A esta altura del partido, estoy seguro q todos los lectores de este blog saben quien es Thomas Piketty. Su libro, es best seller y en casi todos los diarios hemos leídos a economistas locales y extranjeros comentarlo. Por ejemplo en La Nación tenemos esta nota y esta otra nota.
Sin embargo lo que no he leído en ningún lado es esta idea que quiero compartir con ustedes. Mientras Stiglitz y Krugman han salido a elogiar el libro, tanto en los medios especializados como en twitter podemos leer como economistas académicos yanquis se esfuerzan en denostar las ideas del libro.
Lo que ningún diario o blog ha publicado son las razones que para mi buen saber y entender explican los ataques furibundos que ha sufrido nuestro nuevo heroe. Las razones son el relato q hace el propio Piketty sobre su experiencia en la academia estadounidense en la introducción del libro.
Pero primero un par de datos duros del CV de TK. Como pueden ver aquí, TK fue asistant professor en el MIT, antes de decidir abandonar la carrera académica yanqui y volver a su querido París.
Pero mejor leamoslo:
"I did not find the work of US
economists entirely convincing. To be sure, they were all very intelligent, and
I still have many friends from that period of my life.
But something strange happened: I
was only too aware of the fact that I knew nothing at all about the world’s economic
problems. My thesis consisted of several relatively abstract mathematical
theorems. Yet the profession liked my work. I quickly realized that there had
been no significant effort to collect historical data on the dynamics of
inequality since Kuznets, yet the profession continued to churn out purely
theoretical results without even knowing what facts needed to be explained. And
it expected me to do the same. When I returned to France, I set out to collect
the missing data. To put it bluntly, the discipline of economics has yet to get
over its childish passion for mathematics and for purely theoretical and often
highly ideological speculation, at the expense of historical research and
collaboration with the other social sciences.
Economists are all too often preoccupied
with petty mathematical problems of interest only to themselves. This obsession with mathematics is
an easy way of acquiring the appearance of scientificity without having to
answer the far more complex questions posed by the world we live in.
There is
one great advantage to being an academic economist in France: here, economists are
not highly respected in the academic and intellectual world or by political and
financial elites. Hence they must set aside their contempt for other disciplines
and their absurd claim to greater scientific legitimacy, despite the fact that
they know almost nothing about anything. This, in any case, is the charm of the
discipline and of the social sciences in general: one starts from square one,
so that there is some hope of making major progress. In France, I believe,
economists are slightly more interested in persuading historians and sociologists,
as well as people outside the academic world, that what they are doing is
interesting (although they are not always successful). My dream when I was
teaching in Boston was to teach at the École
des Hautes Études en Sciences Sociales, whose faculty has included such leading
lights as Lucien Febvre, Fernand Braudel, Claude Lévi-Strauss, Pierre Bourdieu,
Françoise Héritier, and Maurice Godelier, to name a few. Dare I admit this, at
the risk of seeming chauvinistic in my view of the social sciences? I probably
admire these scholars more than Robert Solow or even Simon Kuznets, even though
I regret the fact that the social sciences have largely lost interest in the distribution
of wealth and questions of social class since the 1970s. Before that, statistics
about income, wages, prices, and wealth played an important part in historical
and sociological research. In any case, I hope that both professional social
scientists and amateurs of all fields will find something of interest in this
book, starting with those who claim to “know nothing about economics” but who nevertheless have very strong opinions about
inequality of income and wealth, as is only natural. The truth is that
economics should never have sought to divorce itself from the other social
sciences and can advance only in conjunction with them.
The social sciences collectively
know too little to waste time on foolish disciplinary squabbles. If we are to progress
in our understanding of the historical dynamics of the wealth distribution and
the structure of social classes, we must obviously take a pragmatic approach
and avail ourselves of the methods of historians, sociologists, and political
scientists as well as economists. We must start with fundamental questions and
try to answer them. Disciplinary disputes and turf wars are of little or no
importance".
Ahora la traducción via google traslate
No he encontrado el trabajo de los economistas
estadounidenses del todo convincente . Sin duda, todos eran muy inteligentes, y
todavía tengo muchos amigos de esa época de mi vida.
Pero algo extraño sucedió : yo era muy consciente del hecho
de que yo no sabía nada en absoluto acerca de los problemas económicos del
mundo . Mi tesis consistió en varios teoremas matemáticos relativamente
abstractos . Sin embargo, la profesión le gustaba mi trabajo. Rápidamente me di
cuenta de que no había habido ningún esfuerzo significativo para recoger datos
históricos sobre la dinámica de la desigualdad desde Kuznets , pero la
profesión continué para batir hacia fuera los resultados puramente teóricos sin
siquiera saber qué hechos necesita ser explicado. Y esperaba que yo hiciera lo
mismo. Cuando regresé a Francia, me puse a recopilar los datos faltantes. Para
decirlo sin rodeos , la disciplina de la economía aún tiene que superar su
pasión infantil por las matemáticas y para la especulación puramente teórico ya
menudo altamente ideológico , a expensas de la investigación histórica y la
colaboración con las otras ciencias sociales.
Los economistas están demasiado a menudo preocupados por los
problemas matemáticos menores de interés sólo para sí mismos. Esta obsesión con las matemáticas es una manera fácil de
adquirir la apariencia de cientificidad , sin tener que responder a las
preguntas más complejas que plantea el mundo en que vivimos
Hay una gran
ventaja de ser un economista académico en Francia : aquí , los economistas no
son altamente respetada en el mundo académico e intelectual o de las élites
políticas y financieras . Por lo tanto , deben dejar de lado su desprecio por
otras disciplinas y su absurda afirmación de una mayor legitimidad científica ,
a pesar del hecho de que saben casi nada de nada. Esto, en todo caso, es el
encanto de la disciplina y de las ciencias sociales en general : se parte de
cero , por lo que hay cierta esperanza de hacer grandes progresos . En Francia,
en mi opinión, los economistas son un poco más interesado en convencer a los
historiadores y sociólogos, así como la gente fuera del mundo académico , de
que lo que están haciendo es interesante ( aunque no siempre tienen éxito ) .
Mi sueño cuando estaba enseñando en Boston fue a dar clases en la École des
Hautes Études en Sciences Sociales , cuya facultad ha incluido este tipo de
luces de líderes como Lucien Febvre, Fernand Braudel , Claude Lévi -Strauss ,
Pierre Bourdieu , Françoise Héritier , y Maurice Godelier , para nombrar unos
pocos . Me atrevo a admitir esto, a riesgo de parecer machista en mi visión de
las ciencias sociales? Probablemente admiro estos eruditos más de Robert Solow
o incluso Simon Kuznets , aunque lamento el hecho de que las ciencias sociales
han perdido en gran medida el interés en la distribución de la riqueza y las
cuestiones de clase social desde la década de 1970 . Antes de eso, las
estadísticas sobre los ingresos , los salarios , los precios , y la riqueza
jugaron un papel importante en la investigación histórica y sociológica . En
cualquier caso, espero que tanto los científicos sociales profesionales y
aficionados de todos los campos se encuentra algo de interés en este libro , a
partir de los que dicen " no saber nada acerca de la economía ", pero
que sin embargo tienen opiniones muy fuertes acerca de la desigualdad de
ingresos y riqueza , como es natural . La verdad es que la economía no debería
haber intentado divorciarse de las otras ciencias sociales y puede avanzar sólo
en combinación con ellos.
Para que comparen el pensamiento de Piketty con el de los economistas yanquis, lean este post de hace unos días sobre las opiniones del heroe de la gran mayoria de los economistas yanquis y argentos que quieren ser yanquis, Robert J Lucas Jr.
"PERIODISTA: Como describiría hoy el estado del arte de la ciencia economica? Es usted optimista sobre su futuro?
ROBERT LUCAS: Yo soy muy optimista. Lo que sucedió en 2008 (nota del
traductor: la crisis subprime y la crisis financiera internacional) no
fue una crisis de la ciencia económica. Nosotros somos todavía el único
juego en la ciudad., la única ciencia social que todavía está de pie
desde los días de Weber, Pareto, Durkheim y Boas. Por qué? Nosotros no estamos politizados, nosotros hemos tenido disciplina, y
nosotros sabemos como hacer análisis estadístico competente. Y sobre
todo, nosotros tenemos un esquema teorico que continua sorprendiendonos
por su aplicabilidad a nuevos problemas, problemas que hubiéramos
pensando q estaban más allá de la ciencia económica.
Ante semejante confesión de autismo intelectual y rídicula soberbia,
sólo podemos redoblar los esfuerzos para que la economía vuelva a ser
economía política y salga de la torre de cristal y se vincule más
profundamente con las demás ciencias sociales".
Creo que ahora puede sacar sus propias conclusiones y decidir si son Piketteros o Antipiketteros, no?
update: Me olvidé de dedicarle este post a mi amigo @arilijalad
2 comentarios:
Lo de estar politizado viene por acá me parece http://juan.lasindias.com/jugando-con-hotelling
se consigue .epub por algún lado? o todavía no?
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