productor le llegue la mejora, debería haber una puja por la mercadería física, que deje afuera primero a los exportadores de grano, y después a los de aceite.
Sinó todo se nivela para abajo con la posición más desfavorable, y la diferencia se la queda el industrial.

Anónimo dijo...

Explicando las cosas cotidianas en lenguje sencillo, trabajando desde sus lugares para una distribucion del ingreso distinta y dejando de escribir para jugar a ser intelectuales.

Ana C. dijo...

Anónimo, relea el post y trate de decirme dónde está lo difícil. Tratar de explicar lo difícil en forma fácil fue siempre uno de mis objetivos.

Anónimo dijo...

no lo lograste

Anónimo dijo...

y quien dijo que entendes lo dificil, ese perfil de intelectual vanguardista te aleja mucho.....

Ana C. dijo...

Bue, esperaba un aporte más constructivo, pero parece que esto se parece más a un ataque personal que a otra cosa.

En fin.

Mariano T. dijo...

Ana, tu lenguaje es suficientemente sencillo para cualquiera que lea la parte de economía de los diarios.
Para el que solo lee Paparazzi se le puede complicar...
De última es problema de él.

Anónimo dijo...

no se confundan no leo Paparazzi, pateo los barrios donde la gente no tiene para morfar, mientras ustedes tienen tiempo para escribir estas pelotudeces.

Mariano T. dijo...

Ya que no leés paparazzi, Aunque sea Olé?

Musgrave dijo...

Anónimo, barrios raros por los que vos andás, che.

En el mío se va de frente y se da la cara.

Anónimo dijo...

barrios raros para vos que nunca te dedicaste a estar con la gente, pero acepto tu desafio ya que das la cara dame tu nombre y apellido, el lugar donde trabajas, y que haces por la gente.
Realmente que un tipo que dice escribir de economia piense que son raros los barrios donde hay hambre me parece lamentable.
Pero ya que das la cara espero tus datos.

Anónimo dijo...

mariano por tus comentarios me pareces un tipo muy ligado a las clases populares no?