Mucha gente no economista, suele preguntarme quien es MUSGRAVE, la mayoria de ustedes ya lo saben.
Richard A Musgrave fue un gran profesor de Finanzas Públicas. Pero cuando hablo con gente que nunca leyó economía suelo resumir su rol diciendo "Musgrave es el Keynes de las Finanzas Públicas".
Musgrave hizo grandes aportes a la teoría de la tributación, entre ellas suelo destacar en mis clases la destrucción de la zoncera de la doble tributación.
Pero hoy vuelvo a escribir para recordar su principal aporte a la teoría del gasto público.
No es una idea que nunca hayan leídos mis fieles lectores, pero sin embargo me veo obligado a repetirme porque muchos economistas no formados en Finanzas Públicas andan por la vida repitiendo otras zonceras que deben ser disueltas con la sabiduría del viejo RAM.
Esta semana, dos prestigiosos y respetados macreoconomistas argentinos recibieron sendas ovaciones al exclamar "la mayoría del gasto público se va en bienes privados, este gobierno no ha atendido su prioridad que son los bienes públicos" y "otra vez inundaciones, a la hora de votar fijate quien prioriza el gasto en bienes publicos".
A su vez estas frases remiten a un concepto ya instalado en la profesión que refiere a "la alianza de consumidores" o "a la democracia de consumidores", una forma elegante de referirse a las politicas populistas de este gobierno que alientan el consumo y castigan el ahorro.
Pero volvamos al gran profesor.
Cualquier economista que se toma el trabajo de analizar el presupuesto de cualquier democracia moderna, encuentra el siguiente hecho estilizado, la mayor proporción del gasto público de los estados modernos no se asigna a financiar bienes públicos, sino a financiar bienes preferentes.
Bueno, para que cualquier economista pueda encontrar este hecho estilizado tiene que conocer el concepto de bien preferente, que ha sido el gran aporte de RAM a la teoría del gasto público.
Un bien preferente no es un bien público en el sentido de Samuelson, sino que es un bien privado.
¿Pero si es un bien privado porque el Estado se ocupa de proveerlo? es la pregunta lógica que cualquier alumno de 2do año de la carrera de economía haría.
La respuesta es el gran aporte Musgrave. Un bien preferente es un bien privado cuyo consumo genera externalidades positivas, es decir al resto de los ciudadanos "le hace bien" que otro ciudadano consuma dicho bien.
La genialidad del profesor es haber elegido llamar a estos bienes "preferentes". Porque el nombre hace referencia indudablemente a las preferencias, a las preferencias de la sociedad.
En un democracia, se vota no sólo para elegir que bienes públicos queremos que el Estado nos provea sino tambien se vota reflejando cuales son los bienes privados que la sociedad considera bienes preferentes.
La educación universitaria es el mejor ejemplo para entender bien el concepto.
La preferencias sociales varían de un país a otro y de un tiempo a otro. Por eso, en Argentina la educación universitaria es publica y gratuita mientras que en Chile es arancelada.
Pero sin embargo, Bachellet fue elegida nuevamente como presidente a caballo de su ambiciosa propuesta de reforma educativa para asimilar el modelo universitario chileno al argentino.
En Argentina, la AUH y el PROCREAR son politicas publicas que proveen a los ciudadanos del acceso a dos bienes privados, el sustento básico y la vivienda. Para la mayoría de los argentinos ambos bienes son bienes preferentes en el sentido de Musgrave y así han votado. no sólo eso, sino que tanto Macri como Massa han gritado a los 4 vientos que no van a dar ni un paso a atrás con ambas políticas de estado.
Lo que tenemos que tener en claro es que en todo el mundo capitalista, el gasto público se concentran en 4 tipos de bienes preferentes, salud, educación, seguridad social y asistencia social.
En países subdesarrollados como los nuestros, es obvio que el gasto dirigido a los sectores más vulnerables tiene un peso más importante. Y que además es un gasto q pasa desapercibido para las clases medias y medias altas, ya que obviamente no son beneficiarios de planes asistenciales ni de planes de vivienda.
En una democracia, las mayorías imponen sus preferencias, algunos lo llaman fascismo.
Richard A Musgrave lo llamaba justicia social.