viernes, 4 de abril de 2008

La inflación no es mi culpa ¿eh?

Me tenía bastante preocupada el Economist. Una de las cosas que más me gustan de mi revista preferida es que suelen tener bastante seguido notas sobre Argentina. A mí siempre me gusta pensar que es porque los ingleses se acuerdan con cariño de cuando Argentina era su segunda colonia, aunque a lo mejor es por otra cosa.

Pero últimamente nos tenían bastante abandonados. Hace algunos meses publicaron un artículo sobre el acceso de las clases populares a las clases medias en América Latina y en toda la nota a los únicos países que nombraban era a Chile, México y Brasil. De Argentina, ni una palabra. El artículo me dejó un poco triste, pensando si no sería porque Argentina quedó afuera de ese fenómeno. Durante las elecciones, hubo un artículo un poco antes y uno justo después, ni más ni menos lo mismo que le dedican a Dinamarca que, bueno, no suele ser ni de lejos el país que más aparece en el Economist.

Y ahora, tres seguidos. Primero, el de la liebre y la tortuga sobre el que Tavos escribió hoy. La semana pasada, uno sobre el paro del campo (ni huelga, ni lockout, caramba, paro es más neutral, sino me van a hacer caer en el correctismo político y voy a tener que inventar algo á la "la medida de fuerza aplicada por el sector agropecuario en respuesta a la política aduanera del gobierno nacional y popular", como le gusta a los suecos, campeones del eufemismo) y hasta una editorial!

Y hoy... Nada menos que una carta de Martín Redrado en la sección de cartas de lectores donde, enojado porque lo tratan de inflacionista, les dice que se informen un poco mejor antes de escribir nada y los trata de simplistas.

Redrado deja bien clarita cuál es la política monetaria del BCRA y la verdad, me parece de lo más coherente. Lo mejor de todo es que la explica. Tendría que haber artículos en los diarios todas las semanas donde los responsables de la política monetaria la expliquen, mostrando cómo se van cumpliendo las metas. Nomás parece un poco raro cuando dice que el BCRA no tiene metas de tipo de cambio. Y tendría que haber agregado que la mitad de la política antiinflacionaria se la dejaron a la política fiscal que no sabe muy bien por qué no está siendo todo lo efectiva que debiera ser.

(El dibujito se lo robé al Economist sin ninguna vergüenza, como suele ser mi costumbre, pero lo debe haber hecho un argentino. Mientras buscaba los artículos para poner en los links, me di cuenta que fui demasiado injusta, había montones de cosas sobre Argentina en los últimos 6 meses).

2 comentarios:

Lindahl dijo...

impeach redrado, impeach him now! como diría brad de long sobre george bush.

como presidente del BCRA es un clown que está violando a todas luces la carta orgánica.

Ana C. dijo...

A Mervyn King ya lo hubieran echado. Pero total, a quién le importa la carta orgánica, si la inflación en Argentina se controla no aumentando los impuestos internos relevantes y patoteando.