Para entender de qué se trata este temita de los buitres, nada mejor que leer los dichos de la Presidenta en su último discurso. En el acto de Rosario por el Día de la Bandera, CFK nos dio pistas sobre qué piensa del tema buitres:
“Por eso, argentinos, que nadie los asuste; por eso, argentinos, sepan que esta Presidenta tiene un compromiso, no con su Gobierno; a mí me quedan 1 año y 8 meses de gobierno y sería fácil, como proponen algunos, acordar cualquier cosa”.
“¿Pero saben qué? Antes que mi Gobierno, está mi país, mi Nación y mi Patria. Porque mis hijos, mis nietos, sus hijos y sus nietos, no dependen de mi Gobierno, dependen de que haya Patria y de que haya Nación con soberanía, con dignidad, con posibilidades de crecimiento, de educación, de salud y de viviendas”.
“Por eso vamos a seguir trabajando y por eso les pedimos la unidad nacional a todos los argentinos, tenemos que estar unidos hoy más que nunca, porque la unidad hace la fuerza”.
En estos días, una vez más, la izquierda infantil y la derecha qualunquista han vuelto a jugar en tándem haciendo un juego de pinzas sobre la opinión pública descalificando por diestra y siniestra la actitud del gobierno frente a los buitres, el fallo de Griesa y la decisión de la Corte Suprema yanqui de no tomar el caso argentino.
Desde el punto de vista estrictamente técnico la situación ya fue bastante explicada por diversos especialistas. El rechazo de la Corte, deja firme el fallo de Griesa que obliga a la Argentina a pagar en efectivo U$S 1.300 millones. Asimismo, dicho fallo deja en situación expectante al resto de los holdouts, poseedores de bonos defaulteados que no accedieron a los canjes del 2005 y 2010, para reclamar el mismo trato que obtuvieron los buitres. En este caso, los montos en juego rondan los U$S 15.000 millones. Por último, está en discusión entre los especialistas si el pago del 100% de la deuda a los buitres no otorga derechos a reclamar al 92% de los bonistas que sí entraron en los canjes. En este caso, las cifras que se manejan están en torno a 120 mil o 140 mil millones de dólares.
A partir de este racconto, queda claro que CFK no está dispuesta a optar por la salida “fácil”. Que consistiría en negociar una nueva emisión de deuda por la totalidad de los montos en juego que libere de obligaciones a su gobierno, pero que ponga una pesada mochila en las espaldas del próximo gobierno y de todos los argentinos.
¿Por qué el gobierno ha aceptado negociar con los buitres luego de negarse a hacerlo desde los canjes? ¿Ha cambiado su posición? ¿Ha bajado sus convicciones?. Lo que han cambiando son las condiciones objetivas. Cabe recordar que en momentos del pago al FMI para recuperar la soberanía sobre la política económica, las reservas del BCRA rondaban los 50 mil millones de dólares. Hoy se encuentran en torno de “apenas” 28 mil millones de dólares.
La búsqueda de un acuerdo con los fondos buitres, debe enmarcarse en una política concebida por la Presidenta para fortalecer el frente externo y lograr el acceso a financiamiento internacional a bajas tasas de interés para profundizar las inversiones en infraestructura y energía. Pueden listarse en esta política el acuerdo con Repsol, el nuevo IPCNu y el acuerdo con el Club de París.
Desde el punto de vista político la situación es más compleja: después de más de 10 años de kirchnerismo hay muchos interesados en que CFK no logre terminar en paz su mandato y si es posible quieren lograr que todo estalle en las manos de la presidenta para dar un mensaje contundente y ejemplificador. Presidentes que gobiernan de espalda al establishment, desafiando el status quo y junto al pueblo, terminan mal.
Por eso es importante prestar atención al llamado a la unidad nacional que reiteró la Presidenta desde Rosario.
Un resultado negativo en las negociaciones con los buitres, ya sea default técnico o directamente default, será aprovechado una vez más por los buitres de adentro para volver a llevar la cotización del dólar ilegal a niveles ridículamente altos, como ya lo hicieron a principios de este año, con las consiguientes presiones sobre los precios y la creación de un clima de inestabilidad que sólo es beneficioso para uno pocos.
La situación es relativamente delicada como para perder esfuerzos atendiendo reclamos de algunos trasnochados que militan el No Pago de la Deuda, un nuevo default no sólo debilitaría el frente interno sino que tiraría por la borda los intentos por conseguir nuevo financiamiento barato para YPF, para las obras de infraestructura aún pendientes y para las empresas argentina.
Los buitres de adentro están agazapados para continuar la tarea iniciada por los buitres de afuera, el gobierno cuenta con los recursos técnicos, con los especialistas y con los negociadores necesarios para llevar las tratativas a buen puerto. Está en todos los argentinos de bien, encolumnarse detrás de la Presidenta para que su fortaleza política sea impermeable a los arteros ataques de los enemigos de la Patria.
Pero el blog me da una chance de cerrar de distinta forma la nota. Pasen y escuchen al compañero Zloto