viernes, 14 de septiembre de 2007

Diseñando el presupuesto

Lindahl se pregunta para qué sirve el presupuesto nacional y desencantado nos dice que tiene la misma utilidad que un cenicero en una moto. Pero en este post tan lindo en El Cronista le dan una respuesta de lo que tendría que ser: un documento acordado por toda la sociedad en el que se define la política económica y social del país.

Como parece ser que el presupuesto que se acaba de enviar al Congreso no es demasiado creíble y considerando que si el Poder Ejecutivo hace contabilidad creativa también la podemos hacer desde acá, voy a diseñar el presupuesto y las políticas económicas y sociales tal como a mí me gustarían.

Como punto de partida voy a tomar la deuda pública, que en estos momentos es 62% del PIB y por la que el pago de intereses anuales llega a casi 2% del PIB. Necesitamos así, por lo menos, un superávit del 2% del PIB nada más que para pagar intereses. Supongamos, además, que queremos pagar la deuda, al 1% del PIB anual tardamos más de 60 años, dos generaciones y media. Se podría hacer más rápido, ¿no? 2% al año y se tardan 30 años. Con crecimiento y a medida que la deuda y el pago de intereses sean menores, el proceso de reducción se acelerará y quizás en unos 20-25 años ya esté solucionado el problema. Así que 4% del PIB de superávit para pagar la deuda. Parece bastante razonable.

Pero todavía me estoy olvidando del ciclo. Para poder hacer política fiscal contracíclica, necesitamos que el balance sea estructural, es decir que tiene que estar ajustado por la coyuntura económica y por gastos o ingresos extraordinarios u otras situaciones atípicas. Así podrá ser un poco más bajo en períodos de recesión, pero necesariamente más alto en épocas de bonanza. Yo diría que esa variación tendría que estar entre ½ y 1 punto del PIB.

A partir de ahí, juguemos un poco con lo que queremos como país. El país que yo quiero ofrece lo básico que ofrece un estado, defensa y seguridad, pero también invierte en educación, I+D, cuida la salud de sus ciudadanos, los protege de la pobreza cuando son chicos y cuando son viejos, de los ataques del desempleo y de las inclemencias de la globalización. Además, invierte en infraestructuras básicas, energía, transporte, comunicación y mantiene esas redes en buen estado.

Así que empecemos por el lado del gasto y por los bienes públicos más básicos, defensa, seguridad y administración. Un gasto de defensa del 1% me parece más que suficiente para un país pacífico. Seguridad incluye además de la policía y las cárceles, todo el sistema judicial y los bomberos, así que le damos un 2%. La administración, que incluye a los poderes ejecutivos y legislativos de todos los niveles y a la diplomacia, también podría arreglarse con un 2%, posiblemente. A educación, me parece que habría que dedicarle por lo menos el promedio de los países ricos, entre 5% y 6%, lo mismo que a I+D, un 2%. Si este último se complementara con un 1% proveniente del sector privado se llegaría cómodamente al 3% de los países más desarrollados. El gasto en recreación y cultura tiende a favorecer a los privilegiados de la sociedad, así que mientras haya otras prioridades, apenas le dedicaremos un 0,5%, lo que se compara con el 1,6% de Francia o el 2,2% de Luxemburgo. En salud, creo que un 5% sería suficiente, favoreciendo sobre todo políticas de prevención, lo que no incluye cirugías estéticas, que las dejamos en el sector privado. Nos queda la inversión en infraestructura, que dados los déficit actuales se llevaría un 3%, y algo para políticas habitacionales, iluminación, limpieza de las calles y las plazas, recolección de basuras, quizá con 1,5% alcance, aunque se debe necesitar algo más. Hasta ahí llevamos un gasto que equivale al 23% del PIB.

Pero todavía nos queda la seguridad social y las políticas de empleo y acá es donde se marca la gran diferencia, que hace que países como Suecia, Francia o Dinamarca estén tan lejos del resto. En la Unión Europea este gasto, que incluye jubilaciones, asignaciones familiares, seguro de desempleo y asistencia social y otro tipo de ayuda a los más pobres, varía entre el 9,5% de Irlanda y el 23,8% de Suecia, lo que da bastante espacio para jugar. Digamos un 12% en Argentina y redondeamos gastos en 35% del PIB. No tendremos un Estado Benefactor maravilloso, pero creo que con esto alcanza para tener un país de lujo, si tengo que ser sincera. Si además tenemos en cuenta los paisajes, el clima, los asaditos, el dulce de leche y la Selección, la faz de la tierra jamás vería un país mejor.

Bueno, ahora necesitamos ingresos equivalentes al 39% del PIB. Tal como están dadas las cosas, la recaudación tributaria alcanza, entre ingresos del Estado Nacional y las Provincias un 27,5% del PIB que se reparten en una maraña de impuestos espantosa que dejan frío al más pintado. Pero necesitamos aumentar la recaudación 12 puntos porcentuales del PIB. Los impuestos directos significan un 7,5 % del PIB, los impuestos indirectos, que incluyen al IVA y otros impuestos internos, un poco más del 9%, los de comercio exterior, el 3%, de los cuales 0,75% son derechos de importación y 2,25% derechos de exportación (¡!). Las contribuciones sociales no llegan al 4% y los impuestos provinciales apenas lo pasan. Como lo que marca la gran diferencia con el resto del mundo son los impuestos a las ganancias personales –1,2% del PIB comparados con el casi 25% de Dinamarca– los puntos faltantes posiblemente se consigan quitando las exenciones, corriendo los mínimos no imponibles para abajo, aumentando el empleo y reduciendo la informalidad. Las políticas de empleo, entonces, son cruciales.

Lo de la coparticipación, las provincias, cómo se consigue que todo el país tenga un nivel parecido de servicios y temas semejantes, se lo dejamos a Musgrave y a Lindahl, que de eso seguro saben más.

5 comentarios:

Musgrave dijo...

Muy bueno, Ana C.
Pero....
Protesto....
Nos dejaste la parte más aburrida a nosotros dos, jajaja!!!!

Ana C. dijo...

Bien que le haya gustado, Musgrave.

¿En serio le parece eso lo aburrido?

Debe ser que a mí nunca me parecen aburridas las cosas de las que no sé demasiado :-)

ayjblog dijo...

ana, lee mi post dos abajo, y despues calcula la presion fiscal real, sin animo de ofender, baja de la torre, no soloe es presion fiscal lo explicito, lo implicito o ineficiente tambien genera deseconmias que, llevado a plata, es presion fiscal
presion fiscal=cuanto de lo que gano se lleva el fisco

Anónimo dijo...

Dejar de robar cuantos puntos del PBI sumarian?

Ana C. dijo...

Mire, Ayj, la presión tributaria se calcula de la forma que se calcula y ya está. Total de impuestos/PBI. Nadie paga exactamente 7,5% de impuestos directos, 9% de impuestos indirectos, 0,75% de derechos de importación, 2,25% de derechos de exportación, etc, etc, y si lo hace es de pura casualidad. Algunos pagan más y otros menos.

Si a usted le toca pagar más, será porque está entre los dos o tres millones mejor situados de los 40 millones de argentinos. Esa es su presión tributaria real, que no necesariamente es la del total de la economía.

Peter, ése es un punto realmente interesante, ya que hace a la eficiencia del gasto público. Me encantaría saber si existe alguna estimación del costo en términos del PIB de la corrupción en el sector público.

Se imagina que aumentar la recaudación para que se desperdicie de esa forma no tiene el menor sentido, pero por otro lado, yo estoy firmemente convencida que si una mayor parte de la sociedad contribuyera a las arcas del Estado, esa misma sociedad le exigiría más control y transparencia al Gobierno sobre cómo se utiliza el gasto.