Me llegó esta carta que quiero compartir con ustedes.
"El pasado 14 de abril se publicó en Infobae una nota sobre el programa “Fines 2” de la periodista Claudia Peiró en la que entrevista a la Doctora en Historia y docente de la UBA Romina de Luca. En ella aseguran que el “objetivo del Fines es generar un ejército de analfabetos funcionales al gobierno con título secundario”, entre otras afirmaciones y conclusiones estigmatizadoras y excluyentes.
Leer esta nota me generó rechazo porque siento que, una vez más, se nos excluye por ser “negros”, por no tener educación, por no tener trabajo, por no tener casa, por no tener “cultura”, por tener DirecTV o un televisor, por tener dos o más hijos. Y no se dan cuenta que somos la parte de la sociedad que tuvo que generar sus propios mecanismos de resistencia ante un Estado que no solo no nos defendía, sino que nos excluía, generando un país de privilegiados y olvidados.
En la década menemista, nosotros que hoy somos jóvenes, empezamos a crecer en una cultura diferente, donde los viejos buscaban trabajo y no encontraban. Empezamos a manejar el término changa, reducir el consumo y olvidarnos de algunas cosas. Buscamos los métodos de continuar viviendo dignamente en este sistema, con la venta de vidrio, diario y cartón. Recuerdo a mi vieja pelando cables, buscando cobre, con la presión de la hipoteca que nos termina tirando en la periferia de mi ciudad, La Plata.
Sin resentimiento, y con esfuerzo tratamos de continuar. Encontrando la contención que el estado ya no daba, en el barrio, la familia y la cumbia. Miles de personas éramos excluidas del sistema educativo y dejábamos nuestros estudios. La falta de trabajo y la desigualdad crecía: unos pocos se hacían cada vez más ricos mientras unos muchos cada vez teníamos menos. Todo parecía ser una política de Estado.
Del 2001 al 2003 no recuerdo haber tenido un año entero de clases. Los maestros pasaban sus días en las calles reclamando por sus salarios. Íbamos a las instituciones para que nos digan hoy no hay clases, así durante tres años.
Un mundo de ong’s que acogían a un montón de pibes y pibas que ya no íbamos a la escuela. Los espacios de contención del Estado en vez se cumplir su objetivo lo único que hacían era profundizar la exclusión.
En el 2003 llega un proyecto político diferente que proponía gobernar para 40 millones y no unos pocos. Obviamente, tantas veces engañados, tantas veces olvidados, no existía motivo para creer que estas propuestas fueran concretadas.
Podría hacer un paralelismo entre las políticas que hoy nos incluyen y antes nos excluían, pero no voy a detenerme en esto. Solo en el año 2005 veo en Crónica TV que Néstor Kirchner proponía una nueva ley de Peón Rural, algo que por cierto mi papa pidió por años, pero producto de la burocracia sindical nunca se había podido concretar. Mi viejo falleció en el 2003, no pudo ver la ley de Peón Rural, pero lo que me demostraba en ese momento es que muchos peones rurales como él y mi vieja iban a ser beneficiados. La ley se concreta en el 2011. Seguramente la burocracia sindical fue la que detuvo ley durante varios años.
Dentro de este proyecto se enmarca el Plan Fines, un plan que viene a proponer una mayor igualdad dando la oportunidad de estudiar a los que, en los tiempos establecidos, no pudimos porque había un estado que nos tiraba a la calle. Ahora estamos en las mismas condiciones, que aquellos que sí pudieron.
El Fines se dicta en “comedores barriales, unidades básicas o casas compañeras de La Cámpora”, como afirma la nota, y también en clubes, facultades y escuelas. Se dicta en los barrios porque es ahí donde vivimos.
El Fines propone una educación que se construye entre todos, en la que todos aportamos, que se adecua a cada contexto y a la heterogeneidad de realidades.
Cuando leo la nota de Infobae pienso que, seguramente a mí como a muchos jóvenes, me hubiese encantado tener la oportunidad de estudiar y formarnos en la UBA como lo hizo la Doctora en historia, pero en ese momento las políticas de inclusión no existían, y podía aquél que tenía para comer, vestirse, viajar, comprar útiles y sustentar los gastos.
Hoy, con mis compañeros del Fines debatimos, discutimos los contenidos, nos preguntamos qué carrera vamos a seguir.
Qué diría mi compañera que no está del todo de acuerdo con este proyecto y hace un esfuerzo muy grande por cumplir y estudiar si leyera que usted dice que mañana será una analfabeta funcional al gobierno.
Nosotros somos nuestros propios héroes al ingresar a la Facultad de Periodismo y Comunicación Social y romper con esas mentiras hegemónicas que instalan que estudiar en la Universidad es solo para unos pocos.
Quien más nos apoya es la Decana de esta unidad académica, Florencia Saintout, que en su discurso de asunción a su segundo mandato ubicó a la Facultad como espacio de los históricos excluidos: “esta es la Facultad de los negros, de los pobres, de los putos y las putas…”.
El Fines es para nosotros el ingreso a un sistema educativo, donde no se nos impone nada, sino que respetan lo que sabemos y nos enseñan a institucionalizarlo. Es un programa que nos invita a seguir estudiando y prepararnos para que, nunca más, personas como ustedes, que forman parte de una sociedad que solo se encarga de estigmatizar, nos haga creer que no podemos pensar ni muchos menos formarnos.
Para finalizar la invito a discutir nuestras realidades, nuestras historias, nuestras necesidades, nuestras conquistas. Y le propongo que la devolución al pueblo, como egresada de Universidad pública, sea con aportes constructivos e inclusivos."
Lucas Isaías Bazterrica
Estudiante de Fines 2 en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.