En la BEA discutimos continuamente el tema inflación, pero mucho más crítico parece ser la apreciación que estamos viviendo, la cual tarde o temprano comenzará a asfixiar a distintos sectores económicos si no se hace algo al respecto. Creo que si el gobierno resuelve la apreciación que vivimos actualmente, al mismo tiempo estará reduciendo la inflación.
Espero poder transmitir adecuadamente los aspectos que me parecen de mayor relevancia, dado que son varios, complejos y están muy interrelacionados. El análisis está dividido en una serie de apartados, aunque admito que esa división puede ser un poco difusa. También trato de transmitir algunos conceptos desde una visión un poco diferente de la habitual. Creo que vale la pena tratar de entender todos estos fenómenos, como nos afectan y lo que nos gustaría lograr como país, para luego buscar los instrumentos más adecuados.
Les advierto que es bastante largo y los tiempos estimados son:
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Mundo material, Monedas y Mercados financieros.
Creo que a veces perdemos de vista que el objetivo del desarrollo económico se encuentra en el mundo material, donde las monedas y los mercados financieros son solo herramientas. Por lo tanto, cuando ingresan capitales, lo que está sucediendo es que nos están ofreciendo bienes y servicios del exterior (diría de forma forzada). Entre esos bienes y servicios que nos ofrecen, en una especie de pseudo-préstamo, viene absolutamente de todo, autos de lujo, maquinarias, viajes por el mundo, computadoras, tecnología, relojes, comida, etc, etc y muchos etcéteras. Pero nosotros para desarrollarnos no necesitamos todo eso, solo algunas de esas cosas, al menos por el momento.
Otro aspecto a tener presente es que los pesos y los dólares pertenecen a circuitos diferentes y la relación entre los mismos depende del mercado de divisas, donde por supuesto también participa el Banco Central como un importante jugador. Que además tiene la virtud de poder hacer aparecer pesos de la nada, obviamente con sus potenciales consecuencias. Por lo tanto el BC puede hacer uso de todas las reservas que quiera, pues son circuitos diferentes. Por supuesto mientras menos divisas posea menos fuerza tendrá para intervenir, disuadir y pulsear con el mercado y así evitar oscilaciones bruscas.
También deberíamos tener siempre presente que los movimientos de los mercados financieros pueden ser muy rápidos, pues son solo transferencia de información. En cambio en el mundo material, las inversiones y la producción se mueven mucho más lento. El hecho de ser una economía chica a nivel global no debería ser motivo para que nos puedan desestabilizar financieramente, siempre y cuando hagamos las cosas razonablemente bien e instrumentemos las normas adecuadas.
Finalmente diría que el revaluarse o apreciarse no es intrínsecamente malo, lo que sucede es que uno se siente más rico y por lo tanto está más incentivado a comprar un BMW y viajar por el mundo que invertir y cuidar de dicha inversión para que la misma sea rentable y se mantenga en el tiempo.
Sectores híper competitivos.
Un país sano y justo debería tener rentabilidades similares en sus diferentes sectores económicos. En teoría una economía con libre competencia y movilidad lo arreglaría solo, pues reasignaría recursos de sectores menos rentables hacia las más rentables. Pero sabemos que eso no es cierto en mercados con ciertas restricciones, donde el estado debería regular.
El sector agro-exportador, el cual sin las retenciones tendría rentabilidades altísimas, no permite la migración desde otros rubros a este en el sentido convencional, pues la tierra en cierta medida es limitada. Solo se pueden realocar recursos creando una especie de burbuja en los valores de la tierra y así reduciendo su rentabilidad teórica y equilibrándola a la del resto del país, pero no necesariamente produciendo mucho más.
Por lo tanto las retenciones moderan (previo a una subida de los precios de la tierra) la rentabilidad del sector, da recursos al estado y ayuda a aislar los precios internos de los externos. Esto último es parte del esquema de tipo de cambio competitivo y además es una barrera contra la inflación importada. Las retenciones móviles eran una muy buena idea para el país como un todo, pero lamentablemente no pudo ser. Pues como país no queremos una exagerada burbuja (supuesta capitalización) en el sector agropecuario, que es un sector que beneficia a un porcentaje relativamente reducido de la población.
Esta excelente competitividad, si no se la regula, dejaría fuera de negocio a muchos sectores económicos que todavía, o nunca, podrán alcanzar dicha productividad. Es preferible evitar una suba exagerada en el valor de la tierra que solo introduce más desigualdad. Y que más recursos vayan a producción de otros bienes y servicios que nos darán un desarrollo integral.
Consideraciones similares se deben hacer con los minerales y los hidrocarburos. Estos últimos ya vienen regulados hace tiempo, aunque debería ser más fuerte la regulación porque se trata de recursos no renovables. Y en el caso de los minerales, se debería pensar algún esquema nuevo. Por una cuestión de escala, no tienen mayor relevancia comparados con el sector agroexportador.
Los sectores exportadores (sobre todo de recursos naturales) con gran competitividad son más que bienvenidos y todos los argentinos debemos estar agradecidos, pero se los debe regular para que sean una ventaja comparativa como país y no solo sectorial.
Recuperar nuestra moneda.
Es imprescindible devolverle a nuestra moneda las dos principales funciones que debería tener: una como “medio de intercambio de bienes y servicios” y la otra como “mecanismo de ahorro”. En la primera todavía se usa ampliamente, aunque esta función está algo degradada, pues en operaciones inmobiliarias se suele usar el dólar, lo cual me parece patético como sociedad. Usemos esas divisas de forma más inteligente, no para intercambiar entre nosotros, si no para que los extranjeros nos den el trabajo o bienes que esas divisas representan. La segunda función, como mecanismo de ahorro, está todavía mucho mas bastardeada debido al proceso de inflación y sobre todo la presencia de tasas reales negativas.
Todo lo que hace el Banco Central con los pesos es contable (los imprime), solo los dólares que tiene no lo son (no los puede imprimir). Noten que hasta el pago de los intereses de sus Letras lo puede realizar con emisión. Las transferencias al tesoro solo deberían ser convalidadas si es porque hay demanda genuina de dinero por parte de la economía (crecimiento). Entonces o compra dólares para inyectarlos (y de paso presiona hacia la devaluación del peso, para hacerlo más competitivo) o se los pasa al Tesoro (con alguna justificación) para que los gaste, que es la otra forma de inyectarlos (yo preferiría el mecanismo yanqui, con compra de bonos del tesoro y manejo de tasas).
En estos años fue positivo el mecanismo de emisión pues el gobierno se desendeudó e incrementó su porción de la torta, que dados los niveles en los que estaba fue algo bueno desde mi punto de vista. No podemos tener una economía sana si al menos las finanzas del gobierno no están en orden. Algunos querrían una participación menor del gobierno y otros una mayor, yo diría que a este nivel ya es más importante poner el esfuerzo en la eficiencia en el uso de esos recursos que en un incremento, pero tampoco reduciría su participación.
En este momento se empieza a necesitar AHORRO INTERNO y para eso el gobierno debe dotar a nuestra moneda nuevamente de sus funciones principales de la forma más completa y rápida posible. Con tasas negativas para el ciudadano común, no se incentiva al ahorro, justamente todo lo contrario.
Aprovecho para decir que considero que nadie está consumiendo ahorros (o stocks) en este proceso (como algunos pregonan). Lo que sucede es que se está ahorrando muy poco para el ritmo de crecimiento que deseamos. Todos queremos consumir y pocos quieren ahorrar para que luego haya más inversión. Con esto reduciríamos la demanda agregada y haríamos crecer la oferta, el ahorro es una variable muy fuerte (por partida doble) al momento de acomodar estos desajustes. Pero hay que incentivarlo y esa es tarea del gobierno, pero este parece preferir exacerbar la demanda agregada sin darse cuenta que tiene límites. Fíjense, que en los casos pasados de inflación, el gobierno emitía para poder cubrir sus erogaciones, ahora es otra cosa lo que sucede y tiene poco que ver con la inflación “tradicional”.
Está en las manos del gobierno y sus organismos el hacer que nuestra moneda vuelva a cumplir con todas sus funciones, que son muy importantes en nuestro desarrollo económico. De todas formas para quedarse tranquilos, la revaluación de nuestra moneda no va a seguir por siempre así que está totalmente descartada una espiralización de la inflación. Por supuesto siempre y cuando el gobierno mantenga sus cuentas más o menos en orden.
Tipo de cambio competitivo.
Me parece extraordinaria la idea del tipo de cambio competitivo, pero deberíamos entender que significa y ver que no se puede mantener en forma sostenible solo con compras del Banco Central. Tiene varias aristas y a algunas el gobierno las está pasando por alto o al menos descuidando.
Tener tipo de cambio competitivo significa sacrificar algo de bienestar presente por bienestar futuro. Si fuera tan fácil y solo cuestión del Banco Central, porqué no lo hacen todos los países. Justamente porque para no tener apreciación vía inflación hay que tener ahorro (público y privado). Necesitamos demanda genuina (ahorro local) de esas divisas excedentes para inversión y pago de deudas. En cambio al apreciarnos esas divisas en lugar de ir a importación de bienes de capital comenzarán a usarse cada vez más en importación de bienes de consumo.
No creo que haga falta ni sea razonable estar super depreciados (mucho ahorro), además de ser políticamente inviable, pero con una cierta depreciación se puede fomentar un desarrollo económico y productivo para inicialmente exportar y luego de a poco ir volcando dicha producción (en crecimiento) hacia el mercado interno.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es: ¿Hasta qué punto queremos o necesitamos financiarnos afuera?, ya que esto atenta contra el tipo de cambio competitivo. Pues luego la inversión se llevará a cabo en nuestro suelo y la mayoría de lo invertido será en personal e insumos locales. Salvo que el préstamo sea usado solo para importar bienes de capital y no para luego liquidar divisas en el país. De lo contrario nos apreciaríamos y los dólares obtenidos irían solo en parte a inversión en bienes de capital importados y el resto terminarían en importaciones de cosas que queremos producir acá, o viajes que querríamos que se hicieran localmente.
Se habla mucho de poder tomar deuda nuevamente, pero no se aclara de donde, pesos y dólares son dos circuitos distintos y por lo que les comenté con consecuencias muy distintas. No veo que necesitemos mas divisas de las que ya estamos generando. A lo que voy es que pedir prestado afuera de más solo hace que se escabulla una buena parte del monto en cosas que no nos sirven para nuestro desarrollo económico. Medítenlo, pero para mantener un tipo de cambio competitivo no hay otra que tener AHORRO INTERNO. A mayor ahorro, mas depreciados nos mantendremos.
Se escuchan distintos mecanismos para frenar la inflación, pero TODOS conducen a una apreciación. Ahora el gobierno nos lleva más lento pero en la misma dirección y creo que la inflación eventualmente se parará. Por supuesto con la diferencia que el gobierno está tomando más recursos. Si no hay mas ahorro se terminará el tipo de cambio competitivo y traerá algunas consecuencias, aunque ciertamente tendremos la inflación controlada.
Otra de las aristas importantes para mantener el tipo de cambio competitivo son las barreras a la potencial llegada compulsiva de capitales. No hay otra que ponerle restricciones a una probable entrada de capitales. Se pueden aumentar los encajes o poner impuestos como en Brasil y tan altos como sean necesarios de manera de hacer equivalentes las tasas internas con las externas. Es indispensable regular de alguna forma el ingreso de divisas, con este “ajuste de tasas” se evita cualquier bicicleta financiera. Debería ser una regulación dinámica y atenta a los movimientos de capitales.
Concretando medidas.
Moderación en la expansión del gasto público. Realmente no creo que el 30% actual vaya todo a una mejor calidad de vida de la población y nada a precios. La demanda agregada hay que regularla de modo que la oferta tenga tiempo a acomodarse, y por supuesto ayudando con tasas adecuadas para incentivar también el ahorro y la inversión. La ansiedad del gobierno en darnos calidad de vida rápido nos conducirá a que terminemos importando cada vez más, en lugar de capitalizar en una mayor producción local. En estos momentos la apreciación está mostrando que empieza a armarse un embalse de productos extranjeros que quieren entrar y podrían hacerlo si no hubiera protección. Están poniendo algunos parches pero el verdadero problema vendrá cuando las exportaciones de algunos sectores empiecen a sufrir.
Eliminaría de a poco los subsidios energéticos, pues crean demanda improductiva y ficticia, vía ineficiencia e irracionalidad en su consumo. En este momento estos subsidios son muy poco antiinflacionarios, yo al contrario, me atrevería a decir que reducirlos sería antiinflacionario.
Reduciría las transferencias del BC que no sean por demanda de dinero. El ahorro debe empezar por el gobierno incrementando el superávit fiscal, y sin las transferencias del BC con sus excusas contables. Con lo que inyecta en la compra de dólares, no creo que le quede mucho margen para dar más pesos.
Otra herramienta potente que tiene el BC es que en los años pasados acumuló títulos del tesoro por 20.000MU$D. Anecdótico, los compró por chirolas, negoción, aunque ciertamente inyección de pesos. Pero si luego de un mayor superávit del tesoro (primero lo primero) comienza el BC a vender títulos en moneda local, empezará a absorber pesos de la economía y no solo eso, sino que con su venta también puede manejar los rendimientos e incentivar a un mayor ahorro interno.
El gobierno nacional ya debería emitir su propia deuda en pesos y de ser necesario, el BC podría salir a comprar esos títulos para darle una mano al tesoro de ser necesario e ir marcando tasas. Tanto el gobierno nacional como los provinciales se deberían financiar en el mercado local para realizar obras. Es ilógico que el gobierno se financie en el mercado externo para realizar obras locales, pues atenta contra el tipo de cambio competitivo y son divisas que terminan en cualquier cosa que no nos desarrollan, como bienes suntuosos para una minoría. Este país ya genera divisas suficientes, y de querer una mayor cantidad vía préstamos, habría que tener muy en claro para que propósito.
Prestaría mucha atención al ingreso de capitales y como mencioné anteriormente, no dudaría en restringirlo de ser necesario. Recordar que estas barreras son los mecanismos de acople de tasas externas con las internas. Como país soberano no tenemos porque ser forzados a tomar esta especie de pseudo-crédito externo.
Por supuesto que seguiría con las retenciones al agro y fue una pena no haber podido implementar el esquema variable. Analizaría el esquema impositivo de las mineras y lo llevaría por el mismo camino (por ej. el oro ha subido bastante).
Por supuesto estos diferentes instrumentos deben ser coordinados en tiempo y magnitud entre el Poder Ejecutivo y el Banco Central. Nunca se me ocurriría proponer un BC “independiente”, que de hecho la mayoría de las veces es una farsa.
Pasado, Presente y Futuro.
Comparto plenamente lo que vino haciendo el gobierno al ir tomando una mayor participación en la economía, creando demanda agregada y saneando sus deudas pero creo que hace falta un poco de moderación en el ritmo de apreciación que tenemos y que también repercutirá en una menor inflación.
Lo que estoy proponiendo es inducir a un aumento del ahorro nacional, que es equivalente a mantener en forma sostenible un tipo de cambio competitivo. Al reducir la inflación/apreciación las tasas se harán positivas y comenzarán a incentivar un mayor ahorro privado.
Con más ahorro, vamos a seguir trabajando mucho, pero en lugar de hacerlo en la producción de bienes y servicios finales (e importando cada día más), lo haremos un poco más en el desarrollo de infraestructura productiva, tanto pública como privada. Mas argentinos estaremos dispuestos a dejar de consumir en el presente para crear una mayor producción en el futuro. No se trata de enfriar, se trata de equilibrar y determinar donde alocamos los recursos. Para eso debemos confiar en nuestra moneda como mecanismo de ahorro, aglomeración y canalización a proyectos productivos. Si lográramos un exagerado ahorro interno, muy probablemente deberíamos pensar en un fondo soberano, pero no creo que sea la idiosincrasia argentina de hoy en día.
Dejar apreciar el peso nominalmente probablemente reduzca la inflación, pero con ella se llevará varias industrias que no podrán adaptarse para competir. De seguir apreciándonos vía inflación, el estado tomará mayor participación y no necesariamente dará mayores y mejores servicios. En lo inmediato tendremos un aparente mejor pasar pero nuevamente muchas industrias comenzarán a destruirse al no haber alcanzado el grado de maduración necesario.
No es enfriar la solución, es que haya más gente con el incentivo de un mejor bienestar futuro. Por lo tanto más argentinos nos dedicaremos a crear infraestructura productiva. Y con un tipo de cambio competitivo, una buena parte de esta producción se irá al exterior. Lo que producirá mas divisas genuinas para seguir industrializándonos por un tiempo. Luego la apreciación vendrá cuando consideremos que ya es suficiente y queramos empezar a consumir más e invertir un poco menos. Pero por el momento creo que deberíamos capitalizarnos y desarrollarnos durante varios años hasta poder alcanzar ese nivel.
Noten que la mayoría de la infraestructura (obviamente interna) que necesitamos no requiere de bienes y servicios extranjeros en gran cantidad. Depende mayormente de bienes y servicios locales y en la obra pública diría que casi en su totalidad.
Fíjense que la clave no pasa por “enfriar/calentar” la economía, sino mas bien por equilibrar la relación “consumo/ahorro” según el nivel de crecimiento que queremos. La demanda agregada incentiva el crecimiento hasta cierto nivel. Si se la fogonea para que mañana tengamos todos los argentinos de todo, no creo que funcione. Por supuesto que deberíamos mantener la economía creciendo a lo máximo posible, pero no basada solo en CONSUMO, sino también en AHORRO e INVERSIÓN. La decisión es política.
¡Gracias Musgrave por difundir las ideas de un no-economista chicanero!
Bueno, he bardeado a tantos que era hora de darles la oportunidad de devolverme los favores.