viernes, 13 de marzo de 2009

¿Se equivocó Gordon Brown?

El Institute for Fiscal Studies de Londres es uno de los think-thanks dedicados a la relación entre política fiscal y bienestar social más antiguos del Reino Unido y probablemente el más prestigioso. Creado a fines de de la década de 1960, ha tenido una notable influencia desde entonces en el ámbito del análisis y las propuestas de política tributaria. Un estudio dado a conocer recientemente por el IFS analiza el impacto de la reducción transitoria de la alícuota normal del IVA del 17’5% al 15% durante 13 meses, como parte del paquete de estímulo fiscal aprobado hace pocos meses por el gobierno de Gordon Brown.

Pese al sarcasmo de Sarkozy, el estudio de Thomas Crossley, Hamish Low y Matthew Wakefield sostiene que podría tener un impacto más positivo incluso que el esperado por Brown. Los autores razonan que el mecanismo principal por el que debe de considerarse el impacto en este caso, asumiendo que la reducción se traslade a precios, no es el aumento del poder adquisitivo, sino el efecto de sustitución entre consumo presente y consumo futuro como respuesta al cambio de precios relativos, operando de manera similar al efecto sobre el consumo privado que tiene una reducción de la tasa de interés. Y justifican la medida en el entorno actual de severas restricciones crediticias. Los argumentos (y oportunos caveats) pueden leerse acá.

Sin embargo, llama la atención que, de acuerdo con otro estudio del mismo IFS sobre efectos distributivos de los cambios impositivos en el presupuesto 2008, esta reducción transitoria sea regresiva, ya que representa un beneficio mayor para el decil más rico de la población que el más pobre. La razón es que los alimentos o la ropa infantil ya están exentos, y que ya se aplica una alícuota reducida al consumo de energía por debajo de determinado nivel.

El dato a retener por parte de los no economistas sería que la reducción transitoria de la alícuota normal de IVA en el Reino Unido tiene un sentido muy distinto de la diferenciación permanente de alícuotas para alimentos y otros productos de primera necesidad o la reducción permanente de la alícuota normal para reequilibrar los efectos distributivos del sistema tributario en su conjunto, que serían los dos propuestas que se han planteado en Argentina desde distintos ámbitos.

¿Se equivocó Brown? ¿O podrían acertar Crossley, Low y Wakefield?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por fin alquien que escribe cosas que agregan valor.

ya iba a dejar de pasar por este Blog.

Musgrave dijo...

Loro, lo felicito por su doble debut.
Los productos exentos o con alicuota diferencial en argentina son muy pocos asi que el efecto regresivo podrìa descarcarse en nuestro caso.
El supuesto de traslado a precios de la rebaja de la alícuota del IVA es clave en el caso argentino. En la mini experiencia que hizo lavagna, cuando bajó la alicuota por un par de meses, los resultados no fueron alentadores.
Claro que si la crisis nos lleva a una recesión, la baja de la alicuota debería ser màs trasladable a precios.
Sin embargo, el problema sería como financiar la baja de la recaudación.

saludos