miércoles, 20 de agosto de 2008

Consideraciones fiscales

Elemaco pide desesperado "Realidad, volvé a ser interesante" y la verdad que lo entiendo. Pero así como le digo a mis hijos que la gente inteligente no se aburre nunca, para los economistas la realidad siempre es interesante. Y la política fiscal, ni les cuento.

La frase más conocida del Gran Señor de la Macroeconomía dice que en el largo plazo estamos todos muertos, refiriéndose a que para los clásicos los efectos de la política económica son neutrales en el largo plazo y a él lo que lo preocupaba eran los efectos más cercanos. Y es que para los clásicos en el largo plazo el dinero es neutral y hay equivalencia ricardiana.

Que el dinero sea neutral significa que las variaciones en la cantidad de dinero sólo implicarán variaciones en las variables nominales (precios) y no en las variables reales (cantidades) por lo que se dice que en el largo plazo la política monetaria tiene sólo efectos nominales, es decir pura inflación.

La equivalencia ricardiana es un poco más rarita. En realidad se llama ricardiana porque la describió Ricardo pero el que se la creyó fue Barro, así que también se la llama equivalencia de Barro-Ricardo. Dice que bajo supuestos muy precisos y también muy poco realistas, un aumento en el gasto público se compensa con una disminución del gasto privado, un fenómeno que en la literatura se conoce como crowding-out, y que entonces la política fiscal no tiene efectos sobre la demanda agregada real y nos la podemos comer con papas.

Así, en el largo plazo, la neutralidad del dinero y la equivalencia ricardiana hacen que ni la política monetaria ni la fiscal tengan efectos sobre la demanda agregada.

Este es el modelo que los economistas de corte neoliberal tienen en mente cuando hacen sus recomendaciones de política y lo creen apto para hacer recomendaciones tanto de largo como de corto plazo, olvidándose no sólo el tema de los plazos, sino también que los supuestos del modelo son demasiado fuertes y no tienen nada que ver con la realidad del mundo en que vivimos. Suelen inspirarse sin demasiada crítica en las ideas de esta escuela, que aunque ahora ha perdido mucho de su ascendiente, dejó algunas ideas claves en el corpus del pensamiento económico moderno que también aceptamos.

Como esperamos ya sea de conocimiento común, pero por las dudas lo dejamos dicho de nuevo, en este blog somos bastante intervencionistas, aunque en mayor o menor grado, y además de que nos importan mucho el corto, mediano y largo plazo, creemos, sobre todo, que en el mundo hay fricciones. Sobre la política monetaria ya hay algo escrito por acá, donde dice que la política monetaria sí es neutral en el largo plazo pero no en el corto. Sin embargo, por razones que en ese post quedaron más o menos claras, se debe usar como un instrumento para controlar la inflación y no la demanda agregada.

La política fiscal, por el contrario, es para mí un instrumento muy potente para manejar la demanda agregada tanto en el corto como en el largo plazo, en el corto porque sirve para estabilizar la economía y en el largo porque sirve para desarrollarla en el sentido del que hablábamos acá.

Pero.

Si creemos que la política fiscal es efectiva y que sus efectos son keynesianos, es decir que un aumento del gasto público estimula la demanda y una reducción la contrae (y hacemos notar que también hay gente que cree que tiene efectos no keynesianos, pero eso lo dejamos para otro post o para que le sirva a Elemaco como inspiración), igual tenemos que andar con pies de plomo, ya que siempre existe el riesgo a equivocarse y en lugar de estabilizar la economía, como era el objetivo, terminaremos desestabilizándola.

Eso puede darse cuando la política fiscal se diseña mal o cuando no está sincronizada con el ciclo o cuando la política fiscal se hace por razones que no tienen nada que ver con la estabilización del ciclo económico. Así, un artículo muy citado en la literatura dice que los países con un gasto público muy volátil también tienden a tener ciclos económicos muy volátiles. Desde Argentina les podríamos decir "pasen y vean".

Igual, yo a veces no estoy muy segura si estas consideraciones teóricas tienen mucho sentido si la mayoría de los políticos en el gobierno se olvida de incluir la palabra "sostenibilidad" en su vocabulario y hace exactamente lo contrario que los economistas clásicos: pensar solamente en el corto plazo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Si esta realidad argentina no es interesante no se cual lo seria.

Quizas haya dejado de serlo para los oficialistas sin autocritica que estan mas interesados en dejar el barco porque no saben que hacer con el, que arreglar las macanas que hicieron. Eso incluye a una serie de blogers que como un coro griego han mantenido durante los utltimos años su dialogo antifonal con el gobierno.

Mientras Ud discurre sobre los poco realistas supuestos de la equivalencia ricardiana, me gustaria escuchar a su ex-coblogger Mugrave sosteniendo que hay que aumentar el gasto publico.

Anónimo dijo...

No entendi muy bien si las queres poner en el mismo plano, pero la neutralidad del dinero tiene bastante mas popularidad que la equivalencia ricardiana. Eso de que la generacion presente se preocupa por la deuda que tendran que pagar sus tataranietos no se lo cree nadie. Pero esta teoria un tanto inverosimil habla del desplazamiento de consumo privado. Hay otra mas aceptada que dice que la suba del gasto aumenta la tasa de interes (o aprecia la moneda) y desplaza inversion privada (o exportaciones). Aclaro, estoy totalmente de acuerdo en usar el gasto publico como instrumento de politica macro, solo que hay que saber leer el ciclo.

Anónimo dijo...

Mmmmh, muy largo el post. Y hay más de 7 conceptos. Así que no lo entiendo por lo cual supongo que es neoliberal y quiere fabricar pobres a rolete. :P

un saludo

Ana C. dijo...

Anónimo de las 12:54, a Musgrave le insistimos y le insistimos pero no hay caso. Ya va a volver.

Anónimo de las 17:58, no, no las pongo en el mismo plano, por eso digo que el dinero sí es neutral en el largo plazo, pero que la equivalencia ricardiana descansa sobre supuestos muy fuertes. Hay más sobre el dinero en el post sobre la independencia del BC, creo.

Nunca había visto que la equivalencia ricardiana hablara de otra cosa que de consumo. Me parece que los efectos que decís están relacionados con esos efectos no-keynesianos que nombré en el post que salen de la formación de expectativas. Si no, contame, y pasame alguna referencia literaria.

Ja, Chubutense, y eso que este post no llega a las 750 palabras. Tiene 12 párrafos, eso sí, pero ninguno con más de tres oraciones y muchos de una sola frase. (Hasta hay uno con una sola palabra). ¿Será que en economía hay que ser aún más sintético, hasta llegar casi al tamaño panfleto?

Saludos a todos

Primo Louis dijo...

Muy prolijito Ana. Me gustó, sobre todo en estos días que tengo que juntarme con gente de la mediterránea...

el_bost dijo...

Ana, no me exprese. Con "teoria inverosimil" me estaba refiriendo a la equivalencia ricardiana, que si habla solo del consumo. El crowding out de inversion, sobre el que tienden a apoyarse mas los que quieren bajar el gasto publico, aparece hasta en el is-lm.

anonimo 12:54

Anónimo dijo...

Te equivocaste, vos sos el de las 17:58.

Sonrojado dijo...

Prolijo, sí, pero muy biblioteca-dependiente. Hay pocas generalizaciones posibles en esta cuestión: las diferentes variables aportan en cada contexto. Está claro, es ley, que el gasto empuja la demanda en el corto pero lo de sus efectos de largo es discutible como postulado teórico. Saludos.

Ana C. dijo...

Mejor que le gustó, Primo Louis :-)

Eh, El_Bost, pero ahí debe ser más inverosímil todavía el crowding-out. La inversión privada y la pública suelen ser en cosas completamente distintas. Debe haber un problema con los microfundamentos, ahí. Pero la verdad que de los microfundamentos de la inversión no sé demasiado, o no me acuerdo nada, no estoy segura.

Miguel Broda, usted asusta con ese pseudónimo, hombre! A ver si uno de estos días se nos aparece Cavallo. Y bueno, ahí tiene, sobre los efectos de largo plazo no hay demasiada biblioteca en este post, aunque yo estoy convencida de ellos, así que discuta.

rene orlando dijo...

Estos textos de Ana C.
producen el efecto de una mosca tsé-tsé...
(Ajummmmm!!, perdón)

Anónimo dijo...

La realidad es lo que hay. Somos nosotros que la hacemos interesante o no. Ojo, no hagamos como el priodista que es capaz de matar a alguno para tener noticias interesantes. Si solo nos emocionamos con la sangre somos unos aburridos.

Anónimo dijo...

1-Receta: La moneda debe ser estable. Las maniobras para que mediante una política monetaria se incentive la economía no son ciertas por si misma. Si, pueden serlo con una buena prédica en el ciudadano y en el corto plazo. No se recomienda jugar con la cantidad de moneda artificialmente.
2-Realidad y receta: La cantidad de moneda debe ir acompañando al PBI.
3-Al decir “que el dinero es neutral en el largo plazo” se quiere decir que no es un factor muy importante en el desarrollo. Este depende de los adelantos tecnológicos y la predisposición de la población.
4-Si un Estado debe emitir para cubrir su déficit eso es inflacionario y puede serlo a tal punto que trabe significativamente toda la economía, porque sus efectos se propagan en muchos aspectos. Por ese motivo la inflación NO es neutral en la economía, y quedan rastros por mucho tiempo.
5-Receta: El aumento del gasto público se justifica sólo si es muy necesario y eficiente.
6-Realidad: La demanda agregada depende básicamente de impactos en la mentalidad del consumidor y mucho menos del desarrollo de la economía.
7-Realidad: la política fiscal NO influye en el mediano y largo plazo en la distribución del ingreso (no es el factor preponderante) Lo mejor para la economía es impuestos estables.
8-Más importante es la eficiencia en el gasto del recurso del Estado que debe basarse en la buena recaudación y no en la emisión de moneda.
9-¿Es correcto decir lo siguiente? El Estado emite el 2% de su masa monetaria para financiar una obra que incrementará el 2% el PBI. Tal incremento hace que tal emisión NO SEA INFLACIONARIA, porque acompaña en igual proporción el crecimiento del PBI. Mágicamente se obtendría un crecimiento financiado gratuitamente (sin inflación).
No es correcto por la demora entre que se gasta el dinero y que se incrementa el PBI. Ews muy riesgoso, muy delicado, PELIGROSO, y no se lo recomendaría a nadie (analicemos los hechos y no las teorías). Horacio