viernes, 4 de abril de 2008

Repitiendo errores?

Vieron esta nota de Daniel Artana? Pensando en este tipo de recomendaciones, escribí esto.

En un país como la Argentina donde 60% de las exportaciones son commodities, y el resto se vende en su mayoría a Brasil, cuyo PBI en los últimos cuatro años ha aumentado más de 20% al año en dólares, asistimos a una «crisis de la abundancia» con el Estado tratando de aumentar su participación en el negocio agropecuario y quedarse con un porcentaje creciente en caso de que la bonanza continúe.

Pero detrás de este conflicto innecesario se esconde un problema más profundo: la necesidad del gobierno de aumentar sus ingresos para atender un gasto que no puede controlar adecuadamente. Al igual que en los 90, el gasto público, medido en dólares, crece desmesuradamente. El gasto primario de los tres niveles de gobierno (excluyendo intereses de la deuda) en un contexto de tipo de cambio fijo aumentó a un ritmo anual de 12% entre 1991 y 1995 (8% en la Nación). Desde 2003 a la fecha, el gasto primario ha aumentado a un ritmo anual promedio de 26% en dólares, (25% en la Nación). En los primeros meses de este año luego de cierta «moderación» el gasto continúa aumentando por encima de 30% anual en dólares. ¿Por qué los 80.000 millones de dólares de gasto primario no resultaron financiables a fines de los 90 y hoy se financian más de 100.000 millones? Una respuesta simple se puede ver en la línea punteada del mismo gráfico que ajusta el gasto en dólares por la evolución de
los precios de exportación. Es el nivel excepcional de los precios externos el
que permite que la economía privada tolere un gasto de 100.000 millones.

Pero aquí aparece un primer problema. Así como en los 90 parecía que siempre iba a lograrse financiamiento vía deuda para las actividades del Estado, hasta que éste se cortó, hoy parece que la bonanza de las materias primas puede continuar sosteniendo un gastoelevado. Pero si los precios se reducen, la línea punteada se acercaría a la llena y el gasto sería difícil de pagar.

Así como aparecieron límites a un endeudamiento sin freno, también hay límites para la voracidad fiscal. La Argentina se encamina a una presión tributaria del orden de 35% del PBI, similar a la de Brasil pero alrededor de 10 puntos del PBI superior a la que existe en los países exitosos de Asia emergente y al resto de Latinoamérica.

También es superior a la presión tributaria que tienen hoy Australia, Estados Unidos o Japón, todas sociedades mucho más igualitarias que la nuestra. Es cierto que una parte de la explicación reside en el origen diferente de la recaudación pero mucho se debe a la ineficacia del gasto estatal, asignatura pendiente de la dirigencia política
argentina, que siempre ha encontrado más fácil gastar más que gastar mejor. Y el mal ejemplo nacional se extiende a las provincias con aumentos de impuestos concretados en la Ciudad de Buenos Aires y propuestos para la provincia de Buenos Aires.

En la ineficacia del gasto aparece una nueva semejanza con los 90. La pista de Anillaco de entonces y el tren bala de hoy son ejemplos de una inversión pública guiada por criterios políticos y no de bienestar social. Y en la calificación de uno a diez sobre transparencia realizada por Transparency Internacional la nota Argentina del último año fue sólo 2.9 (máximo 10) similar al 3 de 1998 y 1999. Con niveles de corrupción
africanos, una parte del gasto seguramente se sigue perdiendo en el camino. Y mientras se aprueba una meta de mediano plazo de gastar 6% del PBI en Educación la calidad de la educación no parece mejorar y el objetivo del gobierno nacional parece limitarse a lograr 180 días de clase.

Desde el punto de vista macroeconómico la Argentina tiene hoy la ventaja de contar con un tipo de cambio flotante que podría ayudar a reducir el gasto en dólares si las circunstancias externas se vuelven menos favorables. Pero esa ventaja conceptual enfrenta algunas restricciones políticas. El gobierno ha mostrado en más de una ocasión temor a depreciar la moneda en circunstancias desfavorables y ahora se agrega una economía a pleno empleo con presiones inflacionarias. Es cierto que, en teoría, una depreciación real producida por la escasez de los dólares que hoy son abundantes sería un cambio de precios relativos, pero con la inflación por encima de 20% anual la depreciación nominal podría agravar los problemas de expectativas y hacer más difícil la corrección.

Para evitar estos contratiempos es que se aconseja ahorrar en las buenas actuando contracíclicamente. El año 2008, sin elecciones, era el momento ideal para mostrar moderación en el gasto (y también en la política de ingresos y en la monetaria). En cambio el gobierno nacional y varios provinciales han optado por la vía impositiva, camino más riesgoso si se revierte la bonanza. El conflicto agropecuario parece sugerir que se ha perdido un importante capital-político y que la moderación deberá esperar a 2010. El problema es si en el medio la recuperación de la economía americana viene acompañada, como es probable, de un fortalecimiento en el dólar y una suba en la tasa de interés que frenen los precios de las commodities, y la economía de Brasil se acomoda a tasas de crecimiento en dólares más acordes con su situación externa reciente.

El tiempo dirá si pisar el acelerador a fondo nos permite llegar más rápido a la meta final, lo único claro hoy es que el camino está cada vez más sinuoso y el conductor algo más mareado.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Copie el texto en un comment. Pel favol.

Anónimo dijo...

Mus, poné el texto entero que hay varios que no tenemos password.

Artana esta en mi top ten de profesores que tuve. Lo unico que le critico es que a veces se olvida del factor político, y eso para un economista es casi imperdonable.

Anónimo dijo...

Carl Schmidt era un filósofo alemán que fue uno de los coautores de la constitución de ese país tras la segunda guerra mundial. El establecía que la proporción ideal de funcionarios públicos muniicpales en relación con la población general era de 1 en 250. Es decir que una ciudad como Buenos Aires debería tener aproximadamente 12.000 empleados, la plantilla de empleados de esa ciudad es de 130.000. Rosario donde vivo tiene aproximadamente 1.000.000 de habitantes y tiene 14.000 empleados públicos mientras que con 4.000 empleados se cumpliría la proporción más arriba mencionada.
Estos son apenas dos ejemplos de la manera como administran los dineros púbicos y puedo menionar otros más. Además sin mencionar la corrupción generalizada en las contrataicones del estado.
Hace un tiempo que leo este blog porque sostengo que uno debe leer no sólo aquellas opiniones que son afines a sus ideas y me parece (y trato de ser respetuosos con lo que voy a decir) que en la teoría ustedes piensan que los números cierran con un mayor gasto público que alcance para administrar el estado, pagar la deuda y rescatar a los pobres de su condición. El problema es que la gente no puede pagar más impuestos por el simple hecho que los números a los comerciantes no les cierran y a muchas empresas industriales especialmente pequeñás y medianas tampoco y por más impuestos nuevos que les pongan la capacidad de pago no va a ser mayor y ese es el punto donde me parece humildemente que ustedes están alejados de la realidad. Les sugiero que hablen con familiares o amigos que administren un negocio cualquiera el rubro o el tamaño y les cotejen los números y llegarán a la conclusión que el margen para aumentar más los impuestos no existe y que muchos de los que evaden (no todos porque también hay delincuentes entre los evasores) lo hacen como mecanismo de defensa porque sino tienen que cerrar. En fin el post quizás sea muy largo pero les sugiero que así como yo trato de comprender aquellos que no comparten mis ideas y me acerqué a este blog ustedes caminen la calle y cotejen la realidad con sus teorías.
Respetuosamente
Fernando

Ana C. dijo...

Me parece muy bien que le haya hecho saber eso a Musgrave, Fernando, pero acá somos tres y todos pensamos distinto. En mi caso particular, yo pienso, como usted, que no se puede gastar por gastar y que tiene que haber controles para saber cómo y en qué se gasta.

Me dejó bastante impresionada con eso del 1/250. Dicen que la comuna de París tiene 30.000 empleados públicos.

Da la impresión que en Buenos Aires el empleo municipal funciona como seguro de desempleo.

Anónimo dijo...

Peguen el texto de Artana. Por favor.

Anónimo dijo...

Thanks a lot!!

Antares dijo...

Me gustaría saber en qué se basaba Carl Schmitt para establecer esa proporción. Por qué deberíamos sostener el mismo número para la Argentina actual que para la Alemania de posguerra? Lo que habría que discutir no es la cantidad de empleados sino la tarea que cada uno de ellos tiene para hacer.

Lindahl dijo...

fernando, me interesa mucho la idea de carl schmitt. 1 en 250 se aplica a cualquier tamaño de municipalidad, en cualquier país, en cualquier momento histórico?

Lindahl dijo...

liz, me ganó de mano por segundos. los británicos dicen "great minds think alike", pero también dicen "fools never disagree". nos quedamos con la primera, no?

Musgrave dijo...

Fernando, Schmidt habrá leído sobre la ley de Wagner?

Ana C. dijo...

Bueno, si la municipalidad de París tiene 30.000 y la de Buenos Aires 130.000 con aproximadamente la misma población, no se cumplen ni la ley de Schmitt ni la ley de Wagner.

Lindahl dijo...

ana ojo, hay que ver qué hace la muni de parís. ej: los hospitales y escuelas son municipales o nacionales?

Ana C. dijo...

Uy, tiene razón, Lindahl, hice una generalización medio peligrosa.

En todos los países de los que tengo información, esos servicios están descentralizados, pero justo en París no sé. Apostaría a que sí, sin embargo. Me parece que se lo escuché decir a la Royal en su campaña.

Lindahl dijo...

Ana, mire acá: http://www.paris.fr/portail/accueil/Portal.lut?page_id=8126&document_type_id=4&document_id=33138&portlet_id=18749

son 46,000 empleados en parís, y no tiene sistema educativo. si a eso sumamos que el precio relativo del trabajo seguramente es más alto en parís que en bsas, con lo cual el gobierno tiene incentivos a sustituir trabajo por capital cuando puede, la comparación se me hace menos obvia.

ojo, esto no implica que en la ciudad no haya gnocchis, batatas y demás carbohidratos...

Ana C. dijo...

Eh, gracias por el portal. Andaba buscando algo así pero no lo encontraba.

Y la Direction des Affaires scolaires? 136000 alumnos en 2006 y le dan de comer a 105000. Y encima dicen que en Francia en las escuelas se come con entrada, plato y postre.

Bueno, la verdad es que no me doy cuenta quién paga los salarios de los maestros, que suele ser el 80% del gasto en escuelas.

Ana C. dijo...

En educación, y en servicios sociales en general (cuidado de nenes, ancianos, salud), no hay demasiada sustitución capital-trabajo, aunque en algunos lugares se están intentando alternativas con las nuevas tecnologías por lo del envejecimiento de la población, que hace cada vez más difícil recrutar gente para esos sectores.

Lindahl dijo...

uh, es cierto, no lo había visto. miré directamente la parte de empleo, y no vi gente asignada a educación.

Ana C. dijo...

Pero da la impresión que pagan todo, desde infraestructura hasta los salarios de los que cuidan a los chicos fuera del horario escolar y la formación continua de los maestros, pero no los salarios de los maestros.

Ana C. dijo...

Bueno, caramba, pero París debe ser una de las cinco ciudades más ricas del mundo. En Buenos Aires quizás correspondería un poco más de austeridad.

Ana C. dijo...

Y además las finanzas públicas francesas no son el mejor ejemplo a seguir, si hay que ser sincero.

De todas formas, el comentario de Fernando da lugar a una pregunta que para mí es muy interesante ¿Cuál es la presión tributaria que el gran pueblo argentino está dispuesto a soportar sin hacer una revuelta? ¿Cuáles son las preferencias en cuanto a la participación que tiene que tener el Estado en la economía? ¿De qué forma? ¿Para distribuir nomás, como quiero yo, que en distribución incluyo y privilegio educación y salud? ¿O para intervenir en la asignación de recursos entre las distintas actividades económicas, como quiere otra gente? ¿A lo mejor están contentos con que haya nenes pidiendo limosna por las calles y sin ir a la escuela y gente revolviendo la basura, mientras otros se van de vacaciones a Brasil y andan en 4x4 en Buenos Aires?

Releyendo el comentario de Fernando también me da la impresión que aparece el mismo problema de siempre: la presión tributaria en Argentina recae en forma exagerada sobre un grupo demasiado pequeño de gente porque las bases son muy chicas.

En fin, reforma tributaria ya! Que toda la gente pague, aunque algunos paguen poco, la clase media pague como clase media y los ricos como ricos.

Anónimo dijo...

La comparación entre Municipios de la misma provincia es peligrosa, peor es entre Municipios de distintas Provincias, ya que ahíhay diferentes sistemas institucionales, por lo que imagino que a comparaciones internacionales son imposibles si sólo comparamos Números o estadísticas agregadas. Por ejemplo yo vivo en la provincia de Buenos Aires y en mi municipio que no es grande (40000 Hab, tenemos tres Escuelas Municipales que tienen algo así como un cuarto de la Matrícula Educativa, dos Hospitales Municipales y un Hogar de Ancianos Municipal, sin existir prestadores de otro nivel de gobierno en los dós últimos casos. por otro lado la totalidad de los servicios urbanos son prestados por el municipio y, aunque no son buenos, no son peores que los prestadores privados en otros departamentos. Conociendo ésto me da risa cuando en estudios supuestamente serios encuentran que en nuestro distrito el gasto municipal por habitante es mayor que en otros lados. Sin embargo cuando miramos el empleo del sector público consolidado estamos en niveles similares al promedio.

Anónimo dijo...

París tiene una población de 7.000.000 de habitantes y 30 o 40.000 empleados públicos de manera que la proporción se mantiene, Capital Federal tiene 3.000.000 de habitantes. por otro lado como bien señala Ana, Francia no es un buen ejemplo de administración de finanzas públicas. Quizás Schmitt no incluyera maestros o empleados de salud dentro de esa proporción pero de todas maneras ustedes creen que el incluir docentes y trabajadores del área de salud justifica, siempre volviendo al ejemplo de capital federal, 140.000 en lugar de los 15.000 ideales?
Como les comenté yo vivo en Rosario que es una municipalidad relativamente bien administrada para lo que es la Argentina y ayer justamente el COnsejo Deliberante decidió aumentar la tasa general de inmuebles (simil al ABL porteño) en hasta un 70% dependiendo de las zonas de la ciudad. Creo que es un buen ejemplo de cómo resulta siempre más fácil aumentar ingresos con mayor presión tributaria (ya sé que el ABL o la tasa no son estrictamente impuestos pero se sienten igual en el bolsillo)que hacer el gasto más eficiente y ni qué hablar de cesantear empleados públicos. Paro aquí pero podemos seguir el debate dado que hay más ejemplos que podemos considerar pero la reflexión es la siguiente: ustedes recordarán que hace poco el gobernador de Nueva York tuvo que renunciar por tener relaciones con una prostituta, seguramente no es el único norteamericano que tiene dichas relaciones y creo que si bien por un lado no hay derecho a inmiscuirse en la intimidad de la gente lo que la sociedad americana pretende de sus funcionarios públicos es que tengan una moral que supere la moral media siendo el concepto que si un hombre público es capaz de engañar a su esposa también puede engañar a los ciudadanos y por eso (no por una cana al aire) es que debe ser penado. Este ejemplo sirve para que como sociedad debemos exigir a nuestros gobernantes un standard moral por encima de la moral media de nuestra sociedad y sólo después de eso podremos aceptar una mayor presión tributaria.

Saludos
fernando